XXVII. Misterio sin resolver

3.2K 394 122
                                    


...


— ¿¡Qué?!— Exclamaron todos. 

Los tres se la quedaron observando con gran asombro, aunque algunos más que otros; Sobretodo, Alibaba. 

La chica que había revelado aquel enorme secreto (para ellos) alzó sus cejas con tranquilidad y les sonrió como si nada, ladeando débilmente su cuello.

— ¿No estarás jugando con nosotros, verdad?— Musitó el rubio, refunfuñando. Sabía a la perfección que era capaz de eso, por lo que no acababa de confiar en ella.

— Por supuesto que no, estoy diciendo la verdad— Dijo, con inocencia. 

El peliazul extrañamente la agarró de la manga para que le prestase atención, consiguiéndolo de esa manera. 

Mientras tanto, ambos seguían escuchando como un eco a Alibaba gritando de euforia. 

— ¿Es verdad eso?— La joven asintió, extrañada por su reacción. Súbitamente su mirada se entristeció— Esa persona...¿Era de tu pueblo? 

Al escuchar esa pregunta, no pudo evitar que su cuerpo se pusiera algo tenso, y las miradas de sus otros compañeros, al momento, se centraron en la azabache. 

— No, no era de allí.

— ¿Entonces está vivo?— Inquirió Mor. Alexia sonrió, maliciosa.

— Claro que está vivo, no es de mi pueblo ni nadie lo ha matado— Confesó. Se tiró a la cama y suspiró, recordando poco a poco su pasado—. Es más, sigo manteniendo el contacto con él. 

— ¿¡Quién es, quién es!?— Gritaba el de amon, zarandeándola del brazo— ¡No seas mala persona y dínoslo! 

— Ah, no~— Canturreó—. Ya sabéis demasiado. 

— ¡Dime al menos cómo era físicamente!— Lloriqueó. Ella lo ojeó con gracia, y él hizo un puchero— ¡Su nombre!

— Si te lo dijera, tendría que matarte. 

Él tragó en seco y se quedó paralizado, mirando a su amiga a esos ojos dorados tan misteriosos y traviesos que lo observaban de tal manera. 

Entornando los párpados al no saber si hablaba en serio o no, el príncipe dejó salir un grito exasperado. 

Más de un grito, a decir verdad.

— Alexia...¿Sois pareja?— Espetó la fanalis. La azabache negó con la cabeza— ¿Sigues enamorada de él?— Rumiante, nuevamente volvió a negarlo— ¿Entonces sí que te casarás con Sinbad?

La serpiente cogió aire. 

— ¿Por qué, Mor? Yo confiaba en ti...

— Deberías, estoy seguro que a él no le importaría nada...— Murmuró Alibaba, con una mueca pervertida en él— Es más...

 — ¡Qué no!— Dio voces. Acto seguido, le tiró la almohada a la cara. 

El de Balbadd se levantó de golpe en la cama y le lanzó el cojín de vuelta, mas ésta lo esquivó fácilmente con una mueca vacilante y orgullosa. 

Molesto por no haberlo conseguido, el de cabellos rubios la señaló con inquisición.

— ¡Mejor!— Exclamó— ¡Me daría miedo que tú fueras alguna vez reina! ¡El mundo peligraría!

— Ya peligra sin que lo sea— Contestó, cínica. 

— ¡Pues peor sería! 

— Si supieras sobre mí realmente, Ali...— Murmuró, casi riéndose. El chico, gruñendo, se abalanzó sobre ella. 

La misteriosa conquistadora de laberintos |Magi|Where stories live. Discover now