La misteriosa conquistadora de laberintos |Magi|

XVI: Tolerancia

...

— Dime una cosa, Ja'far...— Murmuró, acariciando la columna que tenía al lado al caminar. Éste puso su atención en ella, interrogativo— ¿De qué conocéis a esa organización? 

— Bueno, digamos que...Hemos tenidos varios desagradables encuentros con ellos— Respondió, algo más serio — . Al igual que con su magi. 

— ¿Judar?— Él asintió— Entiendo...

La chica colocó sus manos detrás de su espalda, rumiante. 

— Por cierto, estaba curioso de algo desde hace tiempo— Comentó él, tranquilo y agradable—. ¿De qué lo conoces tú a él? Me di cuenta cuando te lanzaste encima para que dejase de atacar...

— Digamos que...— Sonrió ella, maligna— Asuntos personales. 

— Eso no me suena precisamente bien — Musitó el chico. Reticente, miró hacia otro lugar. Alexia rió entre dientes, negando. 

— Bueno, bueno... — Canturreó ella, acercándose al contrario con una mueca traviesa —. Deja de preocuparte tanto por mí, no hace falta que estés celoso~. 

Él se giró a mirarla, inquisitivo y gruñón.

— No estoy celoso— Contestó, cruzándose de brazos —. Es sólo que...No tenemos una agradable relación con él debido a muchos temas y peleas que hemos tenido, claro que me preocupo por ti. 

— Oh, así que eso ocurrió...— Pronunció la de ojos dorados, mientras el albino asentía. 

Alexia caminaba por el palacio junto a Ja'far, ayudando a éste último con el bastante trabajo que tenía que hacer. 

Anoche ya estuvieron tiempo juntos antes de que él la acompañase a su habitación, y esta mañana volvían a pasar el rato charlando o, también, Alexia haciendo sus típicas bromas.

Como la curiosa que era, la de cabello largo le preguntó al chico cómo habían llegado tan lejos y en tan poco tiempo crear una sociedad así, y aunque el de pecas le respondió con gusto, no llegó a dar grandes detalles de algunas penurias que pasaron. 

Y ella intuyó que varias cosas habían ocurrido en un pasado. 

Por lo que no preguntaría nada ni haría nada. 

De momento.

— Ja'far, Alexia— Escucharon desde atrás. Ambos se giraron a la vez, viendo a Masrur acercándose a ellos— . La flota de Kou ya ha llegado. 

La azabache alzó una ceja, interesada. 

— Gracias por avisar— Asintió el de pecas, señalando con la cabeza— . Tenemos que ir a decírselo en cuanto antes a Sin, vamos.

— Esto se acaba de poner todavía más divertido— Comentó la chica, con una sonrisita.

Caminando por el pasillo con sus ventanas abiertas, y la excéntrica decoración, el albino la observó con suspicacia. 

— Te sigo vigilando, no juegues con los invitados— Contestó él, recibiendo un rostro ladino de ella— . Alexia...

— No he dicho nada...— Se excusó, con las manos al aire— Ya sabes que nunca soy culpable de nada, seré buena con ellos— Dijo, guiñándole un ojo—. Prometido.

El fanalis los observó, y en completo silencio miraba  a cada uno a la vez que hablaban. Estaba dejando que ambos siguieran en su mundo y siguiesen manteniendo la conversación ellos dos solos.