XXIV: Con una mano

3.8K 393 154
                                    


Pov Alexia


Escuché atentamente cada palabra que decía, casi sin moverme. Apoyé mi puño en mi barbilla y retuve todo lo que decía sin olvidarme de nada en absoluto. 

Ya me había hablado prácticamente de cómo estaba internamente su Imperio, y las razones que habían detrás sin ni siquiera pararse a pensar en quién podría ser yo. 

Qué chica más ingenua.

— Todo el mundo nos ve básicamente como sus enemigos...— Suspiró, seguramente cansada de tantos rumores por los que pasaban. 

— Puedo imaginármelo. 

— ¿Por qué tanta curiosidad por mí tan de repente?— Preguntó, con una sonrisa.

Lentamente fui ladeando mi cuello, demostrando mi inocencia.

— Me gusta saber las diferentes versiones de una misma historia— Contesté. 

La pelirroja frunció el ceño sin comprender, abstraída. Negué con la cabeza como respuesta y suspiré, estirando mis brazos al cielo. 

Con todo lo que he vivido, he sabido que no siempre es lo que parece.

Además de mi propia curiosidad, claro.

— ¿Y tú cómo has llegado aquí?— Inquirió, acariciándose los brazos. 

Eché mi cabeza hacia atrás, haciendo una mueca astuta.

— Aladdin me encontró.

— ¿Te encontró?— Asentí, ante su aspecto de sorpresa— ¿Por eso estás aquí?

— Más o menos...Se puede decir que ese pequeño es una buena razón para que siga por aquí— Murmuré.

Con parsimonia, la princesa formuló un sí con la cabeza, intentando comprenderme. Se agarró ambas manos y sonrió con timidez, pero a la vez, con sinceridad. 

Yo, mientras tanto, me agachaba casi hasta el fondo del agua. 

Aprovechaba todo lo que podía de este lugar, no dejaría que sólo disfrutase el rey mujeriego. 

— He tenido curiosidad de una cosa desde hace tiempo...— Habló. La observé de reojo con curiosidad, más que atenta a lo que decía. Le hice un gesto con la mano para que prosiguiera— ¿De qué conoces a Judar-chan? 

Oh, el magi oscuro...

— ¿Por qué lo preguntas?— Dije, volviendo a tener toda mi cabeza al descubierto. La miré con malicia, de nuevo apoyando mi mejilla en mi mano, como si estuviera entreteniéndome.

— Cuando vino a Sindria buscó a ese niño, el magi...Aladdin— Murmuró—. Pero también dijo algo de ti, no estoy muy segura de por qué, pero...También te buscaba.

— Sí, eso me han dicho...— Rumié. 

Y me hago una idea de por qué.

— Dejando eso a un lado...— Hablé. Las gotas calientes de agua cayeron al suelo en cuanto me levanté, dejando un rastro detrás de mí a medida que caminaba para recoger una toalla— Te daré un consejo, Kougyoku. 

— ¿Cuál?— Preguntó, ladeando el cuello ante ésto. 

Me giré hacia ella, entornando los ojos.

— Eres demasiado cándida, asegura mejor tu alrededor. 

Tras dejarla algo callada con mis palabras, le pasé su ropa y otra toalla para ella, agradeciéndome en el proceso con una risita. Le sonreí de vuelta y, entretanto me secaba las puntas de mi cabello, fui a buscar mis propias prendas. 

La misteriosa conquistadora de laberintos |Magi|Where stories live. Discover now