XII: Memoria

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Pov Alexia

Judal comenzó a retorcerse debajo de mí, con una mueca de dolor que acompañaba a su tensa mandíbula. 

Con interés, dirigí mi mirada hacia Aladdin, posteriormente y de nuevo, al azabache que estaba bajo mi cuerpo. 

— ¡Detente!— Gritaba el magi, una y otra vez. 

— ¿Qué le has hecho?—Pregunté al ojiazul, echándome hacia atrás.

— Sólo le he hecho recordar algunas cosas que había olvidado de su pasado... 

Asentí, todavía un poco más curiosa. Miré al magi oscuro y vi que realmente estaba sufriendo por esos recuerdos, ladeando la cabeza ante ello. 

Me masajeé el hombro, levantándome de él.

— ¿Me lo puedo llevar? Quiero que...

— ¡No!—Exclamó Ja'far, recriminándome. Parecía que veía mis intenciones a lo lejos, y con la mirada me decía "ni se te ocurra". 

Pues ya se me ha ocurrido, qué pena...

— Alexia...— Murmuró en forma de aviso, todavía con sus ojos puestos en mí.

Hice una mueca de cansancio y agobio, señalándole.

— ¿¡Por qué demonios no!? 

— ¡Porque no puedes llevarte al magi del imperio Kou, Alexia!— Volvió a decir— ¡Que te estoy observando, te conozco!

Aguafiestas...

— Si Kou se entera, vendrán a por nosotros— Expresó Sinbad, tranquilo y estando ya de pie— . Sería una batalla, ¿Para qué lo quieres, de todas maneras? 

Tras observar a Sin por unos segundos y hacerle una mueca sarcástica al albino que lo molestó por cómo me quería intimidar, miré hacia atrás y ojeé el cuerpo del de ojos carmesí. 

Tengo varias razones en mente...

Además, Judar estaba siendo controlado por Al-thamen. Odiaba que esa gente se saliese con la suya. 

No me fío de qué más puedan hacerle. 

— Sé que viéndolo así te puede hacer sentir lástima, pero él no es de fiar, Alexia—Suspiró el de pecas, mirándome para que le hiciera caso de una vez. 

Ladeé el cuello, entretenida y encontrándole un deje de gracia en lo que el bonito albino acababa de decir. 

¿Y yo sí que lo soy, eh...?

— Acabarán haciéndole más daño...—Susurré, acercándome a ellos. Notaba la mirada de Aladdin puesta en mí, entretanto su amigo Alibaba se había metido dentro de aquel enorme ser negro para rescatar a su amigo— De eso podéis estar seguros. 

— Alexia-san tiene razón...—Admitió el de azul—Ellos harán más cosas con Judar-kun. 

Lo miré de reojo y me agaché a su altura, prestándole toda mi atención y sonriéndole con inocencia. 

— ¿Tú qué tal has estado, que has venido con tanto poder, pequeño?— Pregunté, recordando lo de antes.

— Con Ugo-kun...Me ha enseñado muchas cosas— Respondió, con una sonrisa nostálgica. Asentí, comprendiendo y guardando sus palabras — . Aunque ya no lo podré ver más...

Ya veo... Con que así ha sido.

Entrecerré los ojos y llevé la mano a mi mentón, rumiando. 

La misteriosa conquistadora de laberintos |Magi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora