Capítulo XVI

4.4K 167 0
                                    

No sé como comenzar la conversación para no establecer tensión desde el principio, así que decido romper el hielo y sacar un tema de conversación aleatorio que conduzca finalmente a lo importante.

- Pues mi primer beso oficial...- hago memoria.- fue en un parque cuando tenía 14 años.
- El mío a los 12, jugando a la botella en el viaje de fin de curso del colegio.

Ambos reímos.

- Oye Kepa...
- Dime.- sus ojos se clavan en los míos, plenos de atención.
- Quería decirte... No sé te noto molesto...
- Si pudiera decirte todo lo que quisiese.- afirma con desgana y misteriosidad.
- Sabes que hay confianza.- contesto esta vez molesta yo.
- Créeme que ese no es el problema, al contrario.

Me causa tanta confusión que decido dejarlo estar y no indagar más, para no enterarme de algo que no quiero.
Decido esperar a Marco, pero debido a que no vuelve, me quedo profundamente dormida entre los brazos del joven portero, los cuáles me reconfortan y me hacen sentir como una niña de 3 años en brazos de su padre.

(...)

Siento que me acarician el pelo, y unos leves rayos de luz interceden hasta interponerse entre mi sueño y yo.
Abro los ojos con dulzura para ver a un Marco con una media sonrisa, y unos ojos rebosantes de ternura.

- Buenos días.- bostezo desperezándome.
- Buenos días mi amor.- me corresponde acompañado de un beso corto.- Kepa ha bajado a desayunar.
- Ah, anoche estaba raro, me dijo que no podía contarme lo que le pasaba, que acabaría con nuestra confianza o algo de eso.- comenté extrañada y ciertamente poseída por el aún reciente sueño.
- Espero que no sea lo que yo estoy pensando.
- ¿Qué piensas?- me recuesto en su pecho.
- Sólo quiero que recuerdes que eres mía.- se muerde el labio.

Sonrío y cierro los ojos.

(...)

- Estoy muy cansada.- me quejo por enésima vez, estoy desgastada de tanto andar y ver cosas.
- Pero todavía queda media ciudad por ver.- se mantiene firme el vasco.
- Pues yo no aguanto más.- replico.

Marco, que observa la discusión mientras ríe, me sube a su espalda, sin pronunciar palabra y dejo varios besos sobre su cuello en forma de agradecimiento.

- Anda, te quejarás.- murmura Kepa, nuevamente molesto.

Suspiro.
Las dudas me están matando.

(...)

Volvemos a Madrid en AVE, Marco y yo.
Kepa decide quedarse unos días más con su familia en Bilbao, pero por motivos de trabajo nosotros debemos volver a Madrid y Marco a entrenar.
Estamos en mi casa, viendo una película.
Mi cabeza se halla sobre el pecho de Marco y su brazo rodea mi cintura.
Éste acaba con toda la comodidad y se levanta a la cocina.
Vuelve en cuestión de segundos, esta vez con las manos ocupadas por un par de donuts y una botella de yogurt líquido.

- ¿Quieres?
- Eres un gordo.
- ¿Estás segura de eso?- arquea una ceja.
- Mucho.

Se deshace de su camiseta e intento evitar mirarle.
Tira la camiseta al otro lado de la sala y vuelve a adoptar la posición en la que estábamos antes.
Su abdomen está perfectamente trabajado, la atracción es máxima y me resulta imposible no mirarlo.

- Una foto te duraría más, ¿no crees?- susurra.
- Esa frase está demasiado anticuado, ¿no crees?- imito su tono de voz.
- Estará anticuada, pero te has puesto roja, ¿no crees?
- No necesito fotos, tengo al Marco de verdad.

Dicho esto, coloco mis piernas alrededor de su torso y me siento sobre las suyas.

- Me gusta este lado tuyo.- comenta con una sonrisa, para después unir nuestros labios.

Él acaricia mi espalda por debajo de la camiseta, de la que termina por deshacerse entre besos.

Comienza a sonar mi teléfono.
La cara de Marco cambia por completo al ver el nombre del contacto reflejado en la pantalla.

Give me one reason || Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora