Capítulo XI

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Siento que nos hacen una foto.
Suspiro y lo dejo estar ya que Kepa no lo ve.

(...)

El vuelo transcurre tranquilo y sin incidentes.
Madrid, por fin.
El guardameta sub 21 me acompaña a casa, bueno, a casa de Álvaro.

- Pasa y descansa un rato.- ofrezco cordialmente.
- No es necesario.- sonríe.

El chico no está mal, diría que es demasiado atractivo.
Le devuelvo la sonrisa y le invito a pasar.
Finalmente acepta y reacciono como una nena pequeña.

(...)

Comienza a llover en Madrid, muy exageradamente.
Llevamos toda la tarde viendo una serie americana, carece de mucho sentido, pero vagamente le presto atención al televisor.
El chico rodea mi cuerpo con su brazo derecho y yo reposo mi cabeza sobre su pecho.
Sinceramente es brutal la confianza que hemos establecido en un día, es un chico muy simpático y cariñoso.
Me está brindando la estabilidad y el apoyo emocional que necesito para dejar de lado lo de Marco y se lo agradezco bastante.

- Elena, creo que debería irme, llevo aquí un día y... No quiero molestar.- se pasa la lengua por los labios.

Ruedo los ojos.

- Sabes que no molestas, es más, te agradezco que estés aquí.- añado.
- Pero la casa es de Álvaro y...
- Y Álvaro está de luna de miel con Alice y no viene hasta dentro de dos semanas.
- Elena, no quería que... Pero... Mira las redes sociales.

Lo miro extrañada.
A decir verdad no había encendido el teléfono desde anoche que lo dejé cargando en la habitación.
Quería aislarme del mundo, al menos por un tiempo.
Desbloqueo el iPhone y lo primero que aparecen son numerosas llamadas perdidas de Marco principalmente, pero también de Álvaro y Maca.
Procedo a abrir instagram, aparentemente "petado" por esa maldita foto del aeropuerto.
Mi reacción no es más que una risa, sin sentido.
Vuelvo a bloquear el móvil.
En el centro de notificaciones veo un mensaje de Marco: "Qué rápido me olvidas"

Vuelvo a reír, esta vez con un sentido completo, ironía.
Todo esto lo realizo bajo la atenta mirada de Kepa.

- Me da igual esa foto, solo somos amigos, nadie tiene por qué meterse en nuestras vidas.
- Estoy de acuerdo.- sonríe.- Pero Marco no ha interpretado lo mismo.
- Seguramente esté demasiado ocupado pensando en apostar por algo, no te preocupes.

Él ríe y yo me muestro seria, lo he dicho muy enserio.
La situación me está consumiendo y no se que hacer.

*Narra Marco*

Desde el balcón de la casa de Isco observo la casa de Morata, en la que se aloja Elena, concretamente se ve la habitación de invitados, en la que ahora descansa mi compañero de selección.
Mataría ahora mismo por ser yo el que estuviese ahí, pero he de reconocer que lo he jodido todo, que he sido imbécil.
Pero ¿quién me iba a decir que me iba a acabar enamorando de ella? ¿En qué estaba pensando cuando acepté?
Ahora ella está mejor con Kepa, y no puedo hacer nada para evitarlo, no ahora.
Necesito hablar con ella y explicarle que lo único que quiero es estar con ella, que no le mentía cuando le dije que sentía la necesidad de protegerla, que sus labios son una adicción para los míos y que no voy a parar hasta conseguir que sea feliz, sea o no a mi lado.
Estoy seguro de que no querrá escucharme, al menos puedo hacer que me lea.
Siendo sincero, hace bastante tiempo que no escribo, así que antes de llevar a cabo el plan B, decido idear el plan A, en el que ambos debemos de poner de nuestra parte y dudo que ella quiera.

Entro en instagram y veo de nuevo las fotos de Kepa y Elena en el aeropuerto, el mundo se me vuelve a venir abajo, como la primera vez que las ví.
Me muerdo el labio y vuelvo a mirar por la ventana, desolado, para encontrarme a Elena sentada entre las piernas del vasco, mientras ambos comparten un mando de la Play Station, jugando a lo que supongo que es el FIFA.
Los celos me consumen cual colilla y la rabia me invade, la impotencia me azota y un impulso me lleva con firmeza a casa de los Morata.

Give me one reason || Marco Asensio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora