Capítulo 22: Malicia.

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Mis ojos se aguaron y mi vista se agudizo, si realmente ese era mi destino en esta universidad entonces yo hubiese preferido marcharme a mi pueblo de nuevo. Daniel bebió un trago de jugo de naranja antes de continuar con sus palabras.

- Yo no permitiré que eso te suceda ¿lo sabes, verdad? –Habló él, dejando el vaso de nuevo sobre la fría mesa.

- Yo... tengo que ir a clase o llegaré tarde, hablaremos de esto después.


Me levanté, di media vuelta y decidí marcharme de allí. Él me atrapo ente sus brazos –Nunca olvides cuanto te quiero, ángel–. Habló mientras me besaba la frente. Mi corazón se derribó, sentí como si hubiese bajado hasta el estómago en este preciso instante.

Teoría de la actuación resultaba ser la matería más aburrida del mundo, quiero decir ¿a quién le interesa quien fue el primer actor de la historia? O ¿Por qué se dio la actuación en el mundo? ¡A nadie!

Una chica estaba sentada a mi lado izquierdo: de piel morena, ojos grandes, oscuros y expresivos, su sonrisa era tan blanca como una impregnación de luz y su cabello, tan oscuro y lacio. Hermosa. Me llamo la atención su interés especial por la clase, aparentemente era la única persona en todo el salón que no estaba a punto de quedarse dormida.

Pasaron dos horas de las cuales una y media pensé en Alex, daniel e Ging, quince minutos observando a la chica y los otros quince minutos simplemente no pensando. Al salir del salón, alguien toco mi brazo con suavidad.

- Disculpa ¿Sabes dónde queda el salón 304B? –Pregunto ella. Era la chica que me causo curiosidad. Su voz resultaba pasiva y agradable, como la voz de una princesa de Disney.

- No lo sé, pero mi siguiente clase es allí –Respondí, observando mi horario también–. Pero, si quieres podemos ir juntas.

- Me encantaría –Habló emocionada–. Mi nombre es Ashley Carmona, soy de Latinoamérica así que no conozco mucho por aquí.

- Yo soy Marceline, es un placer conocerte.

Caminamos juntas hasta el salón próximo. ¡Normal! Ashley parecía una chica normal a diferencia de Key, Sofia o Ging. Me alegre. Aunque mi satisfacción no duro mucho desafortunadamente. Al entrar al salón de clases estaba key de pie junto a un grupo de personas igual de extrañas a ella, con un grandes perforaciones y sus llamativos tatuajes. Cuando me vio se acercó a mí.

- ¡Marceline! ¿Crees que podamos hablar un momento? –Preguntó ella. En realidad no quería, pero también tenía curiosidad de saber que se traía entre manos.

- Está bien.

- Escucha, aun no comprendo que te hice para que estés enojada conmigo, simplemente me preocupe el día que desapareciste y cuando llegase con Ging... –Su voz se estancó en ese momento, luego añadió–: Ella no es una buena persona, no puedes confiar en ella Marceline, es por tu bien.


Key tenía razón en algo: no me había hecho nada.
No tenía sentido estar molesta con ella pero, tampoco me inspiraba gran confianza. A decir verdad nadie me generaba confianza, ni key, ni Ging, ni alex y ahora tampoco Daniel. La única opción de conseguir una amiga normal era la chica latinoamericana, Ashley Carmona.

- Tengo que preguntarte algunas cosas Key –Le dije a ella, interrumpiendo sus palabras–, son de gran importancia para mí.

- ¿Qué tipo de coas?

- Cosas sobre... el Frantic Delirium.

El profesor entró al salón interrumpiendo nuestra conversación, la expresión de Key cambio radicalmente cuando mencione aquel club. Deseé hablar con ella apenas la clase terminará.

A diferencia de la clase anterior esta resultaba mucho más entretenida. Por un momento logre distraerme y olvidarme de todo mí alrededor, hasta que un chico entro al salón. Sentí su mirada clavada en mí. Me tensione.

- ¿Te sientes mal? –me preguntó Ashley, la chica de la clase anterior–. Estas pálida.

Negué con la cabeza y volteé a mirar a Key, quien me devolvió la mirada inmediatamente, luego la apuntó hacia aquel chico. En ese momento me di cuenta que no se trataba de un chico cualquiera. Me acerque a ella.

- ¿Quién es? –Pregunte a Key, quien solamente sacudió la cabeza ignorando mi pregunta.


La clase continuó y mi intranquilidad también. El profesor de expresión anunció la siguiente escena a interpretar: maltrato. Preguntó si habría voluntarios, Ashley y el chico misterioso se levantaron dirigiéndose hacia él.

Mi mirada lo siguió fijamente, esa forma de caminar, su cabello, su sonrisa. Hubo algo en él que me llamo la atención, sus ojos negros. Solo había una persona en el mundo con esa intensa y profunda mirada, Daniel, y si él no era Danie, solo quedaba una posibilidad: aquel chico era Mike , su hermano.


Él clavo su mirada en mí, sonriendo con gran malicia


Triángulo ViciosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora