Nobody Like Us [Joker & Tú]

~Capítulo 30

Un haz de luz que entra por la ventana me despierta, abro los ojos y lo primero que me encuentro es a Jey durmiendo a mi lado. Miro su rostro, se ve tan tranquilo y sereno que podría observarlo por horas sin aburrirme.

Son las ocho y media de la mañana. Hoy es el día, el día en que se definirá todo. Decido levantarme y darme una ducha. Mientras cae el agua por mi cuerpo, recuerdo con detalle lo ocurrido anoche... su cuerpo junto al mío, sus caricias, sus besos.

Preparo el desayuno para ambos aunque no estoy segura si Jey se ha despertado. Mi celular comienza a sonar, lo pongo en altavoz ya que tengo las manos ocupadas cocinando los huevos. Lo dejo sobre la barra y le doy la espalda.

—Buenos días Patricia ¿todo bien? — Saludo feliz de la vida.

—Buenos días Señorita, desearía decirle que está todo bien pero le mentiría— Noto algo de preocupación en su voz y enseguida me la contagia.

— ¿Qué ocurre? —

—Algunos inversionistas de la empresa están furiosos porque usted ha cancelado varias reuniones y se ha alejado bastante de aquí. Dicen que no quieren hacer negocios con alguien que no está interesada, de buena gana aceptarían un representante suyo pero no tenemos—

Toda la alegría que tenía hasta el momento se esfumó con la noticia que acabo de recibir ¡Demonios! No puede estar pasando esto justo ahora.

—He estado envuelta en un lío personal tremendo y sé que no es excusa pero no te preocupes Patricia, yo me encargaré de ellos cuando este lío termine—

Me maldigo a mí misma por estúpida e irresponsable.

—Espero que lo solucione luego porque sin inversionistas y consumidores— Hace una pausa. —La empresa se va a la quiebra—

La llamada finaliza, cierro los ojos ya que mi alma queda pendiendo de un hilo. Black media Enterprises podría irse a pique por mi culpa, todo mi trabajo y esfuerzo se irían a la mierda.

¿Qué diría mi Papá de todo esto? Debe estar furioso por lo que está pasando con la empresa, más bien debe estar decepcionado.

Me sobresalto cuando el aceite de los huevos empieza a saltar, apago rápidamente la cocina. Me doy vuelta y Jey está apoyado con los brazos en la barra al lado de mi celular, mirándome.

—Como desearía que a tu empresa no le estuviera ocurriendo esto— Murmura con aire culpable, como si él tuviese la culpa.

—Es mi culpa Jey, yo me alejé demasiado y ahora estoy pagando las consecuencias— Él agacha su vista.

Oh, mi amado Jey... camino hasta él y lo abrazo.

—No te preocupes, lo solucionaré— Le digo para tranquilizarlo. Él sonríe y deposita un beso en mi frente.

—Ya es hora Princesa— Suelta Jey mientras que yo asiento. Envío un mensaje a Jason.

"Tengo al Joker. Ve por la ruta 71, allí encontrarás una barraca abandonada que está un poco escondida. Él llegará primero, recuerda nuestro trato"

—Listo— Suspiro. —Vamos— No sé si es correcto lo que estoy haciendo pero ya no hay vuelta atrás. No tengas miedo _____ (Tn).

Salimos al garaje, me encamino a mi auto pero Jey me interrumpe.

—Iremos en mi auto. Toma— Me lanza las llaves del Lambo. Lo miro con la boca abierta.

—Es una broma ¿cierto? — Le digo con ambas cejas levantadas. Jey niega con la cabeza.

—Si me lo abollas me enojaré mucho asique cuidado— Dice con total seriedad.

Dios ¿Me va a dejar conducir su hermoso auto morado? Miro las llaves que tienen un mini bufón de llavero y vuelvo a mirarlo.

—Este es tu deseo ¿no? Vamos, antes de que cambie de idea—

Doy unos saltos en mi lugar, creo que nunca había sonreído tanto en mi vida. Me subo al lugar del conductor y arranco el motor, casi dejo a Jey fuera del auto.

Salgo lentamente del estacionamiento y de la casa. El acelerador es muy sensible. Antes de arrancar, me detengo por un segundo.

— ¿No has cambiado de idea? —

—No— Murmura tenso, no está nada seguro con esto. Estoy ansiosa, quiero reírme de mí y en especial de él.

Veo que no viene nadie asique salgo prudentemente. Me incorporo a la interestatal Sur, Jey se mueve en su asiento gracias a los nervios y a la tensión. La carretera está media vacía, ahora es mi momento. Presiono el acelerador y salimos hechos una bala hacia adelante.

¡Esto es increíble! Siento como si estuviera en Rápido y Furioso junto a Toretto.

— ¡____ (Tapdo)! ¡Hey! — Grita Jey. —Nos vas a matar ¡detente! —

Suelto el acelerador y rápidamente comienzo a desacelerar. Oh... mi pobre Joker. Me largo a reír.

Miro por el retrovisor y un Kia Sportage negro viene detrás de nosotros a toda velocidad. Creo reconocer ese auto.

—Jey, mira hacia atrás— Él se voltea, suelta una palabrota y vuelve a su lugar.

—Dobla por la calle Walden y cuando te diga, aprietas el acelerador. Amanda nos viene siguiendo— Me ordena.

¡Sabía que conocía ese auto! Joder, nos está siguiendo. Se me erizan los vellos por el pánico y el corazón me empieza a latir con fuerza. El tráfico por suerte está fluido, espero un hueco entre los autos para girar.

—Ahora...— Dice cuando nos incorporamos a la calle. Aprieto con fuerza el volante, es momento de sacar la corredora de Nascar que llevo dentro. Piso el acelerador a fondo, ambos quedamos pegados a los asientos.

Paso a través de las tres hileras de tráfico serpenteando, ignoro los bocinazos de los autos que esquivo eficazmente. Alcanzo los ciento treinta kilómetros por hora.

—Tranquila Princesa— Murmura Jey con calma pero creo que está más intranquilo que yo. Mira hacia atrás. —Vas bien, ya no la veo—

— ¿A dónde voy ahora? — Pregunto tranquilamente. Que auto más fácil y suave de conducir, quiero uno de estos.

—Gira hacia el puente Bridge y luego entra en la ruta 71—

Hago lo que me dice, ingreso en el puente pero me percato de un atochamiento que está a unos metros. Freno para cambiar al carril rápido, miro por el retrovisor y veo a Amanda acercarse.

¡Mierda! Freno con fuerza cuando veo una camioneta aparecer en el carril rápido. Casi salimos volando por el parabrisas si no fuera por el cinturón. Miro por los espejos y adelanto a la camioneta, paso dos carriles, acelero para adelantar a los vehículos e ingreso al carril rápido.

—Muy bonito ____ (Tapdo), conduces mejor que yo— Dice Jey impresionado. Río al escucharlo.

Veo que se acerca la entrada a la ruta 71, la adrenalina se me sube a la cabeza y el corazón a la boca.

—Sostente Joker— Murmuro y él se aprieta las manos en el regazo.

Cambio el embrague a quinta, aprieto el acelerador y salimos disparados hacia adelante con ciento cincuenta kilómetros. Entro en la intersección y cruzo a la ruta 71 a toda velocidad. Miro por el retrovisor y veo que Amanda se ha quedado en el atasco.

—Así se hace Princesa— Suspira Jey. Veo como su cuerpo se relaja cuando le bajo la velocidad al Lambo. ¡Uau! ¡Eso-fue-maravilloso!

Encontramos la barraca de la ruta 71, ingresamos y el auto de Jason está estacionado afuera del galpón. Debe estar adentro. Con Jey nos miramos, me acaricia tiernamente la mejilla con las yemas de los dedos.

—Es hora— Musita. De repente me estremezco y comienzo a temblar.

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