~Capítulo 10

6.3K 413 37
                                    

Me coloco unos jeans ajustados negros junto con una blusa blanca algo translúcida pero elegante y unos botines negros con un pequeño taco adornados con un cierre dorado en cada pié. Espero que Jey esté listo para ir a la oficina.

Bajo y lo veo sentado en el sofá, está concentrado en sus anillos, los saca y los vuelve a colocar en sus dedos una y otra vez; quizá está nervioso aunque no lo creo.

— ¿Listo Jey? — Tomo las llaves del auto que están encima de la mesa de centro, levanta la vista y en el momento que fija sus ojos en los míos, el sueño de anoche aparece.

Entrando a la iglesia y declarándome su amor, un estremecimiento recorre por mi torso y espalda haciéndome sonreír. No quiero aceptarlo pero es inevitable, creo que siento algo fuerte por Mr. J.

—Sí, vamos— Responde con su voz varonil y me deja seca. ¡_____ (Tn) San Martín contrólate!

Trago saliva, hay mucha gente entrando y saliendo del holding, me aterra pensar que alguien pueda llamar a la policía. Miro a Jey que camina a mi lado pero se ve tranquilo y fresco como una lechuga.

—Buenos días Señoras y Señores— Saluda Jey burlescamente. La gente que se encuentra trabajando adentro queda con una cara de espanto y rápidamente se aleja.

Lo miro mientras lo jalo del brazo, él se encoje de hombros y sonríe. Le encanta que las personas le teman.

— ¡Señorita, él es un criminal asesino! — Grita Patricia, mi secretaria. —Voy a llamar a la policía— Levanta el teléfono.

—Un momento Patricia— Ella saca el teléfono de su oreja sin quitar la vista del Joker. —Nadie llamará a la policía y nadie hablará de esto afuera de este lugar—

Alzo la voz para que todos me escuchen, soy la jefa asique deberán hacer caso.

—Si llego a oír alguna palabra de que Mr. J está aquí, me encargaré de buscar a quiénes hayan corrido el chisme y los pondré de patitas en la calle ¿entendido? — Todos asienten lentamente

—Bien y no hablen tan mal de este Señor— Levanto la vista hacia él. —No nos consta que sea tan criminal como dicen— Jey me mira con el ceño fruncido como si estuviera sorprendido. Nos dirigimos al ascensor para ir a mi oficina.

Entramos y Jey mira a su alrededor. —Debo enviar un email a unos colegas y luego vamos a los computadores— Informo mientras enciendo la laptop.

—No creí que me defendieras frente a tus trabajadores— Dice sentándose frente a mí, lo miro por encima de la laptop.

—Tú no necesitas nadie que te defienda— Él sonríe arrogante porque sabe que tiene control sobre las personas... y sobre mí.

Tecleo las últimas frases cuando la puerta de mi oficina se abre de golpe, me paro de un salto cuando veo entrar a Melissa _____ (Tapllido). Sí, tiene el mismo apellido que yo tenía antes. Es la mano derecha de Jason y Bruce, siempre viene a mi oficina a molestarme para que me haga socia de ellos pero eso no va a pasar.

— ¡Qué demonios haces aquí! — La odio tanto como ella me odia a mí. Está enamorada de Jason y siempre me ataca por el hecho de que él está conmigo. —Sabes muy bien que no puedes entrar así a mi oficina—

Melissa no es más alta que yo, es una mujer de tez blanca y cabello rubio oscuro con unos ojos pardos.

—Tan amargada como siempre— Dice riendo. —Mi querido jefe Jason dijo que te entregara esta nueva propuesta— Deja unos papeles encima de mi escritorio.

—Dile a mi QUERIDO NOVIO— Remarco la frase para enfurecerla. —Que si quiere ser mi socio, no mande a tontas despechadas acá— Melissa me fulmina con la mirada mientras echa humo, mira hacia el lado y ve a Jey.

—No puedo creerlo, el famoso Joker aquí— Dice sin miedo alguno, al contario, lo dice con un arrebato que me irrita. — ¿Qué pasaría si le digo a Jason que tienes a su enemigo en tu oficina? — Me desafía con la mirada.

— ¿Me estás amenazando? — Alzo ambas cejas. Aparte de tenerla en frente debo soportar sus estupideces.

—No, sólo digo que si Jason se entera por mí, quizás me gane un ascenso y algo más— Peina su pelo con la mano y mira a Jey ¿le está coqueteando? Inspiro para no correr y tirarla de esas mechas.

— ¿Qué esperas? Anda y dile a Jason, yo misma me encargaré de que te de tu ascenso— Frunce el ceño. — ¡Pero en Alaska si es posible! — Golpeo el escritorio y ella da un pequeño salto.

— ¡Ahora ándate antes de que te eche a patadas! — Camino hacia a ella, la tomo del brazo y la saco de la oficina. Cuando me volteo, Jey me mira con expresión divertida a lo que no puedo negarle una risa.

—Enciende uno de los computadores— Le ordeno mientras cierro la puerta del laboratorio.

—Listo, ahora sabremos quién es el imbécil— Se sienta frente a uno y me paro a su lado, una pregunta me aborda.

—Jey ¿por qué estás tan interesado en salvar personas? Digo, tú has matado a varias—

—Sí pero no he matado a inocentes— Asiente. —Ahora va a morir mucha gente buena— Me quedo mirándolo, por lo que veo no es tan malo después de todo.

—No siempre fui lo que soy ahora _____ (Tapdo), antes era alguien bueno— No aparta los ojos de la pantalla y quedo aturdida.

— ¿Quién eras antes? — Lanzo la pregunta sin meditarla y ahora es cuando me mira.

Cierra los ojos por un momento y los vuelve a abrir. —Era alguien que sí tenía corazón— Murmura con gesto dolido y me sorprende. ¿Cuál es el pasado del Joker?

— ¿Y ahora no tienes corazón? — Me dedica una media sonrisa.

—No— Dice casi susurrando, miro su rostro y mis manos se mueren por acariciarlo.

—Yo creo que sí— Musito mientras me mira con los ojos muy abiertos y unas inmensas ganas de besarlo me invaden. Un sonido nos exalta y Jey cambia su mirada bruscamente ¡Maldita sea!

—Ya está— Dice y miro la pantalla, ni siquiera me di cuenta que había abierto todos los programas. —No vas a creerlo— Se me eriza la piel.

— ¿Quién es? —

—Son tres, uno es Jason Todd, el otro Bruce Wayne y hay un tercero que no sale su nombre real— Me llevo una mano a la boca ¿Jason y Bruce? ¡No puedo creer lo que estoy escuchando! ¡Los héroes de la ciudad piensan matar miles de vidas!

—Ahora estos imbéciles me las van a pagar— Murmura Jey formando una enorme sonrisa en sus labios.

Nobody Like Us [Joker & Tú] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora