Nobody Like Us [Joker & Tú]

~Capítulo 21

Con Rick recorrimos durante la semana cada boutique, tiendas elegantes y diseñadores de vestuario que hay en Gótica buscando las prendas adecuadas para cada integrante del Escuadrón. Los trajes acaban de llegar esta mañana y estamos a unas cuantas horas del evento, me encamino a la sala para hacer entrega de los paquetes.

—Espero que les gusten— Digo cuando termino de hacer la entrega correspondiente a cada uno. Lastima que Croc no pueda acompañarnos debido a que es complicado ocultarlo.

— ¡_____ (Tapdo) este vestido es precioso! — Masculla Harley emocionada mientras mira el vestido rojo strapless que escogí para ella. Me sorprende cuando se acerca y me da un abrazo. —Gracias, me encanta—

Miro a Jey que está observando detenidamente su traje, espero que le guste o si no, no sé qué haré. Miro el reloj de la pared y ya son las siete de la tarde, es mejor que nos comencemos a arreglar.

—Chicos, debemos ir a arreglarnos para no llegar tarde— Anuncio, todos comienzan a correr despavoridamente a las habitaciones quedando solos Jey y yo.

—El traje es muy elegante pero hay un problema— Frunzo el ceño ¡Sabía que encontraría algo mal! —Esto no lo puedo ocultar— Apunta su reluciente y bien peinado cabello verde.

—Ya lo tenía pensado Joker— Sonrío y ahora él frunce el ceño. —Toma— Le entrego un paquete que tenía colgando en mi muñeca.

Lo abre y de adentro saca su antifaz negro y un sombrero borsalino del mismo color.

—Bien pensado Señorita San Martín— Asiente con la cabeza.

—Estamos para complacerlo Mr. J— Digo con aire coqueto y desafiante, algo no propio de mí. Jey me mira sorprendido y antes de que diga algo, corro escaleras arriba.

Me reprendo mentalmente en mi habitación cuando recuerdo aquella idiotez que dije abajo, no suelo comportarme coquetamente con nadie pero si se trata de él, no puedo evitarlo. Sacudo la cabeza para esfumar; por un momento aunque sea, la imagen de Jey y centrarme en mi vestido.

Abro la caja que lo contiene y es un hermoso vestido color rosa pastel con flores blancas que bajan desde la parte superior hasta la caída del vestido que es un fino tul, tiene un cinturón con pequeños cristales en el.

Elijo un peinado romántico y nada complicado, una cadena de trenza. Me maquillo ligeramente. Al mirarme en el espejo quedo satisfecha con mi atuendo, el vestido me sienta bien. Saco el antifaz de la caja, es del color de las flores y tiene un diseño veneciano.

— ¡_____ (Tapdo) solo faltas tú! — La voz de Rick se escucha desde el piso de abajo, me coloco el antifaz haciéndole un nudo atrás y me encamino a la escalera.

Los observo desde arriba, se ven todos muy bellos y elegantes pero mi vista se centra en él. Jey viste un traje negro, la camisa blanca junto con una corbata negra, el antifaz y el sombrero. Sus ojos se posan sobre los míos, el azul brillante resalta aún más con el negro, mis mejillas se ruborizan cuando me inspecciona por completo.

Los chicos comienzan a salir de la casa, Jey me observa mientras bajo la escalera. En los últimos tres escalones, él me extiende su mano para ayudarme la cuál acepto agradecida.

—Se ve muy hermosa Señorita— Carraspea la garganta, siento que voy a explotar de vergüenza.

—Y usted Mr. J, muy elegante— Sonrío, él hace un gesto con la cabeza en forma de agradecimiento y nos encaminamos hacia afuera.

Llegamos al lugar del evento. Césped verde por todos lados simulando ser alfombra, la entrada al salón es una hermosa recepción con ventanales al suelo. Me acerco a la chica que se encuentra en la entrada.

—Buenas noches, ¿reservación para _____ (Tn) San Martín?— Ella busca mi nombre en una lista que sostiene en la mano.

—Por aquí por favor— Indica la chica, bajamos por una enorme escalera; que parece como de cuentos de princesas; dándole paso al enorme salón que tiene mesas elegantemente decoradas, candelabros de cristal colgando desde el techo y un escenario con animadores y músicos esperando por la llegada de todos los citados.

—Esta es su mesa para ocho, que disfruten la noche— Le dedico una sonrisa mientras la amable chica se retira.

Los chicos miran y comentan fascinados acerca del lugar cuando ya estamos sentados a la mesa, me alegra verlos tan animados y divertidos. Algo de alegría no le viene mal a nadie. Miro a mi alrededor buscando a Bruce y a Jason, los diviso en una mesa que está a unas cuantas de la nuestra y Melissa se encuentra con ellos.

Cuando todas las personas citadas han llegado, el Presidente da la bienvenida y agradece por la presencia de todos nosotros. Sin más rodeos, da el inicio y los mozos comienzan a servir la entrada de la cena.

—Jamás me imaginé en un lugar como este— Dice Boomerang tomando su copa de vino merlot. —Es por eso que debemos hacer un brindis. Brindo por este lugar hermoso y porque nos vemos elegantes— Todos imitan su gesto.

—Y brindo también por la Señorita San Martín— Añade Jey poniéndose de pie, está frente a mí en el otro extremo de la mesa. —Gracias a su amabilidad, estamos aquí ahora. Salud— Me mira directamente a los ojos antes de beber un sorbo de vino.

— ¡Salud! — Decimos al unísono y nos llevamos nuestras copar a la boca, brindo sin quitarle la mirada de encima.

Al acabar la cena, la música comienza a sonar más fuerte y las luces se vuelven más tenues. Es hora del baile y admito que no soy una diosa para eso, parejas comienzan a arrastrarse a la pista de baile. Veo que Jey se para y se encamina al baño, espero que no se encuentre con Bruce o Jason, me pone nerviosa pensar que lo puedan descubrir.

Luego de unas cuantas canciones alegres comienza a sonar una melodía romántica.

— ¡Amo esta canción! — Dice Harley emocionada, en un dos por tres tiene a Floyd en medio de la pista de baile. Lo mismo ocurre con Boom, Katana, Rick y June... me quedo sola sentada a la mesa mientras los veo abrazarse y moverse lentamente.

Parece ser que soy la única sola en este salón, ni siquiera mi 'novio' ha aparecido. Aunque no sé bailar lento, admito que me da algo de tristeza estar sentada mirando. Bajo la vista a mi regazo mientras juego con mis dedos ignorando a las parejas felices.

De pronto una mano extendida se posa frente a mi vista, levanto la mirada y ahí están esos intensos y brillantes ojos azules mirándome.

— ¿Quiere bailar esta canción conmigo hermosa Señorita? —

Lo quedo mirando por un momento ya que siento que el corazón se me va a salir ante esa humilde y romántica petición. Jey me sonríe cuando pongo mi mano sobre la suya, se la lleva a su boca y deposita un casto beso en mis nudillos, me pongo de pie tratando de rearmar mi corazón que se ha derretido por él...

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