Kageyama Tobio

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Soltó un suspiro cuando estacionó el auto en el garaje, no veía el momento de cruzar la puerta de entrada y llegar por fin a su hogar luego de aquel día tan exhaustivo

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Soltó un suspiro cuando estacionó el auto en el garaje, no veía el momento de cruzar la puerta de entrada y llegar por fin a su hogar luego de aquel día tan exhaustivo. Tomó su chaqueta y bolso para salir del vehículo una vez que apagó el motor, encendiendo la alarma para correr hacia la puerta cubriéndose con el abrigo para no mojarse con la lluvia.

—Hola, bebé~ —le habló suave a su gato quien ya estaba restregándose entre sus piernas desde el momento en que puso un pie dentro de la casa.

Sacudió la chaqueta antes de colgarla para quitarse los zapatos. Poco a poco desprendiéndose de las molestias, soltando el cierre de su falda, desabrochando su camisa y soltando su cabeza.

Se le hizo algo extraño notar las luces encendidas, aunque con el revoltijo que tenía en la cabeza seguramente se le habría olvidado apagarlas cuando se fue, sin embargo desechó la idea en el momento en que llegó a la sala.

Mordió su labio inferior notando a Kageyama dormido sobre el sofá, viéndose de lo más tierno por tan solo estar ahí quieto.

Ignorando su cansancio y hambre la chica se acercó hacia él para inclinarse frente a su rostro luego de sentir un leve balbuceo proviniendo de su pareja, acercándose a él para prestarle atención a lo que decía.

—Mi... Mina —balbuceó enterneciéndola al extremo escuchando su nombre saliendo de sus labios, los cuales se encontraban semiabiertos. El pelinegro aún vestía un pantalón de deporte con una camiseta suelta mientras la chaqueta del conjunto estaba estirada sobre el espaldar del sofá.

Acercó su dedo a su cabello para apartarlo de su cara, ya había crecido mucho y empezaba a taparle los ojos. Con la yema del dedo empezó a delinear sus facciones aprovechando su sueño pesado.

No esperaba para nada verlo ahí ese día ya que ni siquiera estaba en la cuidad debido a partidos bastante lejos de ahí, y para nada le había comentado que llegaría ese día.

—Mina —soltó un suspiro mientras apretaba los ojos removiéndose entre sueños.

Cubrió su boca para no echarse a reír pensando en lo que podría estar soñando el chico.

—Tobio —lo llamó acariciando su mejilla haciendo que de forma inconsciente su cabeza buscara más cercanía con su mano—. Bebé, estoy en casa.

Notando como no parecía despertar optó por arrodillarse en el piso para tener la suficiente comodidad de posar sus labios sobre su frente, empezando a dejar una línea de besitos desde el inicio de su cabello bajando por su mejilla hasta llegar a su barbilla y labios.

Un leve sonrojo empezó a aparecer en las pálidas mejillas del jugador mientras abría poco a poco los ojos para verla.

—Hola, bebé —susurró dejando un último beso sobre su nariz viéndolo por fin despierto.

—Llegaste —hablando con la voz aún ronca, estiró las manos soltando el cojín en el proceso, para entrelazar sus brazos detrás de su cuello y atraerla en un abrazo.

Soltó una risita regresándole el abrazo estando aprisionada con el rostro escondido en su cuello. Un intenso olor a jabón inundó sus fosas nasales por lo que respiró profundo disfrutando el olor, aquello era lo que le recordaba a Tobio.

— ¿Comiste algo? —Pregunta notando su mochila deportiva tirada en el suelo, él seguramente había llegado y se había recostado en el sofá.

—Acuéstate conmigo —pidió con la voz ahogada contra su hombro—. Quiero dormir contigo.

—Dormiremos juntos una vez que comas algo —dice de regreso no queriendo dar su brazo a torcer.

Quejándose Kageyama apretó su agarre impulsándose con el resto de su cuerpo para girarse y traer consigo a la chica, escuchando como soltó un chillido cuando se vio atrapada entre el espaldar del sofá y su cuerpo, rodeándola también con una de sus piernas para que le fuera imposible moverse.

Extrañaba demasiado estar así con su chica, sintiendo su aroma propio, notando como sus manos encajaban a la perfección a cada lado de su cadera como si hubiesen sido hechas para estar ahí toda la vida.

Una pequeña parte de su cabeza se recriminaba por lo cursi que a veces sonaban sus pensamientos, estaba más que seguro que cualquiera se echaría a reír si pudieran leer su mente.

—Te extrañé —murmuró contra su oído, enviando una descarga eléctrica por su columna vertebral.

—Y yo a ti cariño —dijo rindiéndose por fin y cediendo al abrazo del pelinegro, enterrando su rostro aún más en su pecho.

Quizás no sería el lugar más cómodo para dormir y seguramente estarían mucho mejor en su espaciosa cama, sin embargo estaban juntos, acurrucados y juntos, y para ellos era lo único que importaba.

Con su cabeza escondida en su cuello, sus manos haciendo líneas en su espalda y el minino de ambos subiendo sobre sus dueños buscando un lugar cómodo para dormir. No podían pedir nada más.



Reescrito el día: 09 de mayo de 2021

Sí, como lo verán dice reescrito porque, si se fijan en los comentarios y si alguien lo recuerda, este one shot era otro muy diferente y seguía sin convencerme del todo para corregirlo. En su lugar decidí escribir uno completamente nuevo el cual espero que les haya gustado.

Reesubido el día: 10 de mayo de 2021

HAIKYUU || one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora