Bokuto & Akaashi - Especial Padres

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Advertencia: Capítulo largo, pero escrito con mucho amor

Hana sabía a la perfección que había conocido a sus alma gemelas, y si, en plural. En sus épocas de preparatoria, debido a una lesión bastante grave, se le fue la oportunidad de ser parte del equipo femenino de voleibol de Fukurodani, obligándola a escoger otro club.

Bufando la chica iba por el pasillo luego de llenar los papeles para su salida del equipo de voleibol, fue entonces cuando levantó la mirada al escuchar el sonido de los balones chocando justo cuando pasó por el gimnasio del equipo masculino. Antes de darse cuenta su mano ya se encontraba sujetando la manilla de la puerta dispuesta a entrar al lugar, soltando un suspiro al momento de abrir la puerta.

Fue entonces cuando escuchó un grito de alerta segundos antes de que un balón volaba hacia ella, cerrando los ojos con fuerza su cuerpo actuó por sí solo y sus reflejos hicieron que levantara su brazo sano para parar el objeto.

— ¿Estás bien, Takagi? —Se apresuró a preguntar el ace mientras corría hacia ella, culpable de haber mandado el balón a su dirección.

—Perfectamente —asegura brindándole una pequeña sonrisa para calmarlo. Notó las miradas sobre ella lo que la cohibió un poco hasta que notó al entrenador—. ¿Puedo quedarme a ver su práctica?

Luego de la afirmación del hombre se adentró al gimnasio para tomar asiento donde no estorbara a nadie, contestando a las pequeñas preguntas de los chicos acerca de su lesión deteniéndose tan solo luego de las palabras del entrenador pidiéndole que dejaran tranquila a la chica.

Hana tan solo sonrió por lo bajo sentándose en el suelo contra la pared, apoyando su brazo dentro del cabestrillo, mordiendo su labio cuando se movió su hombro. De esta forma se continuó la práctica de los chicos.

Ahora que lo pensaba nunca se había dado un tiempo de ver alguna práctica del equipo masculino, aunque por obvias razones los había visto en partidos pero ahora se daba cuenta que un entrenamiento era muy diferente. Su mirada iba de aquí para allá sin poder mantener sus ojos sobre uno solo de ellos, cada uno de los jugadores eran de lo mejor y poder verlos dar lo mejor de ellos aunque fuera una simple práctica era algo digno de ver.

Pero fue ese momento en que se dio cuenta del verdadero potencial de cierto par. Todo pareció moverse en cámara lenta cuando el balón tocó los dedos del pelinegro, segundos antes de que el capitán saltara al otro lado en posición perfecta para rematar estrellando el balón al otro lado de la cancha.

A sus oídos llegó el grito de victoria de Bokuto quien corrió hacia Akaashi para chocar sus manos con fuerza sumamente emocionado.

Sintiendo la presencia del entrenador junto a ella, Hana giró su rostro para encontrarse al hombre mirando con una sonrisa a sus jugadores—. Entrenador, ¿puedo ser mánager también?

El aludido giró hacia ella con una ceja alzada brindándole una sonrisa cálida mientras dejaba caer su mano sobre su hombro, le alegraba el hecho de que estuviera sobrellevando su imposibilidad volver a jugar. Haría todo lo posible para que siguiera su pasión por el voleibol a pesar de no poder jugar.

Los meses pasaban y la chica se familiarizaba mucho más a Kaori y Yukie ambas ayudándola a ser una buena mánager mientras se recuperaba de su lesión tratando de que se esforzara lo menos posible. Al mismo tiempo los chicos estaban más que entusiasmados por el nuevo miembro en el club, haciendo todo lo que estuviera en sus manos para hacer que la chica se sintiera como en casa.

— ¡Hana-chan! —La chica giró ante el llamado, encontrándose con el capitán corriendo hacia ella siendo seguido de un tranquilo Akaashi— ¿Tienes algo que hacer?

HAIKYUU || one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora