Kozume Kenma

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Era una hermosa tarde, la primavera estaba llegando por lo que los árboles y plantas florecían de nuevo llenando todo con sus bellos colores

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Era una hermosa tarde, la primavera estaba llegando por lo que los árboles y plantas florecían de nuevo llenando todo con sus bellos colores. Sin lugar a dudas un día perfecto para el plan perfecto.

— ¡Kenma! ¿Podrías soltar ese aparato por un segundo? —Lo regañó el pelinegro cuando notó que el más bajo sacaba su PSP para ponerse a jugar de nuevo— Esta es tu oportunidad perfecta para declararte a Shiro-chan y tú solo estás pendiente de tu juegito.

—No es perfecta, tú estás aquí —masculló con simpleza sin siquiera apartar la mirada de la pantalla—. Y ella no está aquí, fue a comprarse un helado.

—Ella fue a comprarse un helado porque no quisiste ir tú, y si yo estoy aquí es porque la última vez que salieron ustedes solos, un grupo de chicos empezó a acosarla.

La imagen mental volvió al menor recordando aquel fatídico día donde había sido un completo inútil—. Eso solo pasó una vez y no hice nada porque ella no me dejó.

Kuroo suspiró mientras miraba de reojo hacia chica que debía estar en el puesto de helado, debía. Se contuvo únicamente por el bien de su plan.

—Pues tienes una buena oportunidad porque está sucediendo de nuevo.

De inmediato Kenma de verdad apartó sus ojos de su juego, el cual por consecuencia perdió, para buscar con su mirada a la chica. Esta se encontraba a unos cuantos metros del puesto de helado mientras era rodeada por un grupo de chicos vestidos con un uniforme diferente al de ellos.

Kuroo de verdad se sorprendió cuando vio al chico ponerse de pie luego de meter el aparato en su bolsillo, caminando con decisión hacia donde se encontraba Shiro.

"Ah~, crecen tan rápido"

—De verdad no estoy interesada en acompañarlos, vine con mis amigos —dijo la peliblanca sintiéndose bastante intimidada debido a la altura de los chicos frente a ella—. Ya debo irme.

—Oh, vamos, si estabas completamente sola —salió uno de estos mientras se apoyaba en el tronco del árbol donde la chica estaba apoyada de espalda.

—Prometo que te divertirás, podemos ir a pasear por allí si así lo quieres, ¿qué opinas?

—Yo en serio quiero irme. —Esto fue lo único que escuchó el colocador de Nekoma cuando se acercó a ellos.

—Ella les dijo que la dejaran en paz —alzó su voz apareciendo detrás de los chicos, haciendo que los ojos se Shiro se iluminaran al verlo.

Los cinco chicos se giraron hacia la fuente de la voz, encontrándose con un pequeño que con suerte les llegaría al pecho. Sin poder evitarlo todos se echaron a reír.

— ¿Estás perdido, niño? ¿Ella es tu niñera? —Dijo uno de los mastodontes mientras dejaba unas palmadas sobre su cabeza.

«Pero si soy más alto que ella»— Ella es mi mejor amiga, así que ya déjenla en paz —no sabía de dónde estaba sacando tanta valentía para hablarle de esa forma.

Esos chicos no eran Yamamoto, esos si le darían una paliza con muchísima facilidad.

— ¿O qué? —El más alto de todos se acercó hasta él mientras inclinaba su cabeza para quedar más a su altura— ¿Piensas hacer algo?

«Ellos son cinco y yo solo uno, sería una masacre. No tengo las habilidades suficientes como para vencerlos, se nota que están varios niveles más avanzados que yo. Sería un suicidio»

—Él no, pero yo si —la gran aura del capitán a su espalda le dio a entender a Kenma que Kuroo se encontraba justo detrás de él.

Shiro no dudó en correr hacia el recién llegado mientras lo usaba de escudo humano, dañando aún más el orgullo de su otro amigo.

De nuevo había sido un inútil.

Una silenciosa batalla de miradas se había creado entre Kuroo y los chicos malos, los cuales sin decir nada dieron media vuelta y se alejaron de ellos sin más. Había sido así de fácil.

—Gra-Gracias, Kuroo —susurró la chica aún un poco nerviosa—. Y a ti también, Kenma.

—Yo no hice absolutamente nada —suelta un gruñido mientras dejaba su mirada clavada en el suelo.

El mayor suspiró de nuevo por la decepción de tener que tirar a la basura otro de sus planes, ya no le quedaba más opción, era ahora o nunca.

—Agh, ustedes dos me dan jaqueca. Shiro, le gustas a Kenma y Kenma, le gustas a Shiro —con facilidad y rapidez sujetó la parte trasera de sus cabezas y, aprovechando su estado de shock, los empujó haciendo que sus labios chocaran en un torpe beso—. Ahora sean felices y dejen de ser tan cobardes.

Los dos chicos de segundo se encontraban sonrojados y nerviosos hasta la médula, boquiabiertos, con los ojos bien abiertos y aún sin poder creer que aquello de verdad estaba sucediendo.

—Vayamos a una cita, Shiro —dijo Kenma tratando de sonar decidido, aunque por dentro seguía temblando como chihuahua—. ¿Te gustaría?

La chica no dudó en asentir de forma entusiasmada con la cabeza mientras, ella también en un arrebato de valentía, acortó la distancia entre ellos para abrazarlo.

«Si que crecen rápido»

—Ustedes váyanse y tengan una cita ahora mismo, es una orden —saltó Kuroo cruzando sus brazos tratando de lucir aún fastidiado con ellos.

Pero vaya que estaba orgulloso de ambos, mientras los veía alejarse de él no podía evitar ver a los dos niños pequeños que salían de casa de no ser por sus súplicas, los cuales al principio ni siquiera podían dirigirse la palabra y se comunicaban usándolo de intermediario. Verlos caminar con las manos tímidamente tomadas lo hacía sentir como un hermano mayor orgulloso.

De repente dejó de sentirse solo, girando para encontrarse de nuevo con el grupo de chicos.

—Disculpa que no hayamos logrado el objetivo —sale uno de estos haciendo que Kuroo negara con la cabeza mientras sonreía de lado.

—Creo que me pasé un poco, se les notaba nerviosos —confesó rascando su nuca algo culpable—. Pero al final creo que si funcionó, gracias.

Los cinco chicos hicieron una reverencia frente al pelinegro antes de despedirse y dejarlo solo. Sacó su celular entonces para escribirle a Terushima y agradecerle que utilizara el favor que le debía el equipo de baloncesto de su preparatoria para ayudarlo a él.



Editado el día: 08 de mayo de 2021

Reesubido el día: 10 de mayo de 2021

HAIKYUU || one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora