HAIKYUU || one shots

Akaashi & Kenma

Los ojos de la fémina se dirigieron a la pequeña pantalla donde mostraba el siguiente destino al que estaban a punto de llegar, apretando la mano con la que se sujetaba al tubo de pie cerca de las puertas mientras cargaba su mochila con la otra mano. Empezó a zapatear de forma suave con emoción al ver como el metro entraba en la estación empezando a desacelerar.

Desde antes de que las puertas fueran abiertas ella ya había visualizado al pelinegro esperándola en el andén aún vestido con el uniforme de Fukurodani, el cual seguía perfectamente acomodado.

Salió casi dando brinquitos corriendo al final para lanzarse a abrazar al chico, colgándose de su cuello mientras este la sujetaba con fuerza por la cintura.

—Te extrañé tanto —expresó una vez que sus pies tocaron de nuevo el suelo pero sin ser aún soltada por sus manos.

—Yo igual —dice con un tono más suave, sonriendo mientras subía una de sus manos a su mejilla para acariciarla y acto seguido posar sus labios sobre su frente.

Ir a preparatorias diferentes en prefecturas diferentes les hacía imposible verse tanto como desearan, con suerte podían reunirse una vez a la semana cuando los chicos no tenían práctica en sus respectivos clubes. Y ahora que se encontraban a punto de entrar en época de exámenes sabían que sería mucho más complicado verse, sin embargo un mensaje de Kuroo avisando sobre el estado de Kenma los llevó a dejar todo de lado para ir a verlo.

—Vamos antes de que se haga más tarde —dirige extendiendo su mano para empezar a caminar a la salida una vez que la mano de la chica sujeta esta con emoción.

Su mirada se clavó en la unión de sus manos, sonriendo entusiasmada pensando en lo mucho que extrañaba aquello y no solo una muestra de afecto, lo extrañaba en demasía por lo que hasta lo más mínimo le traía mucha nostalgia. Por alguna razón en su mente empezaron a surgir un sinfín de recuerdos con Akaashi como si fuera un carrete, sonriendo al recordar la vez que se conocieron.

{...}

La pequeña Nana caminaba con emoción por el pasillo en dirección al patio de la escuela, dos de sus amigas habían faltado a clases por haber pescado un resfriado debido a la llegada de la primavera. Sin embargo se las apañaba muy bien sola, era una niña tan parlanchina que no tenía problema en llevarse muy bien con el resto de sus compañeros razón por la cual se apresuraba a ir afuera y jugar en grupo.

No obstante se detuvo antes de correr con los demás en el momento en que vio a un chico de cabellera negra sentado por su cuenta en una banqueta. Se le hizo imposible no apresurarse hacia él y acercándose por su espalda.

— ¿Estás bien? —Cuestiona asomando su cabeza por su hombro haciendo que el niño girara su rostro para verla, en ese momento ambos dirigiendo sus miradas hacia un sándwich desarmado en el suelo— ¿No tienes más nada para comer?