60

484 35 5
                                    

Salgo del baño sin el trance en el que estaba, encontrando todo organizado y una maleta de viaje sobre la cama. JiMin se encuentra de espalda a mí con otra ropa. Al darse cuenta de mi presencia quiero devolverme al baño, pero tengo que comportarme como un bendito adulto; tengo que dejarlo hablar.

—¿Te vas y me vas a dajar solo de nuevo?— decido terminar con el silencio.

—Jamás haría eso de nuevo.

Se acerca a la mesa de noche y llena dos vasos con algo que parece café. Se sienta en la cama y me ofrece sentarme a su lado; me siento demasiado incómodo así que rechazo.

—No digas nada, sólo escuchame, te lo ruego.

Eso es lo que hago, no niego ni acepto nada cuando me cuenta de principio a fin todo lo que ocurrió. Me asegura que no miente y empiezo a creerle, tanto que empiezo a llorar mientras que él se contiene.

—Debiste decírmelo maldito idiota—le reprocho con mal genio.

—Lo sé, perdóname por no hacerlo— me paseo por la habitación de un lado a otro pensando en lo siguiente que haré; será un paso difícil.

—Te perdono— sus ojos se iluminan—. Pero prometeme que no te irás de mi lado nunca más y estaremos el uno para el otro— le digo con una mano en el cuello de su camisa.

—Te lo prometo— me dice con dificultad.

Nos miramos a los ojos intensamente, con una estúpida risa unimos nuestros labios por fin; después de hace mucho por fin estamos juntos.
Me hace sentar en su regazo; yo pongo mis brazos al rededor de su cuello y él mi culo.

—Hace mucho tiempo quería hacer esto bebé— me confiesa juntando más  nuestros cuerpos.

—Ahora falta que sólo seas mio y yo sólo tuyo Jeon JungKook— me susurra en el oído.

—Es mi turno de decir que hace mucho quería ser tuyo Park JiMin.

Con una traviesa sonrisa me alejo de sus labios y guío mis manos a la bata; ha llegado el momento más esperado.

—Oh no, eso me toca a mí— cambiamos de posición quedando yo bajo su cuerpo.

Con delicadeza me va bajando por los hombros la bata hasta dejarme desnudo a su vista; me observa de arriba abajo sin dejar escapar algo. Aunque mi desespero me gana y comienzo a quitar su ropa.

—Tu cuerpo es mucho mejor a como me lo imaginé— me confiesa en excitantes susurros en mi oído.

—Aprovecha— mi cuerpo se frota con el de él para excitar nuestros cuerpos más.

Dejo salir suspiros cuando empieza a moverse de arriba y abajo frotando nuestros penes erectos. Abandona mi boca dejándome jadeante y necesitado; baja sus besos basta mi miembro, dando unas pocas lamidas.

—¿Estás listo?— desde que lo conocí.

—Para ti siempre.

Sitúa su la punta de su pene en mi entrada palpitante; cada que entra lo halo del cabello y jadeo sobre su cuello.

—A-aah— me quiere destrozar.

—¿Sigo?— pregunta pero no soy capaz de responder, miro sus labios.

—S-si— Lo único que logré articular.

Comienza con suaves penetraciones, entrelazo mis piernas en su cadera mientras que él me acaricia el estómago. Lo acerco del cabello dándole iniciativa para que inicie las embestidas más fuestes.

—¿Estás bien?

—Mmmgh ah.

Me abre la piernas hasta dejar mis rodillas casi que en mi pecho; me siento muy excitado y sin control, con desespero busco donde aferrarme. Su cuerpo empieza a sudar y yo quiero lamer cada gota; baja la velocidad y me mira a los ojos, con eso me dice muchas cosas.

Quiero besarlo justo cuando me siento al límite, nuestros cuerpos se mueven al ritmo de sus movimientos, la única alternativa que tengo es aferrarme de sus brazos.

Gimo con fuerza y me retuerso en mi lugar, tomo mi pene y lo masturbo hasta llegar al orgasmos; me arqueo dejando que mi semen caiga sobre mi estómago.
En el momento en que miro a JiMin sé que está a punto de llegar, el sudor resbala por sus músculos haciéndome delilar. Cada esfuerzo se ve reflejado, su cara de satisfacción cuando llega me da más años de vida; me hace sentir por fin lleno y no únicamente allí.

No necesitamos decirnos un te quiero o un te amo, sabemos que desde aquí todo será diferente.

—No...— hace una pausa regulando su respiración—. Nos vamos a Francia.

Es justo ahí: en Francia, su capital París donde todo empieza de nuevo, que frente a la torre Eiffel cierran un pacto, un romance lleno desastre que al final dará sus buenos frutos, porque de los errores se aprende.

Adult Ceremony (Jikook) Where stories live. Discover now