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Llego a lo que es la casa de JungKook, y no es para nada pequeña, hasta podría decir que es más grande que la mia. Estaciono el auto y camino hacia la puerta, justo cuando iba a intentar abrirla el KiunJu la abre; su rostro de preocupación y nervios me llama la atención.

—Pasa— entro detrás de él.

—¿Para qué soy bueno?—le pregunto a la vez que admiro cada detalle de la casa.

—Venga— Lo sigo en silencio hasta llegar frente a una puerta que se encuentra entreabierta; me permita que siga.

Cuando abro la puerta por completo mis ojos se abren a tope, miro a Jeon y mantiene su mandíbula tensa junto con sus ojos llorosos.

—Es la habitación de mi hijo— pastillas por el suelo, rastros de sangre seca y vidrios rotos; un completo desastre.

—¿Qué pasó?

—Eso mismo me pregunto yo JiMin.

Me quedo pensando en la llamada, miro el rostro de KiunJu y luego relaciono todo con la situación.

—Debemos irnos.

—¿A dónde?— la expresión de nervios en su rostro me hace estar más paranoico.

—Creo saber donde está JungKook— me observa indignado.

—¿Sabes algo y no me habías dicho?—me pregunta con falsa calma.

—En el camino le cuento.

...

Llegamos al hospital en autos diferentes, pero mismo recorrido. Entramos y empezamos a preguntar por JungKook; nadie nos da información.
Así que hacemos otro recorrido hacia otro hospital. Hacemos lo mismo, nadie dice nada, hasta que nos topamos con un doctor que iba de salida.

—Buenas tardes doctor— saluda Jeon cuando está frente a él.

—¿Se le ofrece algo?— pregunta con fastidio. KiunJu utiliza lo que hace un rato implementamos con los enfermeros.

—Necesito que me dé información de un paciente— el doctor intenta irse pero él lo detiene.

—No puedo darle ese tipo de información— aquí viene el as bajo la manga.

—¿Usted no sabe quién soy yo?— lo mira despectivamente—. Soy Jeon KiunJu y él es Park JiMin— me señala— su padre y yo somos dueños de las empresas más importantes del país—. El hombre intenta interrumpirlo —Tengo el dinero suficiente para pagar lo que sea con tal de que me diga si tiene información de mi hijo.

—Siganme— caminamos tras él hasta llegar donde se encuentran más doctores y enfermeros —¿Cómo se llama el paciente?

—Jeon JungKook— aquél hombre empieza a revisar una lista.

Él empieza a caminar y nosotros también detrás. Pasamos la zona de urgencias y entramos a otro lugar a través de unas puertas blancas. Al detenerse, estamos frente a un habitación de la cual sale un simpático chico; cruzo mi mirada con el enfermero un momento, tengo que controlar mis impulsos.

Mi paranoia se calma al saber que hemos dado con JungKook; sólo espero que se encubre bien.

—Sólo puede entrar uno— le hago señas a KiunJu para que entre, de por si él está más preocupado que yo.

La puertas se cierra y quedo en silencio con el doctor -está ahí como si fuésemos a robar a JungKook-. Me inclino contra la pared y saco mi teléfono para matar tiempo.

—JiMin, ¿Vas a entrar?— no se demoró ni veinte minutos ¿Era toda esa la preocupación que tenía?

Ingreso yo y me quedo sin palabras. Me acerco con cuidado al cuerpo de JungKook, el cual está conectado a varias máquinas que suenan de una manera que me produce desespero.
Su rostro pálido, labios secos y manchas miradas en sus mejillas.

—¿Qué hiciste?— susurro aunque esté dormido.

Me siento en la orilla de la cama y de repente quiero llorar al verlo así, que no se encuentre de la mejor manera me llega a preocupar -tengo corazón-. Esta vez sí mis impulsos me ganan y me acerco a su rostro.

Al menos mi pulso se controla al saber que respira todavía.

Mis instintos se activan, dejo mi maldito orgullo de lado y junto sus labios secos y con falta de color con los míos; desearía poder pasarle calidad.

Adult Ceremony (Jikook) Where stories live. Discover now