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—Te odio...¡TE ODIO TANTO!— le grito en la cara.

—No...no me digas eso JungKook— dice JiMin mientras acaricia mi cabello.

—!No digas mi nombre!— veo como su cara llena de lágrimas y acompañada con la sangre por mis golpes.

—Ven JungKook, déjame explicarte todo— me abraza.

—No sabes todo el odio que te tengo JiMin— esta vez susurro.

JiMin no dice nada más, sólo obtuvo una cuantas lágrimas por parte mía, me zafo de su agarre y me levanto de encima suyo, con lágrimas todavía en los ojos le doy mi última mirada de desprecio.

Entro al salón y veo que hay menos gente de la que había; agradezco que no haya la luz suficiente para que noten mis lágrimas, sin buscar a Chantelle salgo del horrible lugar, dejando el molesto ruido, las molestas personas y a... JiMin.

...

4:11 am

Qué se hace en plena madrugada cuando las calles están desoladas que no pasa ni un taxi. Cuando el chico que quieres te dejó sin esperanza alguna. Con lágrimas traviesas, las manos en los bolsillos y el cuerpo tiritando del frío me dirijo al hotel.

Ya la fiesta ha acabado, todos se van en sus autos con sus parejas o conquistas de una noche, al menos no están solos.
Ya ha pasado una hora desde lo ocurrido con JungKook, si me piden la opinión al respecto, sólo puedo decir que cuanto a la fiesta y la temática de adultos estuvo bien; de resto fue una falacia, JungKook ni yo nos comportamos como unos adultos, y no sólo aquí, sino en el recorrido desde que nos conocimos.

Sigo caminando hasta que el hotel ilumina mi vista, con paso torpe me entro al lugar; al parecer los tragos que tomé hasta ahora surgen efecto.
Aunque sé que no me sirve de nada, no me va a curar el dolor que tengo en mi pecho,  pero lo necesito.

—¿Necesita algo joven?— me pregunta un empleado al llegar frente a la habitación.

—Una botella de Whisky por favor.

Cierro la puerta con delicadeza, voy directo al baño para cambiarme y lavar los rastros de sangre en mi mentón. Busco una sudadera gris en mi maleta para ponermela, salgo cuando golpean la puerta.

—Aquí tiene joven.

— Gracias.

Recibo la botella y me encierro en la habitación con la luces apagadas, me acuesto en la cama y coloco música para arruinarme más.

Mis manos no se quedan quietas a la vez que el alcohol recorre mi sistema, tomo teléfono y marco su número.

—¿Qué pasa?— su voz se escucha en un pequeño susurro.

—JungKo...

—Déjame en paz— dice tratando de calmar los sollozos que han empezado a aparecer.

—¡NO CUELGUES!

—So-solo te pido que me perdones JungKook.

Ahora soy yo quien sufre.

Adult Ceremony (Jikook) Where stories live. Discover now