capítulo 33

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Día 5.

Hoy todo llegaría a su fin, o tal vez al nuestro. No lo sé. No he pegado ojo en toda la noche por varios motivos: uno, porque estuve hablando con toda la manada sobre que los chicos estarían en esa fábrica planeando un ataque contra nosotros, cosa que se habían creído. Dos, por la tarde que tuve con Liam. Tres, porque siguen sin haber noticias buenas sobre Malia, solo sabemos que sigue en coma. Cuatro, porque tengo miedo de que Diel se quede aquí y sin poderes, o que le dañen a él o a Allison. Cinco, porque no quiero que le pase nada a nadie.

Cinco cosas que me han estado torturando toda la noche.

Son las seis de la mañana, así que como veo que no voy a poder seguir durmiendo, me levanto y voy hacía el baño para ducharme con el agua más caliente que pueda y, con suerte, después poder seguir durmiendo un poco.

Me desvisto y entro, y cuando el agua ya está a punto de estar ardiendo, dejo el mango quieto para que se conserve esa temperatura.

— ¿Qué haces despierta? —me sorprende la voz de Rahul, a quien solo le veo la cabeza ya que la ducha tiene una mampara opaca de cuello para abajo.

— ¿Y tú que haces en mi cuarto de baño?

— He escuchado como se encendía el grifo y he venido a preguntarte que por qué te despiertas tan pronto.

— Solo estoy nerviosa —confesé— No sé como saldrá todo esto.

Rahul suspiró.

— ¿Sabes? Yo tengo ganas de atacar al Cielo, sin embargo, no quiero matar a nadie de allí, lo veo... innecesario —dice— A mi me desterrarón con razón, ¡y claro que quiero volver! Pero no así.

Me sorprendí ante las palabras de Rahul, quien, aunque por un momento pude odiarle por pensar que realmente era malo, acababa de cambiarme todos los esquemas.

— ¿Y por qué, simplemente, no lo haces?

— Porque un sesenta por cien de mí, quiere hacerlo.

Bueno, me había cambiado los esquemas un cuarenta por cien.

— No estés nerviosa, seguro que sale bien.

Después de eso y una sonrisa, salió de mi cuarto de baño, dejándome por fin sola y con mis pensamientos más ardientes que nunca. Apoyé mi cabeza en la fría pared mientras recapacitaba de todo y dejaba que el agua borrara todo rastro de champoo en mi pelo.

Salí del baño pasado unos minutos, ya vestida con unos leggins negros y un sueter gris básico. No podía dormir, ya no más. Esto estaba torturándome.

— Leyla, ¿puedo pasar? —dijo la voz de mi tío detrás de la puerta.

Me tumbé boca arriba en la cama: — ¡Sí!

La puerta se abrió y se cerró rápidamente, luego sentí como el otro lado de mi cama se hundía, y como mi tío se tumbaba a mi lado.

— Rahul me ha dicho que estás un poco nerviosa.

Mierda.

— Solo un poco.

— ¿Sabes? —dijo— Yo también estoy nervioso. Leyla, no hemos tenido la mejor vida en el Cielo, eso es obvio, pero no podemos huir del demonio que tenemos dentro.

— ¿Por qué lo tenemos? —suspiré, quería rasgar cada parte de su corazón, quería que se sincerara conmigo.

— No lo sé, yo a veces no quiero tenerlos. Pero ahí están, y me piden que haga esto.

ángel caído » liam dunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora