capítulo 17

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Cuando me desperté Scott ya no estaba en la cama, pero como la puerta de su habitación estaba abierta, supuse que acababa de salir hacía poco, ya que Scott no suele dejarse la puerta de su cuarto abierta nunca.

Escuché voces a bajo, ¿había visita?

Me levanté rápidamente y salí disparada hacía mi cuarto para, por lo menos, vestirme. Cogí una sudadera gris de capucha, unos pantalones  vaqueros pitillo y unas botas negras, y después me hice un moño deshecho. Cuando salí al pasillo después de unos diez minutos, apareció Scott, que sonrío un poco al verme.

— Están todos abajo, para hablar de lo ocurrido... ya sabes —movió las manos intentando explicarse.

Asentí y le di un beso en la frente, teniendo que ponerme de puntillas, antes de bajar por las escaleras dirección a las voces, que al parecer, provenían de la cocina. Llegué allí despacio, pero aún así Liam y Malia consiguieron captar mi esencia, por lo que antes de que yo entrara a la cocina, ellos ya estaban mirando dirección a la puerta. Ambos me sonrieron.

— Buenos días —dije, llamando la atención de los restantes— ¿Cómo estáis?

— Supongo que deberíamos preguntarte nosotros eso a ti, —dijo Stiles mientras yo iba a coger una manzana— a mi no me han predicho la muerte de momento. Así que estoy bi- ¡auch! ¡Lydia por qué has hecho eso!

Lydia le había retorcido la piel del brazo exageradamente, para que Stiles se callara, ya que entre la mirada que le estan hechando Malia y Liam, y mi expresión, él estaba haciendo su propia tumba.

— No me preocupa, Stiles —dije— será lo que tenga que ser.

— No digas eso —dijo Malia— No será lo que tenga que ser.

— Fui yo la que decidí meterme dónde no me llamaban en la guerra de mi tío —aclaré, mirando a todos rápidamente y volviendo a centrarme en la manzana— Yo me he buscado esto.

La sala quedó en silencio. Sabían que tenía razón, yo pude haber evitado todo esto. Nadie tendría que estar en peligro. Yo me he buscado mi propia muerte, y eso no se puede cambiar ahora.

Scott bajó, seguro que había escuchado la conversación desde arriba, ya que bajaba un poco tenso.

— Tenemos que idear un plan —dijo él nada más llegar— No podemos perder de vista a Leyla.

— ¿Cómo se llamará el plan?

Todos se girarón hacía Mason, que tenía una libreta y un bolígrafo en sus manos.

— No perder de vista a Leyla —aclaró Scott con una mirada que indicaba que la respuesta era tan obvia que no entendía si quiera como podía preguntarlo.

Mason lo apuntó, este chico a veces también es igual de raro que Stiles.

— ¿Qué tenemos que hacer? ¿Adjudicarnos horarios para estar con ella? —dijo Lydia, mientras soltaba una risa sarcástica— Va a necesitar un poco de privacidad.

Gracias, Lydia.

— No quiero decir eso, —suspiró Scott— solo no quiero que ande sola por ahí durante todo el día. Es peligroso —miró a todos— Está en el punto de mira ahora. Su tío todavía no ha hecho su primer movimiento, y no sabemos cuando lo hará.

— ¿Que su tío venga a atacarnos a la veterinaria y luego a tu casa no cuenta como movimientos? —preguntó Stiles, moviendo sus manos exagerádamente.

— No, porque no han sido peleas como las que hemos tenido —dijo Malia ahora— Parece que está jugando con nosotros.

Y todos siguieron hablando y sacando teorías, de que si Dasio aprovechaba cuando bajábamos la guardía para meterse en mi mente, que si las veces que nos ha atacado han sido cuando estábamos intentando meternos en su cabeza y planear contra él. Como sí él nos estuviera observando contínuamente y supiera todo justo en el momento.

ángel caído » liam dunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora