Capítulo 12

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Capítulo 9 (parte uno)

           

           Cuando la claridad comenzó a hacerse paso sobre la oscuridad de la habitación, ya estaba despierta o al menos lo más parecido a estarlo. Mi mente estaba embotada en una bruma densa, tan pesada y sinuosa que solo había un pensamiento capaz de atravesarla, por más fuerte que intenté, por mucho que quise cerrar mis ojos el recuerdo aun vívido aparecía haciendo gala y jugando con mis nervios. En algún punto de la madrugada dejé de sentir el calor que se expandía desde mis labios hacia el resto de mi cuerpo, en algún punto de la madrugada también llegué a la conclusión de que por mucho que quisiera levantarme e irrumpir en la habitación de aquel chico no obtendría ningún esclarecimiento de lo sucedido. Quizás hasta terminaría por empeorar las cosas.

Lo que sucedió simplemente no debió pasar.

Lo que sentí simplemente no debí sentirlo.

Era mejor olvidarlo. ¿Por qué avivar algo que era tan jodidamente improbable?

Para cuando bajé a desayunar eran más de las diez de la mañana, a ese punto ya no podía seguir ignorando mis necesidades fisiológicas. Mi madre estaba en la cocina, como todos los domingos, haciendo alguna limpieza y corrigiendo lo que estaba fuera de lugar, aunque no hubiese nada realmente.

Tomé uno de los sándwiches y me senté a sus espaldas, cuando se dio la vuelta dio un pequeño respingo por fin dándose cuenta de mi presencia.

—Oh Emma, buenos días, me alegra que ya estés despierta— hizo una pausa y sirvió un poco de jugo de naranja para mí—. Justo ahora iba de salida a hacer las compras, quizás llegue tarde.

—Está bien, yo saldré con Edward a algún restaurarte nuevo cerca.

—Bien pero no lleguen tarde. Espero una reseña de la comida, tal vez podamos ir algún día de la semana y decirle a Dan.

Asentí y luego vi cómo se marchaba. Acabé la comida y sopesé mis opciones. Era temprano aun, no sabía si Edward querría ir a almorzar o a cenar. No me importaba pero el problema era que no quería permanecer encerrada en una casa donde estaba a expensas de encontrarme de cara con Zayn.

Sin perder tiempo me encerré en mi habitación y tomé mi celular. Estaba siendo iracunda pero realmente me resultaba mortificante tener que mirar un rostro que horas antes estuvo íntimamente cerca de mí, un rostro cuyos labios acariciaron tentativamente los míos.

Diablos.

Edward no tardó en responder y al parecer tendría que esperar resguardada en mi habitación durante unas cuantas horas más.


                                                                                                   * 

Sólo faltaba media hora para las seis, media hora y finalmente saldría de aquí, acababa de secar y alistar mi cabello era lo único que faltaba para estar completamente lista. Dentro de unos pantalones blancos y una camisa turquesa pensé que no podría hacer algo mejor considerando a mi vulnerable estado de ánimo. Cuando la bocina del auto de Edward resonó en la planta baja me di el lujo de salir de la habitación. Sin embargo me apresuré tanto que no me percaté de la figura que en ese mismo instante se encontraba cruzando el pasillo.

Sentí mi cuerpo chocar y luego precipitarse deliberadamente hacia el suelo pero precisamente no aterricé contra el sino más bien contra un cuerpo firme y dolorosamente cálido.

Un gemido de dolor se escapó de sus labios al tocar el suelo, aunque sabía que debía alejarme cuanto antes mis músculos se sentían rígidos incapaces de reconocer ni emplear una simple orden. Toda mi sangre circuló hasta concentrarse en un único lugar, maldiciendo internamente, sabía que en entre todos los lugares no debía estará ahí, yaciendo encima de él.

Someday Mine |ZM| En Edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora