Capítulo 11

11.9K 507 45
                                    


Capítulo 8 (parte dos).




           El sonido de las olas golpear la orilla era tan tranquilizante que hacía que los ruidos provenientes de las otras personas que se encontraban en la playa, parecieran murmullos.

El sol destellaba en el cielo azul con brillantes ondas calientes creando un ambiente ejemplar de: playa, sol y arena.

Bajamos todo del auto y gracias a que era temporada baja se nos fue sencillo encontrar un sitio donde instalarnos, tomando una manta azul oscuro me tendí en la arena permitiendo que un poco del sol calentara mi piel. Sin darme cuenta antes, comprendí que eso era lo que necesitaba. Un momento alejada de todo lo que parecía cotidiano y disfrutar de un día diferente, sin problemas molestos y con mis mejores amigos. Miré el mar, la larga extensión azul se expandía más allá de lo que mis ojos eran capaces de ver, hasta aquel punto en el horizonte donde parecía unirse con el cielo. El olor a sal picaba gustosamente el mi nariz al igual que el sol sobre mis hombros. Más allá niños reían mientras se salpicaban agua unos a otros, contagiada de su felicidad, enterré mis pies en la suave arena dejándome envolver por el ambiente

—Esta defectuosa, definitivamente, esta cosa esta defectuosa— giré mi cabeza, para poder entender a lo que Alice se refería. Cuando me encontré con ella, no pude con tal escena.

Alice había traído una sombrilla playera, la cual estaba ferozmente intentando mantener en la arena mientras Edward la ayudaba colocando grandes piedras alrededor de la base de la misma; pero a pesar de todo, sus intentos eran en vano, sin importar lo que hicieran la sombrilla terminaba cayendo.

—Dios Eddie busca más piedras— bufó Alice, su rostro rojo por el sol o probablemente por el enojo.

—Fuera más rápido si me ayudarás— rugió el otro.

—¿Y entonces quien tendría la sombrilla genio?

Me reí por lo bajó y lo que provocó que los dos chicos me miraran impacientes.

—Emma— rugieron los dos al unísono.

—¿Qué? — fruncí el ceño, con la mirada más inocente que podría crear.

—¡Ayúdanos!— gritaron ambos.

—Oh, claro, claro— me incorporé preocupada de que esos dos me terminaran lanzando de cabeza al agua y me sitúe junto a Alice tomando la sombrilla.

—Tómala bien, el viento está muy fuerte— Alice se fue en busca de más piedras con Edward. Al rato regresaron con un gran puñado de ellas, para luego colocarlas alrededor de la sombrilla.

Parecía que ya estaba lista, Alice procedió a colocar una manta bajo esta y se sentó. Edward fue a por unas gaseosas y fue allí cuando una ráfaga de viento golpeó sin piedad la gran sombrilla. Después de eso, lo demás sucedió tan rápido que apenas pudimos procesarlo.

La sombrilla salió volando, no sin antes golpear la cabeza de Alice, que fue empujada torpemente hacia delante. Llevé las manos a mi boca, no muy segura de si quería reír o gritar. El rostro de Alice estaba contraído pero al igual de rápido que había sido golpeada se levantó rígidamente.

—¡EDWARD!— gritó observando que la sombrilla iba justo a su dirección—. ¡Agarra la sombrilla!

No pude más y para ese momento estallé en una carcajada limpia.

Edward estaba desconcertado, pero pronto entendió a lo qué se refería Alice cuando la sombrilla paso volando a su lado. Eddie corrió tras ella al mismo tiempo que Alice lo seguía, tragándome una nueva carcajada los seguí. Me sentía como en una película de comedia, hasta podía apostar que las personas a nuestro alrededor lo estaban disfrutando, en definitiva era cierto, solo bastó lanzar una mirada para darme cuenta. Mientras unos nos miraban como si estuviéramos locos, otros estaban que se morían de la risa. Y no podía culparlos. En un punto exacto Edward estaba cerca, muy cerca de tomarla, pero cuando sus dedos estuvieron casi rozando el mango de la sombrilla tropezó con un balde de un pequeño niño que jugaba en la arena y cayó. Abrí los ojos a tope, Alice que iba justo detrás de él no pudo esquivarlo y terminó tendida sobre él.

Someday Mine |ZM| En Edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora