ángel caído » liam dunbar

capítulo 30

— En realidad, sí podéis ayudarnos —dijo Lydia— ¿Recordáis a la madre de Kira?

¿Quién es Kira?

— Ella tiene una espada, la espada con la que metimos a Theo en el infierno —explicó la pelirroja— Podríamos hacer lo mismo con ellos.

— ¿Y cómo encontramos a la señora Yukimura? —preguntó Liam.

— Creo que puedo saberlo —dijo Scott, mientras cogía a Liam del brazo y se lo llevaba, muy a su pesar, a buscar a la madre de Kira.

— Stiles, Mason, acompañarme a buscar a esos dos —Lydia rodó los ojos— Solos no harán mucho.

Una vez Stiles y Mason salieron, Lydia se asomó otra vez al salón.

— Theo, ¿podrías llevar a Leyla a ver a Malia al hospital? —dijo sonriendo melancólica— Creo que sería bueno.

Theo asintió, y Lydia salió por la puerta.

— ¿Quieres ir? —me preguntó, poniéndose de pie.

Aunque me daba miedo encontrarme con Malia, por muy dormida o inconsciente que esté, necesito verla. Saber que todavía está viva. Poder hablarle, aunque no me responda.

Asentí, y fue todo lo que se dijo hasta que salimos de la casa de Liam.

— ¿De dónde sacaste ese coche? —pregunté.

— Lo he robado.

— ¿Qué? —casi grité mientras entraba en el asiento de copiloto— ¿Cómo mierda has robado un coche?

— ¿Quieres saberlo? —preguntó.

— ¿Mataste a alguien para conseguirlo?

— No.

— ¿Lastimaste?

— No.

— Entonces me da igual —dije, a lo que él sonrío— ¿Los chicos todavía no saben que eres hombre lobo?

— No, no lo saben —dice— No sé como reaccionaran. Malia ahora simplemente me ignora o amenaza levemente, Stiles me mira. Scott confía un cincuenta por cien en mí. No quiero perder eso.

— ¿Por qué intentaste matarles? —pregunté sin filtro y directa. Theo suspiró.

— Los Doctores del Pavor querían eso. Querían que yo me quedase con la manada de Scott... Yo estaba completamente controlado por esas cosas —me explicó— ellos hicieron quimeras a lo loco y las mataron después como si fueran experimentos fallidos, y luego yo los reviví —suspiró— En verdad me hicieron un favor mandándome allí abajo, he aprendido, lo juro. Era prisionero de algo que no me dejaba ya ni si quiera respirar. No quiero volver a estar allí abajo, ¿entiendes? —me miró mientras conducía— He cambiado, ahora sé porqué Scott es un verdadero Alfa.

No pronuncié ninguna palabra. Él las había dicho todas. Miré por la ventana pensando que podrá pasar si mi tío se entera de que ya vuelvo a tener memoria. Es muy probable que me mate, y luego los mate a ellos.

— Theo, ¿qué harás en la lucha? Digo... se supone que nadie sabe que todavía eres hombre lobo.

Le miré, y aprecié como apretaba la mandívula, en signo de que la respuesta le molestaba mucho.

— Haré como si fuera un humano, pero si la cosa se pone fea, entonces actuaré como lo que soy, un hombre lobo —dijo.

Puse mi mano en su hombro y lo apreté ligeramente.

— Confío en ti —le dije, y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.

El viaje acabó más rápido de lo que pude imaginarme, ambos bajamos del coche y nos adentramos en el hospital, dónde pude ver a Melissa dando vueltas en círculos sin parar. Cuando nos vio aparecer, la mujer vino corriendo para envolverme en un cariñoso y reconfortante abrazo, el cual le devolví casi al instante.

— Lo siento —le murmuré.

— No pasa nada pequeña, estás bien, vuelves a ser tú —susurró en mi oído.

Nos separamos y ella nos guió hasta el cuarto donde se encontraba ingresada Malia. Cuando llegamos, miré a Theo, rogándole con los ojos que me dejara entrar sola, y él aceptó sin rechistar.

Melissa me abrió la puerta y entré, y luego la cerró a mis espaldas, quedando yo únicamente con Malia en la habitación.

Me acerqué a la camilla y juro que me habría cambiado por ella si hubiese podido. Tenía una sonda plástica en la nariz que apoyaba por encima de sus orejas que le proporcionaba oxígeno, agujas clavadas en sus muñecas, una venda que cubría prácticamente toda su frente y muchos moratones.

Me senté en una silla que había al lado de la camilla y cogí la fría y delicada mano de mi mejor amiga.

— Hola Malia, soy Leyla —dije, ya con los ojos llorosos— Vuelvo a ser yo, ¿sabes? Leyla, tu mejor amiga. Estoy aquí, me han devuelto la memoria —reí mientras lloraba— No sabes lo mucho que lo siento, no... yo-yo, no sé ni que explicación darte porque no recuerdo al cien por cien lo que te hice. Es todo tan borroso... lo que sí sé es que no era yo, era una estúpida y horrible versión mala de mí. Yo... lo siento muchísimo —apreté un poco su mano— Ojalá pudiera absorver tu dolor, aunque fuese un poco...

— Ella está bien, Leyla —dijo una voz muy reconocible para mí— Se recuperará. Malia te perdonó en el mismo momento en que la electrocutaste.

Levanté la cabeza y me encontré con Diel y Allison al otro lado de la cama, los dos me sonreían, y no pude evitar levantarme para ir a abrazarlos, aunque se disolvieron y aparecieron al lado contrario.

— Leyla, no somos de carne y hueso, créeme, dolerá más abrazar el aire —dijo Allison caminando a mi lado— Me alegra que estés por fin bien.

Los miré a ambos, no podía dejar de llorar.

— Os necesito en carne y hueso, por favor, no sé que debo hacer. No-no... se me está yendo todo de las manos —sollocé mientras caminaba de un lado a otro de la sala— Algo puedes hacer, Diel, para estar en carne y hueso aunque sea un tiempo, para ayudarme. Y-y puedes traer a Allison igual.

Diel miró a Allison, y luego a mí.

— Bueno, creo que tal vez sí se podría hacer algo —dijo Diel.

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¡Hola, hola! ¿Cómo estáis? Ya vamos por el tercer día antes de la guerra, eso significa que quedan al menos... 4 o 5 capítulos para acabar la novela, cosa que me da bastante pena, pero sé que os gustará el final 😜

MUCHAS no sabéis como es físicamente Diel, porque aunque haya explicado como es físicamente, no le ponéis cara... Así que os voy a dejar una foto de como, más o menos, es Diel físicamente:

No sé como se llama, pero cuando pienso en el personaje de Diel, me viene a la cabeza un chico así.

¡¡Mil mil gracias por los 13k!! Os quiero mucho 💋