16|Sentimientos velados

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Actualidad

Las luces de un auto me sacan de mis recuerdos. Se detiene frente a mí y el rostro de Zury aparece por la ventana. Me mira con cuidado y guarda silencio cuando subo. Seco mis lágrimas con mis manos y estas se manchan de rímel negro.

Zury se detiene en un semáforo que marca el color rojo. Llevas sus manos al dobladillo de su sudadera amarilla y se deshace de ella para tendérmela. Mientras me la paso por la cabeza acelera.

—Aubrey necesitas desahogarte —resopla rompiendo el silencio.

Mi máscara de frialdad vuelve a caerse. Me tomo con las manos de los cabellos y empiezo a llorar.

—¡Yo soy tan débil! —Me rompo más—. ¡No puedo con él! ¡¿Por qué no puedo olvidarlo?!

—Porque sembró más recuerdos buenos que malos, viviste con él la mayor parte de tu vida. —Se muerde el labio y cierra los ojos con dolor—. ¡Es un desgraciado! Debería alejarse de ti, cada vez que se acerca solo causa sufrimiento. — Golpea el volante con fuerza y disminuye la velocidad.

—¿Qué debo hacer Zury? —pregunto con las manos temblando. Bajo la ventana y dejo entrar el aire al interior.

—Debes dejar de quererlo —afirma mirando la carretera con naturalidad. La miro con horror y al percatarse, levanta una ceja —. No se sufre cuando ves a un amor del cual pasaste página hace tiempo, a excepción que lo sigas queriendo.

—No es así —Cierro los ojos y niego con la cabeza—. Ya no siento lo mismo, antes... antes él lo era todo para mí, y se fue Zury. ¡Me abandonó! La traición es lo que no me permite olvidarlo.

—Aléjate de él, ven a vivir conmigo. Te aseguró que eso ayudará. —Cambia de marcha.

—¡No puedo! —Paso mis manos por mis mejillas y cabello—. Max nunca dejaría que me alejara de esa forma, le daría un paro cardíaco de solo comentárselo. Además la solución no es huir, pero .mi cuerpo ya no soporta estos sentimientos oscuros que están acabando con mi sentido común.

—Entonces busca una forma de alejarlo, porque si no la encuentras, debes estar segura que me involucraré. Y no te va a gustar, soy muy tenaz cuando me lo propongo —amenaza Zury con el semblante serio.

Pego mi cabeza al respaldo y me muerdo la lengua para no contarle lo del trato. Esta noche he tenido suficiente, cierro los ojos e intento recuperarme. Zury me entiende y prefiere guardar silencio el resto del camino.

[***]

Entreabro la puerta principal de la mansión y salgo soplada hacia la escalera en forma de caracol que lleva a dos direcciones: la primera a mi habitación y la siguiente a la de Drake. Ya es tardísimo, son las doce y en cuanto Max con Liz me vean, voy a recibir el sermón de mi vida.

Entro rápidamente a mi habitación en penumbra y empiezo a sacarme las prendas mojadas que me hacen temblar del frío. Primero lo hago con la sudadera amarilla, luego voy por mi blusa negra y después por los zapatos y el short. Coloco mis manos detrás de mi espalda para desabrochar mi sujetador.

—Antes de que sigas haciendo eso, es mi debes decir que estoy aquí —dice Drake desde la esquina cerca a la ventana. Parece un bulto de sombra sentado allí.

—¡Drake lárgate! —grito espantada. Trato de apresurarme a la puerta del baño para evitar que me vea con aquellas prendas tan íntimas, pero tropiezo con un mueble y me caigo sobre la alfombra. De la impresión dejo escapar un grito y la muñeca empieza a quemarme, ha sido un golpe seco.

Azul DestructivoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon