15| Campamento

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Campamento, dos años antes.

Solo fui a caminar para tomar fotos de la naturaleza que me brindaba este campamento al que me ha traído Drake, pero terminé perdiéndome. Ahora el sol ha ido descendiendo hasta solo dejarme con un camino lóbrego, rodeado de árboles de gran tamaño.

El miedo de la oscuridad que me rodea, me impulsa a seguir buscando cualquier indicio de camino que me lleve de vuelta al campamento. Agarro mi cabello con frustración para sujetarlo en una cola de caballo. Drake debe estar muy preocupado, buscándome.

Tomo un sendero por mi derecha y corro poniendo verdadera pasión al asunto. Las ramas secas crujen por debajo de mis zapatos y el sonido de los grillos es lo único que me acompaña.

Por favor resistan un poco más, les digo a mis piernas que se encuentran magulladas por las ramas que me han raspado. En medio de la oscuridad distingo una débil luz apareciendo a lo lejos, sonrío y aumento el ritmo.

Cuando llegó todo se encuentra en silencio, a excepción de una cabaña. La música se escucha a todo volumen acompañada de un montón de gritos de adolescentes que ríen y silban alabando a lo que sea que estén haciendo adentro.

Aprovecho que no hay nadie en la puerta para ingresar. El espacio es templado y el ambiente está cargado de olores como alcohol, mucho alcohol y perfume. Los demás chicos no notan mi presencia ya que están concentrados en el show que se lleva a cabo en el centro de la habitación. Y no es de esperar, hasta a mí me llama la atención la manera en que vierten alcohol en el ombligo de una rubia de ojos verdes que lleva tan solo un sostén negro de encaje y un short diminuto.

Miro con horror la escena y casi grito a ver a Drake aparecer con una sonrisa llena de pecado. Se abalanza sobre su cuerpo y acerca su boca hacia el ombligo de ella para chuparlo con sensualidad.

Él no es Drake, niego con la cabeza mientras intento aplacar mi grito. Como si lo llamara, él mira hacia mí y algo en sus ojos se oscurece con arrepentimiento, pero es solo por un segundo. Levanta su barbilla y pide que le tiendan una botella de ron. Se lleva un bocado de ese líquido sin quitarme la vista de encima, y con cuidado lo deposita en los labios de ella que no tarda en recibirlo gustosa y a devorarlo con su boca, él quita la vista de mí y cierra los ojos siguiéndole el beso. Ella levanta las piernas y se enrosca con ellas a su cintura, solo les falta acostarse ahí mismo, delante de todos.

Exhalo y esta vez no puedo detener mis lágrimas. Puedo sentir un agujero justo en mi estómago y unas ganas de vomitar por lo que acabo de ver. El dolor me abre el pecho y se adentra sin la menor esperanza de salir. Pequeños gritos empiezan a brotar de mi garganta, estoy viendo al mismo chico que creí amar en manos de una cualquiera. A mí ni siquiera me ha besado con tanto anhelo y lo está haciendo con ella por diversión. Pego mis uñas a mis palmas, me doy la vuelta y empiezo a a caminar rumbo a la salida. Lo hago sin ser consciente del lugar, de la gente que me mira sorprendida y de mis propios pasos.

La lluvia acaba de presentarse pero no me importa, camino paso tras paso, sintiendo como cada gota se mezcla con mis lágrimas y mis sollozos se pierden en el eco.

Creí que desde la pelea con Jay, Drake estaba distante; sin embargo lo que he visto allí adentro, es un cambio radical. Parece que él está bien haciendo eso, pero me ha lastimado tan profundamente que siento mi alma destrozarse en pequeños cachitos de pan.

—¿Dónde estabas? —Aparece Drake carraspeando. Me toma del brazo con fuerza al ver que sigo caminando sin prestarle atención. Ese toque hace que mi ser se despierte y mi enfado salga sin ningún límite.

Azul DestructivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora