#22: Justo en la manera como eres

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José.

Bien, si sus amigos no le dan una bofetada, yo lo haré.

—Estoy bien — dice mi hermana jadeando mientras se apoya en la pared —. Solo necesito aire fresco.

—La última vez que dijiste eso desapareciste un fin de semana — le reclama su amiga, Rosa con los brazos cruzados.

—De hecho, estaba en la casa de mi madre, ella la dejo quedarse porque podía escucharla tocar el piano — comento ganándome las miradas molestas de todas las chicas y Dylan en la habitación —. Recuerdenme que hago aquí.

—Tu hermana se calma cuando estas cerca — me dice Rubí, la amiga ardiente de Jazmín.

Bien, que bien que Valeria no está aquí o me hubiera golpeado.

—Curioso, me dicen eso seguido — comento recordando que Raquel cree que Valeria se comporta a mi lado.

—¿Puedo estar a solas con mi hermano un momento? — pregunta Jazmín y sus damas de honor se miran entre sí para salir de allí.

—No te ayudaré a huir, mi novia se compró un vestido bonito — le aclaro y ella se empieza a reír.

—¿Cuándo creciste tanto? — me pregunta acariciando mi rostro, me encojo de hombros mientras ella sonríe nostálgica.

—No lo sé, a decir verdad — le contesto sonriendo, ella suspira y pone las manos sobre sus rodillas.

—¿Puedes creer que hayan pasado cuatro años? — me pregunta viéndose por el espejo, la veo a ella y a mí, hemos cambiado mucho desde hace cuatro años y me alegro por ello.

—El tiempo es eterno para aquellos que aman — cito y ella me abraza los hombros.

—Te quiero, José — me dice.

—Te quiero, Jazmín — respondo y ambos nos quedamos en silencio, ella mira al techo y empieza a reír.

Se cubre la frente con su antebrazo para luego mirarme con una sonrisa divertida.

—¿Te imaginas si Joseph estuviera aquí? Hubiera dicho algo como "si si, muy sentimentales, ahora levantate mujer y vete a casar" — dice ella con una sonrisa.

—También se hubiera puesto a coquetear con Rubí, Rosa y Grace, al notar que sólo Rubí estaba disponible hubiera agarrado una flor y dicho algo como "Supongo que quedamos tú y yo, amor" — le digo riendo y ella asiente.

—Era un coqueto — dice Jazmín riendo.

—Sabía que todos lo consideraban tierno — me quejo con tono divertido.

—Tenía más encanto que nosotros dos juntos — dice ella y asiento con la cabeza en forma de apoyo.

—Aún lo tiene — replico y ambos reímos.

Tocan la puerta y escuchamos una discusión en la puerta, parece que su prometido quiere tranquilizarla pero todos se niegan.

—Ocultate allí — le indico en tono malicioso y ella corre para ocultarse cuando entra su prometido.

—¿Y Jazz? — me pregunta con una ceja arqueada.

—Huyó. Dijo que era demasiado para ella — miento y la cara de horror en la cara de su prometido me mata de risa, pero me contengo.

Jazmín camina detrás de él y lo asusta, haciendo que grité aterrado y luego abracé a su prometida aliviado.

—Ustedes, los japoneses son malos conmigo — dice él a punto de llorar de la felicidad mientras mi hermana le da palmaditas en la espalda.

Solo dame una razónWhere stories live. Discover now