Solo dame una razón

#19: Somos los campeones

Valeria.

Hoy entregan los resultados del curso de artes plásticas, como proyecto final entregamos cualquier cosa que nos guste hacer representando una emoción fuerte que sintamos.

Yo hice una escultura de un corazón, llamenme cursi, pero ahora lo único que he podido pensar es hace dos semanas cuando José me confesó sus sentimientos de forma oficial, por un segundo me permití sentir que podía decirle lo que sentía y que todo estaría bien, luego el recuerdo de Andrea, que le da su corazón lindo y puro a José, me golpeó haciéndome aterrizar y decirle la verdad.

Quiero pero no puedo.

Creí, en una parte crédula de mi ser, que entendería, dejaría de amarme y amaría a Andrea, haciendo que ellos dos fueran felices sin mí, pero no. Decirle a José lo que sentía por él fue como alimentar su amor, ahora no tiene descaro y suele ser bastante cariñoso. Lo bueno para José y malo para mí es que le sigo el juego, soy la peor amiga del mundo.

Recuerdo cuando nos dieron el proyecto final, José tuvo una idea en ese momento del que no me quiso decir nada, solo sé que hoy llego con un lienzo cubierto con una manta y me sonrió cómplice.

A decir verdad, sé que José pinta, pero nunca he visto ninguno de sus cuadros, Andrea dice que son hermosos y Alexa que son bonitos pero no es algo que podría comprobar por experiencia propia.

En eso, llega Ire con un lienzo al igual que José, Chloé llega con una pieza de madera tallada, se ve genial desde lejos, tiene buenos acabados y estoy impresionada por su trabajo.

Los jueces llegan junto con la maestra, José se termina de acomodar a mi lado con una sonrisa cálida hacia mí, aunque veo en sus ojos el pánico siente.

—Te irá bien, pingüinito — le digo y él me mira con una ceja alzada.

—¿Pingüinito? — pregunta.

—Sí. Eres como un pingüino, bonito y gordito — le digo sonriendo y él se ríe.

—Y dices que eres fría y cruel conmigo para que ya no te quiera — me dice rodando los ojos.

—Sí, ahora espero siete segundos antes de contestarte el celular — le respondo haciéndome la macha.

—Uuh, me ha dado frío con estar a lado de tu frío corazón — me dice en tono sarcástico fingiendo escalofríos —. Iré con Andrea a que me dé el calor que necesito en las noches.

—Rayos, funciona demasiado bien — bromeo siguiéndole el juego y ambos reímos en voz baja, los jueces se acercan a donde estamos donde quito la manta y demuestro el corazón formado de corazones de arcilla que esculpí.

—Impresionante — me dice uno de los jueces viéndolo de todos los ángulos que puede. Sonrío complacida por mi tarea.

—¿Es normal que algunos corazones pequeños tengan grietas? — pregunta el otro de los jueces.

—Sí, representa el volver a intentar sin importar nada, puede que tu corazón esté roto por alguien pero eso no te debe impedir amar de nuevo — comento señalando a unos corazones más grandes que los otros —. Puede que tengas heridas que nunca sanarán, pero no por eso debes de dejar de intentar de buscar la felicidad.

—Excelente, Valeria — dice la maestra y sonrío satisfecha, miro a José de reojo que me ve arrogante.

Los jueces terminan de hacer notas en sus hojas y pasan al lugar de José.

—Y ahora les presentó a "Querida Valeria". — Él quita la manta de su lienzo mostrando a mí viendo hacia la luna de donde me mira Bianca con una sonrisa.