#30: Le das al amor un mal nombre

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José.

¿Cómo terminé aquí?

Estoy parado en la azotea de la fabrica abandonada con la que suelo venir con mis amigos, pero esta vez estoy solo y no recuerdo como llegué aquí. Solo sé que no puedo dejar de ver la ciudad mientras tengo unas ganas de gritar de la ira.

En momento así, no sé con quién estoy más enojado, si con Andrea por lavarle el coco a Valeria, si con Valeria por dejarse lavar el coco o conmigo por no haberlo esperado.

Es curioso como Andrea tiene un cierto grado de razón en este momento, pero esto no hubiera pasado si ella no me hubiera advertido.

A veces el camino que tomas para evitar un destino es el que más rápido te lleva.

Sacudo la cabeza mientras aprieto mis puños, en momentos así quisiera practicar un deporte para poder descargar la ira, ya que golpear paredes nunca funciona para mí. Solo hace que las personas se preocupen más por mí.

Me quedo allí viendo la ciudad sin hablar, no quiero pensar, no quiero recordar lo que ha pasado, lo feliz que estaba hasta hace un par de horas y como todo ha cambiado en a penas una hora.

—Pensé que estabas con Valeria — me dice la voz de Sol caminando hacia mí.

—¿Qué haces aquí? — le pregunto sin emoción, recordarla me duele y eso que solo ha pasado una hora.

—Este lugar me inspira — me dice y añade en tono burlón —, además, es un buen lugar para gritarle a Víctor que se joda.

—¿Víctor, tu exnovio? — le pregunto con una ceja arqueada y ella asiente con poco entusiasmo.

—El mismo — dice y me pasa un papel arrugado —. Se va a presentar en el restaurante de tu padre.

—O sea, donde tu trabajas — le digo señalándola y ella aplaude de forma sarcástica.

—Exacto — me dice ella fingiendo entusiasmo y miro el suelo con una idea estúpida.

—Sol, ¿cómo superaste a tu exnovio? — le pregunto y ella hace una mueca.

—Bueno, después que me dejó bebí como loca y cuando se me pasó el efecto del alcohol ya estaba en la calle con una mochila con poco de ropa y mis instrumentos — me dice Sol rascándose la nuca —. Estar más preocupada por donde dormir o para que no violen me mantuvo bastante ocupada como para lamentarme por el estúpido, ¿por qué preguntas?

—Valeria terminó conmigo — contesto sintiéndome extraño por decirlo en voz alta.

Sol se tapa la boca mientras agacha la cabeza, no puedo evitar notar que parte de ella está feliz por ello mientras ruedo los ojos, se aclara la garganta y me mira seria.

—¿Por qué? — pregunta con una excelente cara de póquer.

—Andrea le dijo que nuestra relación está destinada a la destrucción — le comento apretando la mandíbula —. Y ella le creyó, así que terminó conmigo antes que me doliera más.

—Bueno, tienes dos opciones en este momento — me dice Sol.

—¿Llorar o darle sus cachetadas para que vuelva conmigo? — le pregunto con una ceja arqueada y ella bufa en respuesta.

—No— me contesta autoritaria —. Superar esto por las buenas o por las malas.

—¿Cuál es la diferencia? — le pregunto con una mueca.

Solo dame una razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora