#29: Mi egoísta corazón

152 20 55
                                    

Marzo.
Valeria.

Salgo corriendo de la clínica hacia la universidad, quedé con José para salir por un helado y comprar materiales para su carrera y mi curso, pero lo olvidé por completo por andar pensando en cosas estúpidas.

Una vez que voy llegando a donde acordamos vernos veo que discute con una chica de lentes, ésta señala algo escrito en su carpeta a lo que José corrige y hace unas notas con el lápiz que traía en la mano, me quedo viéndolos discutir sobre medidas y escalas hasta que ella hace un sonido de alivio y lo abraza.

—Te amo tanto en este momento — le dice ella sin dejar de ver su carpeta y se va corriendo, José sonríe rodando los ojos mientras empieza a ver alrededor buscando algo.

O mejor dicho a alguien.

Me quedo parada viéndolo sin querer acercarme, no sé que me pasa ahora, José discutía con una compañera suya sobre cosas de la escuela. Aún así, me siento intimidada, a veces olvido lo inteligente que es José.

—¿Valeria? — me pregunta una voz conocida detrás de mí, volteo y suelto un grito agudo de sorpresa al ver a Steven viéndome con una ceja arqueada.

—¿Qué haces aquí? — le pregunto alterada mientras me abrazo el pecho. Steven se encoge de hombros y mira sobre mi hombro para empezar a saludar con una sonrisa cálida.

—Descubrí que la universidad no era para mí y decidí mudarme aquí para buscar hacer lo que de verdad me apasiona — dice él abriendo los brazos.

—¿Prostitución? — le pregunto con una ceja arqueada.

—La música — completa por mí y escucho la risa de José detrás de mí.

—Puedo presentarte una amiga que puede pasarse veinte minutos diciéndote porque acabas de tener la peor idea del mundo — dice él con una sonrisa, lo volteo a ver y no puedo evitar soltar un suspiro, su cabello está despeinado y al parecer nadie le ha dicho sobre la mancha azul que tiene en la mejilla.

Steven sonríe para abrazar a José de forma cariñosa mientras me quedo mirando a ambos, sigo sin creerme que este par de verdad se llevan bien. Es casi inconcebible, quiero decir, si existe una persona menos compatible con José que yo, esa es Steven.

José se logra liberar del abrazo y se para junto a mí para tomar mi mano, llevo nueve meses conociéndolo y su toque me sigue haciendo el mismo efecto, supongo que el amor hace cosas como esta.

—¿Interrumpí una cita? — pregunta Steven.

—Sí — contesta José al mismo tiempo que yo.

—No. — José me mira con una ceja arqueada y lo miro en forma de disculpa, no siento que podría estar sola con él en este momento. No después de escuchar lo que pasó esta mañana.

Recuerdo haber ido donde José a darle una dona antes de la escuela para encontrarlo discutiendo con Andrea, ambos parecían estar discutiendo sobre Óscar, no lo tenía muy claro, así que ella negó con la cabeza y dijo algo que me ha dejado reflexionando toda la mañana, al grado que fue el causante de olvidar la cita con José.

—Me di cuenta que mientras más retrasara lo inevitable más daño le iba a hacer. — José apretó los labios y se fue caminando molesto lejos de ella, donde Andrea se puso a reír hasta que empezó a llorar.

Quise ir con ella, pero una voz en mi cabeza me decía que no debía acercarme en este momento. Algo en las palabras de Andrea me hacían pensar que lo que había dicho eran una indirecta para José, o peor aún, para mí.

Solo dame una razónWhere stories live. Discover now