#25: Valerie

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Valeria.

Camino hacia el apartamento de José con paso rápido y furioso, el desgraciado tendrá que darme muy buenas explicaciones si no quiere conocer mi ira.

Llego a la puerta de su apartamento y escucho ruidos de cosas lanzándose y rompiéndose, toco la puerta desesperada, seguida de una discusión que termina con una chica ordenándole a José que habrá la puerta.

José la abre para revelarse todo despeinado, sin camisa y con una equis roja en su torso, ambos nos quedamos mirando apenados, él se sonroja para cerrarme la puerta en la cara, la risa de la chica suena mientras me quedo helada viendo la puerta, Saúl la vuelve a abrir, revelando que usa disfraz de vaquero, me quedo viéndolo confusa y sin habla.

—¡Quiero una explicación no gay a esto! — exclamo después de una pausa y Alexa se asoma en la puerta con dos trenzas y una banda con un par de plumas que rodea su cabeza.

—Estábamos castigando a José — me contesta ella con una sonrisa malévola.

—Eso dicen ellos — se queja José ya con camisa puesta, pero al revés.

—¿Qué no hiciste en mi ausencia? — le pregunto molesta y sus dos compañeros de apartamento dan un paso hacia atrás.

—¿A qué te refieres? Solo me comí la última rebanada de pastel — dice él encogiéndose de hombros.

—¡Y tu castigo es la muerte! — grita Alexa levantando un puño hacia el cielo.

—Es lo justo — concuerda Saúl.

—Oh, ¿y no dirás nada de Celeste? — le pregunto con los brazos cruzados.

—¿Celeste? — repite él dudoso, se queda pensativo viendo el techo y una mueca de reconocimiento aparece en su rostro —. Oh Celeste. Es una amiga de Sol.

—¿De Sol nada más? — le pregunto con una ceja arqueada mientras noto que Saul y Alexa están al pendiente de nuestra discusión.

—Si, es conocida mía — contesta encogiéndose de hombros.

—Parecían muy amigables — replico molesta caminando hacia él.

—Valeria, no creas todo lo que ves en internet — se defiende él retrocediendo dos pasos.

—Entonces, ¿por qué huyes? — le pregunto dando otro paso hacia él.

—No estoy huyendo — miente nervioso —. Solo creo que estás invadiendo mi espacio personal.

—Celeste también lo hizo — le digo molesta, estoy a un paso de golpearlo.

—¡Soy inocente! — exclama él casi lloriqueando mientras levanta las manos —. ¡No hice nada! ¡Lo juro!

—Explícate — le ordeno y él me mira con su carita de perro triste.

—Estaba ayudando en la pista de hielo y la chica empezó a acosarme, Sol la invitó a comer con nosotros pero su plan era embriagarme para que la besará o algo así pero yo te quiero a ti — dice con rapidez mientras me abraza temblando de pánico.

Me quedo viéndolo sorprendida de su cambio de humor desde que me fui, supongo que el vivir con Alexa y Saúl realmente afecta su comportamiento. José se aclara la garganta, se endereza y me suelta con un ligero sonrojo en sus mejillas mientras sus compañeros de cuarto lo miran cómplices. Él abre la boca para decir algo pero la vuelva a cerrar, mira a su par de amigos y los corre con un gesto de la cabeza, pero éstos se niegan, así que él toma mi mano y me lleva a su cuarto con una expresión tímida.

Me pongo a ver su cuarto con expresión curiosa, las paredes están blancas, no tiene colgado nada, pero tiene varias repisas con fotos de su familia y amigos allí, también hay pinturas por todos lados y veo que en un rincón tiene varios cuadros con una ligera capa de polvo, frunzo el ceño, José no debería tener sus cuadros allí por ningún motivo.

Solo dame una razónWhere stories live. Discover now