Solo dame una razón

#27: Celos

Valeria.

—Entiendo que me odies en este momento — le digo a Andrea desde el otro lado de la puerta de su habitación, llevo tres días tratando de hablar con ella pero se niega.

Aunque esta vez, abre la puerta y me mira con una mueca, su cabello está enredado y esponjado, anda sin maquillaje, me recuerda mucho a la Andrea antes de lo de Bianca.

—No te odio — me dice ella cruzándose de brazos —. Ni siquiera estoy enojada, solo estoy sorprendida.

—¿De lo pésima amiga que soy? — le pregunto arqueando una ceja.

—No, eso no es novedad — me dice con amargura mientras me sonrojo de la vergüenza, ella tiene razón —. Si no de como José te miraba, él te miraba como siempre quise que alguien me mirara. —Ella se abraza a si misma y se encoge de hombros. —Estaba celosa y no podía mirarte sin mirar que lo que había dejado de querer hasta hace poco tú lo tenías.

—Debí habértelo antes — le digo sintiéndome culpable.

—Hubiera enloquecido — me dice rodando los ojos —. Tiendo a volverme un poco loca cuando se trata de chicos.

—Nunca pude habérmelo imaginado — le digo en tono sarcástico y ella se ríe para darme un golpe en el brazo.

—Vamos a comer o algo — me dice Andrea rodeando mis hombros con su brazo.

—Primero cambiate — le digo señalando su short de pijama.

—Cierto — me dice y añade bromeando —. Ya no puedo andar de puta, tengo novio.

Me rio y ella se cambia por ropa más cómoda, ambas salimos en busca de un lugar para comer y encontramos a Óscar con Noé y Raquel tratando de tranquilizarlo.

—Pero, ¿y si ella me termina? — les pregunta él caminando en círculos frente al edificio donde vive Andrea.

—Alto allí, vaquero — le dice Andrea con una sonrisa, se acerca y lo besa en los labios, ambos se abrazan y me quedo viéndolos con una sonrisa mientras pienso en la última vez que besé a José.

Ya han pasado tres días desde que hablé con él, parece reacio a llamarme ya que insiste que estoy molesta por nada y que él no tuvo la culpa, a veces me cae mal por lo orgulloso que es.

Miro a Raquel y a Noé que conversan con una sonrisa, supongo que han de estar enojados conmigo ya que el hecho de que José no esté aquí aclara que no han hablado con él.

—No estamos enojados contigo Valeria — me dice Raquel como si leyera mis pensamientos con una sonrisa —. Estamos enojados con José porque creí que le importábamos lo suficiente para decirnos.

—Yo le pedí que no dijera nada — aseguro con las manos en mi pecho.

—Yo estoy molesto con él porque me hizo perder una apuesta, le dije a Saúl que iba a terminar saliendo con Alexa y él parecía muy seguro a que saldría contigo — me dice Noé con una mueca molesta —. De seguro Saúl sabía, digo, viven juntos.

—Alexa y él sabían — les digo con una mueca mientras me encojo de hombros.

—Ahora estoy más molesta — murmura Raquel con una mueca disgustada.

—Bueno, José nunca me explicó el porqué les dijo a Alexa y Saúl sobre nosotros, solo me dijo que no podía ocultarle nada a Alexa — comento mientras algo hace clic en mi cabeza —. Noé, ¿por qué estas seguro que Alexa y José saldrían?

—Pasan mucho tiempo juntos, tienen sus secretos y ella siempre cambia el tema cuando le hacemos preguntas a José — me responde Noé encogiéndose de hombros.