Solo dame una razón

#20: Algún lugar sobre el arcoíris

José.

Me siento de vuelta al inicio, estoy en mi cuarto jugando con videojuegos, sin pareja, sin saber que hacer de mi futuro y todos a mi alredor fingiendo preocupación por mí.

Bueno, podría decir que Alexa no está exactamente preocupada por mí, si no molesta, cree que mi actitud es inmadura y que debería empezar a ser hombre, yo sólo ruedo los ojos y le cuelgo, después de tres veces que lo hice, ella fue hasta mi casa a molestarme en persona.

—Eres un pequeño bebé llorón — me dice y le pongo pausa a mi juego.

—¿Podrías irte? — le pregunto en tono irritado.

—¿Estudiarás medicina? — me pregunta en respuesta.

—¿Por qué ahora, de repente, a todos les importa que estudie medicina? — pregunto frustrado y Alexa sonríe satisfecha.

Esta mujer está loca, no sé que espera, solo esperó que no saque nada de la bolsa que trae que me incite a matar a Valeria o a Irene. Porque con Alexa todo es posible.

—Porque ahora tú quieres estudiar medicina cuando no es algo que no te gusta — me responde y bufo, me tiene acorralado, la desgraciada me conoce bastante bien y eso que solo llevamos pocos meses de ser amigos.

—Me gusta ayudar a las personas — miento volteando a ver mi videojuego.

—Y yo acabó de tener un orgasmo — réplica ella en tono sarcástico pero me detengo tratando de procesar que acaba de decir.

—¿Qué? — le pregunto volteando a verla de nuevo y ella me señala.

—Exactamente. No tiene sentido — me dice mientras trato de repasar que fue lo que hice para estar rodeado de puras locas—. Eres un presumido, egoísta, arrogante sabelotodo que odia estar rodeado de muchas personas.

—Bueno, tal vez tengas razón — le digo apretando los labios. Si en dos meses pudo descifrar todo eso, tengo miedo de lo que pueda descifrar en un año—, pero ¿qué puedo hacer?

—¿Alguna vez consideraste arquitectura? — me pregunta ella y me pasa un volante de la carrera —. Tienes que tener algo de talento artístico, tienen materias relacionadas a las artes pero es una carrera respetable al grado de estar en el mismo estatus que un contador o doctor.

Me quedo viendo el volante sin creerlo, recuerdo las pláticas que tuve en la preparatoria sobre como escoger una carrera, pero estaba tan estresado en pensar lo que pasaría si no estudiaba medicina que nunca escuché lo que las demás carreras tenían que ofrecerme.

—Alexa, creo que te amo — le digo y ella ríe.

—Demuestralo y veamos la película que acordamos — me dice abriendo la bolsa grande que trajo.

—¿Y esa es? — pregunto y ella me voltea a ver con un sombrero café de vaquero.

—Toy Story — susurra emocionada y me pone el sombrero.

Resulta que una vez a la semana, ella y Saúl veían un maratón de películas y en cada una de las películas que veían, se ponían algo característico de los personajes. Ahora como Saúl tiene novia, y al parecer esta le importa, canceló el maratón con Alexa y ésta me chantajeó para que las viera con ella porque ya había comprado los sombreros.

—Me dijiste que íbamos a estar ocupados seis horas — le comento cuando ella se pone un sombrero de vaquero rojo.

—Es que veremos toda la trilogía — dice ella y sonrío, su entusiasmo por películas para niños me hace replantearme que tal vez Alexa no está tan loca.