#32: Bailando solo

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Dos días antes.
José.

Hacer las compras con Raquel es estar en el infierno, incluso es peor que tenerla que acompañar a comprar ropa. En parte es porque ella quiere llevar toda la tienda pero nada a la vez. En parte es porque te trae de esclavo.

Vamos caminando por el pasillo de las galletas cuando Raquel agarra una caja de galletas justo al mismo tiempo que una chica rubia, ambas se miran a los ojos por segundos en silencio, intercambio miradas con Óscar y Noé que miran la escena ladenado la cabeza cuando llega una chica castaña y choca contra la chica rubia haciendo que caiga sobre Raquel.

—¡Oh, lo siento! — dice la chica castaña fingiendo estar arrepentida mientras Raquel mira embobada a la chica rubia en sus brazos.

La chica castaña camina maliciosa hacia las galletas que cayeron en el suelo cuando Raquel pisa la caja con delicadeza.

—Yo las tomé primero — dice Raquel aclarándose la garganta, la chica rubia está paralizada con su cara completamente roja y la chica castaña no deja de murmurar maldiciones.

La chica castaña codea a la rubia y ésta empieza a balbucear para darse la vuelta e irse corriendo.

—Ese balbuceo significa que si saldrías con ella — le traduce la chica castaña y la rubia regresa corriendo para taparle la boca.

—¡Eso no es cierto! — exclama y Raquel arquea una ceja —. A no ser que quieras salir conmigo, ¿qué estoy diciendo? Todo esto es tu culpa, Mer.

La chica castaña hace gruñidos mientras mueve su cabeza hacia los lados para burlarse de su amiga y ambas empiezan a caminar de espaldas mientras sonríen disimuladas hasta perderse de vista.

—Eso fue raro — dice Noé señalando por donde las chicas se fueron.

—¿Raquel? — pregunta Óscar la cual mira hacia la nada con una sonrisa.

—¿Si? — pregunta volviendo en sí a vernos con el ceño fruncido —. Dejen de mirarme así, trío de idiotas.

—¿La oíste? ¡Es tu tipo! — escucho exclamar a la chica castaña de hace rato seguido de un golpe seco y un quejido de dolor.

Raquel se sonrojar y empieza a caminar con rapidez empujando el carrito del supermercado, vamos por los lácteos cuando Óscar decide agarrar las galletas por las que inició el episodio extraño.

—¿Desde cuando te gustan estas galletas? — pregunta él con una mueca.

—¡Desde ahora! — exclama Raquel nerviosa.

—Son malas — comento encogiendome de hombros.

—¡Retractate! — exclama la chica castaña detrás de mí haciendo gritar asustado. Pongo una mano en mi pecho mientras la observo alterado.

—¡¿De dónde saliste?! — le pregunto mientras mis amigos retroceden un paso.

—Estoy en todos lados — dice ella encogiéndose de hombros.

—Como Dios — comenta Noé.

—Mejor dicho el diablo — comenta ella con una mueca mientras la miro cada vez más asustado, ella sacude la cabeza y estira una mano hacia Emma —. No nos hemos presentado, mi nombre es... Bueno, mi nombre no importa, el que importa es el de mi amiga Emma.

—Enrique, callala, por favor — lloriquea la chica rubia detrás de nosotros mientras empuja a un chico de pelo negro y ojos azules.

—Mer — inicia el chico nervioso.

Solo dame una razónWhere stories live. Discover now