#28: A. M. O. R.

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Febrero.
José.

No sé como me dejé convencer, pero logré ser arrastrado a una fiesta de San Valentin que mi padre ha organizado los últimos cuatro años. Habrá karaoke, comida y gente dejándose llevar por el espíritu de esta falsa festividad.

Aunque por lo menos esta vez no nos hizo viajar a todos para ir a verlo, si no que, su súper idea de restaurantes se está ampliando y acaba de abrir una sucursal en Tijuacali. Me alegro por él, aunque casi me convence de volver a trabajar para él. Lo único malo es que Alexa ahora trabaja para él, pero creo que es relativamente bueno ya que Sol también lo hace y puede ayudarle con sus clases de canto, sin mencionar que la mantiene ocupada y lejos de mi vida amorosa.

A pesar de tener novia, no puedo dejar de ver San Valentin como un desperdicio, quiero decir, no entiendo porque existe este día, no tiene sentido, las parejas pueden mostrar su amor cuando quieran, no por ser un día en especifico voy a amar más a mi novia. Eso no evita que ella esté entusiasmada por ello, así que me tragaré mi odio hacia este día y lo disfrutaré con Valeria con una sonrisa mientras me dejo llevar por primera vez en mi vida.

Después de todo, entre la universidad, mi nuevo trabajo en un restaurante de comida rápida, mis pinturas, respirar y el curso de enfermería al que Valeria se inscribió, a penas podemos vernos. San Valentín por primera vez suena como una buena idea.

Así que, aquí estamos sentados mientras esperamos la comida que nos prometieron mientras veo a todos en mi mesa. Alexa parece estar contenta pero algo incómoda de estar junto a su novio, el cual parece que no podría estar más contento con ella, Raquel mira a su alrededor con una mueca, conociéndola tendrá cita al final de la noche. Saúl y Mercedes conversan mientras ella lo mira sonriendo enamorada y él lanza una mirada hacia su mejor amiga cada cierto tiempo. Noé y su novia, Milly, están tomados de la mano mientras se miran enamorados, pero si tuviera que darle un premio a la pareja más cursi aquí, definitivamente se lo llevarían Óscar y Andrea, verlos me da diabetes.

Miro de reojo a Valeria y ella saca la lengua en seña de asco al ver lo empalagosos que son ese par, yo la abrazo de los hombros y ella se acurruca a mi lado.

—Tengo sueño — me dice ella sacandome la lengua.

—No aguantas nada, a penas es martes — respondo burlón y ella niega con la cabeza y los ojos cerrados.

—No — dice fingiendo estar herida.

Ambos reímos alegres mientras considero la idea de irnos a dormir un poco, después de todo, hemos dormido juntos sin que Valeria me viole... Lo intentó, pero no lo logró.

Estoy a punto de sugerirle ir a dormir cuando llega nuestra mesera con la comida, ella parece algo perdida con la mirada pero no dice nada. Nos entrega la comida y se va alegre, veo que le gusta el trabajo, a diferencia de mí, que entrego hamburguesas con una sonrisa fingida y la gente no deja de preguntarme cual es mi favorita, ya que asumen que como estoy gordo ya las he comido todas.

Agh, ya recordé porque odio a la gente.

Una vez que llega la comida, veo como Saúl y Alexa empiezan a lanzársela para jugar mientras sus respectivas parejas los miran raro, mientras que Óscar y Andrea comparten su comida mientras se miran enamorados, Noé, Milly y Raquel comen su comida como se supone que se supone que deben comerla y yo me quedo viéndola, el apetito por lo rosa que está el lugar me quitó el apetito.

Volteo hacia la mesa de mi hermana donde come con una mueca, ella me voltea a ver e intercambiamos una mirada cómplice, ambos tenemos que hablar con nuestro padre sobre las decoraciones.

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