Solo dame una razón

#2: Perdedor

José.

Estoy a punto de romper mi récord. Llevo 72 horas sin salir de mi habitación sin contar las veces que tenía que ir al baño, un par de horas más jugando "Kingdom hearts" y mi adorada madre llamará a mi padre, el cual se limitará a decir que es la edad, y lo peor, ella le creerá.

Por eso ninguno de los dos es psicólogo.

Así que, estoy aquí, haciendo que Sora empiece a caminar en círculos, porque no sé que debo hacer ahora.

Genial, estoy reflejando mi vida en un videojuego. Felicidades, José, eres patético.

Apago el juego y me dejo caer sobre mi cama, miro el mural que pinté en mi tiempo de luto por mi hermano menor, Joseph. En el momento, pintar a mis dos hermanos junto conmigo jugando en el parque era buena, ahora me deprime.

Mi hermana Jazmín y yo casi no jugamos ya, de hecho, casi no hablamos, solo en reuniones sociales y cuando la vida del otro es un completo desastre.

Me siento en mi cama, ver el mural me hace darme cuenta que mi familia y yo no somos la familia perfecta que todos creían de nosotros.

Aún recuerdo cuando intenté fumar, me rio con el recuerdo, era patético. No como ahora, ahora soy otro tipo de patético.

Los sonidos de notificaciones de mi celular me hacen dirigir mi atención al teléfono que casi no uso. Los mensajes de Raquel, Noé y Óscar incrementan segundo con segundo en la conversación grupal que usábamos para pasarnos la tarea.

Mensaje de Óscar:
¿Saben dónde está José?

Mensaje de Noé:
A lo mejor ya murió.

Mensaje de Raquel:
Ja. Ja. Ha de estar deprimido.

Mensaje de Óscar:
Esa es tu respuesta para todo, mujer.

Mensaje de Raquel:
José me preocupa, es solo eso.

Mensaje de Noé:
Si no te tuviera miedo, te diría que fueras a consolarlo con un traje de enfermera sexy.

Mensaje de Raquel:
No haría eso aunque fuera heterosexual, idiota.

Mensaje de Noé:
Exacto, porque no eres sexy.

Mensaje de Óscar:
Y aquí yace Noé Ramirez, amigo, hermano, poco amado por sus padres, murió por jugarle al vivo.