69. A tu lado. (Final)

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– No lo sé, no me convence.

– ¿Pero por qué no? Te queda estupendo el corte. ¿O es que no te agrada el color? –pregunta Pam, mientras sigue acomodando mi cabello hacia atrás.

– No lo sé. Quizás si dejamos un poco de cabello al frente...

– Nada de eso. –me interrumpe, alejando mis manos de mi cabello. –Luce mucho mejor con el frente descubierto.

Gruño y suspiro, dejándola seguir con su trabajo de hacerme lucir increíble para la fiesta de las empresas que comenzará en una hora.

Nos encontramos en el taller de Pam, el cual hemos convertido en un salón de belleza. La rubia se encargó de maquillarme, peinarme y ayudarme a ponerme el precioso y sexy vestido rojo que hizo para mí. El vestido tiene un enorme escote al frente, además del largo tajo que deja mostrar casi toda mi pierna derecha, y es la causa por la cual no me siento muy cómoda tener mi pecho descubierto casi por completo. Siento que mis pocos atributos podrían salirse de su lugar y saltar al frente por el escote. Pero, por supuesto, no puedo hacer nada contra mi asesora de imagen personal.

– ¡Listo! Te ves fabulosa. –suspiro resignada y sonrío.

– Muchas gracias por todo, Pam.

– No agradezcas. Todos estamos juntos en esto, somos un equipo. –responde con una radiante sonrisa, y sus palabras son tan ciertas. Ésta mujer sí que ama su trabajo.

– Chicas, ¿ya están listas? –dice mamá entrando en el taller. –Dios santo, ¡lucen bellísimas!

– No te quedas atrás, mamá, te ves alucinante. –respondo asombrada. No es que nunca antes no la haya visto formal, pero sin duda Pam tiene el toque de hacernos lucir tan geniales como si fuera la primera vez.

– Pam, siento que debo aumentarte el sueldo cada vez que usas tu don para nosotras.

– Ya lo has aumentado suficiente, Ellen. –responde Pam con una risita. –Si lo sigues haciendo, voy a sentir que estoy desfalcando a la empresa.

– Para nada. –habla mamá, restándole importancia con un gesto de su mano. –Ya veré la forma de pagarte.

– Bueno, ¿qué más falta? Quiero pensar que los chicos ya están listos. –comento refiriéndome a Niall y al señor Horan.

Papá está en la oficina de mamá terminando de arreglarse un poco. Sé que Nat y Ted deben de estar preparándose aún, gracias al mensaje que Nat me envió hace unos minutos.

Los chicos llegaron hoy por la mañana, y Niall y yo convencimos a nuestros padres de que nos dejaran faltar al desayuno en casa de Bobby para ir a recibir a los chicos. Así que desayunamos con ellos en el hotel donde se están hospedando. Fue entretenido, aunque noté a Ted un poco cansado, supongo que por el viaje y el cambio de horario.

– Ya vienen en camino, no te preocupes, cariño. –responde mamá en tono tranquilo. –Bobby me llamó hace un minuto, dice que Niall, Andy y él vienen para acá.

– Bien, eso es genial.

– Pam, ¿podrías ayudarme con la gargantilla? Creo que la abroché mal. –dice mamá con una mueca. Pam asiente y se acerca a ella.

– Yo iré un momento a mi oficina. Ya vuelvo.

Y salgo del taller lo más rápido que puedo, sin tratar de disimular mis ganas de salir corriendo.

Tengo ganas de tocar mi nuevo bebé.

Tomo el ascensor, maldiciendo por dentro lo desesperantemente lento que avanza el aparato metálico. ¿Alguien aun no puede inventar las máquinas de teletransportación?

Viaje Inesperado [N.H.]© Parte#1Where stories live. Discover now