Sólo los Martes

28

Miles comió un bocado de pastel para luego continuar hablando sobre Lianne con Alan. Él se concentró en escucharlo y sólo hacer comentarios cuando era debido, cosa que agradeció Miles, en ese momento sólo quería ser escuchado,

—Sabía que no tenía oportunidad con ella y aun así me ilusioné—dijo Miles para luego llevarse otro trozo de pastel a la boca—. Soy todo un idiota.

—No eres un idiota—le respondió el rubio—. Es normal sentirse de esa manera; no digo que fue su culpa pero Billie tampoco aclaró las cosas cuando la invitaste a salir.

—¿Lo crees?

—Te tiene cariño, lo sé por la manera en que se refirió a ti cuando me contó todo, pero no es el cariño que se debe tener como pareja—confesó —. Es como el cariño que le tengo a Bruno, es un cariño de hermanos.

Ambos miraron al moreno que se encontraba a unos metros junto a Sierra y Jensen. El chico los miró y molestó a su mejor amigo, haciendo un corazon con sus manos.

— ¿Qué debo hacer para olvidarla?

Alan mostró una sonrisa debil en el rostro. Era una pregunta complicada, él tampoco había hecho mucho para olvidar a la chica que le gustaba.

— ¿Sabes lo que yo hice para intentar olvidar a la chica me gustaba? —Miles negó, el rubio suspiró—. Fingí que la odiaba por hacerme sentir de esa manera—le dijo—, crei que era la mejor forma para sentirme mejor, pero no debes hacer eso.

— ¿Por qué?

—Luego te das cuenta de que realmente no la olvidaste, sólo te haces creer eso—respondió y le dio una mirada a los chicos que estaban frente a él—. Billie y tú son amigos, y aunque sea difícil, intenta seguir con esa relación. No hay nada mejor que eso.

—Oh—dijo—. Eres increíble—el rubio rió—. Me tienes como fan.

—Gracias—dijo riendo—. ¿Estás mejor?

—No mentiste sobre el postre, ayuda a calmar el dolor del corazón—le respondió.

—El dulce es un buen aliado para el corazón roto.

—No lo dudo—respondió—. ¿Crees que deba buscar a Maia?

— ¿Te gusta esa chica?

—Me parece linda—bajó la mirada.

—Es un comienzo—respondió—. Puedes tenerla como amiga ahora, no intentes tener una nueva realción si sigues todavía en esta.

—No lo haré.

—Primero supera lo que sientes y luego podrás continuar con el resto—explicó como un consejo—. No seas tan tímido e invítala a salir. Que Sierra te ayude a buscar un buen lugar—ambos chicos voltearon a ver a la castaña quien estaba sentada cerca de la piscina, ésta volteó a verlos y alzó una ceja.

— ¿Qué? ¿Ya terminaron?

—Sí, saldré con Maia. Iré el martes para no encontrarme a Billie en Sunny Ice.

Jensen se acercó a ellos y se colocó junto a su amigo.

—Gracias Alan, de verdad eres cupido.

—Sólo te di pastel—bromeó—. Suerte mañana—se despidió de ambos. Sierra se levantó del suelo y caminó hacia Alan.

—Gracias—le sonrió, él hizo lo mismo. Y luego caminó junto a su hermano y Jensen hasta la salida.

Aunque Alan no le haya dado el mejor consejo, Miles creía que fue lo mejor que alguien pudo haber hecho. Era cierto, los corazones rotos se curan con dulces, no con lágrimas. Billie sería su amiga, pero viéndolo del lado bueno, podría estar con ella al menos un pequeño tiempo.