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Al día siguiente, miércoles a la misma hora, Miles se encontraba en su balcón esperando verla, pero no había rastros de ella. Quizás la chica sólo estaba ese día por casualidad, no era una parada de autobús muy concurrida, quizás era que se había perdido y ya no volvería a pasar por ahí.

—¿Crees que vuelva a verla, Marvin?—le preguntó a su gato, este sólo se movió subiendo por sus hombros.

Miró a la parada y no había ni siquiera la esperanza de que ella llegase.

La esperó una media hora más pero nada había salido como quería, había perdido su oportunidad con una linda chica por haberse quedado embobado escuchándola tocar. ¡Había sido un idiota! ¿Cómo la volvería a ver?

Una idea se le ocurrió, buscó su celular y marcó el número de Jensen, su mejor amigo.

—Necesito que me ayudes ya—dijo apenas él contestó.

—Vale, pero y el «hola Jensen, ¿cómo estás?» te lo metiste por la deblin.

—Grosero, eres un grosero—su mejor amigo rió—. Ayúdame.

—Solo si haces mi tarea de historia—respondió el chico. Miles lo pensó un poco, muy rápido, no tenía nada que perder.

—Trato—dijo—, ayúdame a encontrar a una chica.

—Oh, una chica, excelente—murmuró Jensen—, ¿cómo se llama?

—No lo sé—llevó su mano a su nuca—, pero es pelirroja y toca la guitarra.

No escuchó una respuesta, frunció el ceño y miró la pantalla de su celular creyendo que se había caído la llamada pero esta seguía activa.

—¿Jensen?

—¿Estás bromeando? ¿Sabes cuantas pelirrojas hay en la ciudad?

—Si la encuentras te hago también la tarea de matemáticas—el chico sonrió al otro lado de la línea.

—Trato—respondió—. Sólo dame un tiempo, con esa descripción que me diste, puede ser cualquier chica. Así que iré por pasos hasta encontrarla. Ahora te dejo porque tengo que acompañar a mi mamá a la consulta con el médico, si tenemos suerte, veremos a los bebé en el ultrasonido.

Miles sonrió, cuando Jensen se escuchaba emocionado por sus hermanos, era algo muy tierno.

—Vale, escríbeme cuando estés en casa.

—Ni que fueses mi novia—respondió y luego rió—, vale, hablamos luego.

Cortó la llamada. Miles miró por el balcón una vez más y suspiró, ¿cómo podría lograr volver a verla?

Las redes sociales era de gran ayuda cuando quería conocer más a alguien, pero no hacían magia como para encontrar a una chica a la cual sólo había visto una vez y ni su nombre conocía.

Esperaba que las habilidades de Jensen en hablar con las personas y los contactos que pudiese tener, lo ayudase a encontrarla.

Porque volver a verla era su deseo en ese momento, no pensó en las consecuencias que podría venir gracias a eso

Sólo los MartesWhere stories live. Discover now