14

6.1K 838 80
                                    

Miles se encontraba con su hermana mayor quien lo ayudaba a acomodar su cuarto, él quería hacerle ver a su madre que podía mantenerlo ordenado y así ella no le daría otro castigo. Claro que tenía que ayudar a Sierra, su hermana, es miles de cosas gracias a ese pequeño favor que ella le hacía.

— ¿Haces todo esto por una chica? —le preguntó la castaña.

—No es solo una chica—respondió—. Ella es increíble, toca la guitarra, es pelirroja, es linda.

— ¿Has hablado con ella? ¿O sólo estás siendo superficial?

—También es inteligente, no es como las chicas de nuestra secundaria; mmm, aunque tiene tu edad—su hermana lo miró curiosa.

— ¿Y aún así está interesada en ti? No te ofendas bubu, pero me preocupa que esté jugando contigo.

—Bueno, digamos que ella no sabe con exactitud qué edad tengo.

Sierra lo miró seria, no podía creer lo que su hermano le estaba contando. Sabía que a veces hacía cosas tontas, pero ocultarle la verdad a alguien, era algo que no era normal en él.

—Miles—lo regañó—. No puedes empezar una relación llena de mentiras, ¿qué harás cuando se entere que eres menor?

— ¿Por qué todos dicen lo mismo?

—Porque estás cometiendo un error, y si esa chica te gusta lo mejor sería que le digas—lo aconsejó—. Te hablo por experiencia, es mejor ser sincero. Luego se entera y el rechazo es feo.

—Lo dice la señorita "rechazo a todo el mundo porque soy popular" —Ella rodó los ojos.

—Me arrepiento de haber sido mala con esos chicos.

— ¿Con ellos o con uno en específico?

Su hermana no contestó pero él conocía su respuesta. Y con respecto a su consejo, él sabía que decisión tomar, no quería decirle porque estaba seguro de que dejaría de verlo como un chico y empezaría a verlo como un niño, y él no quería parecer un niño.

Pero si no le decía y luego se enteraba, pasaría como su hermana dijo, lo rechazaría y eso sin duda, era lo peor que puede vivir un chico enamorado. 

Sólo los MartesWhere stories live. Discover now