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Esto no es una historia de amor.

—Mueve tu trasero ahora Harris—le dijo Jensen, había ido ese día a verlo y lo encontró tumbado en su cama envuelto en varias sábanas. La mamá de Miles le había dicho que no quería salir desde la tarde anterior pero Sierra le comentó realmente la razón por la cuál Miles estaba de esa forma—. Bien, tiene novio. ¿Y qué? Eres joven puedes conseguir a otra chica. Una de tu edad.

—Pero yo la quiero a ella.

—Pero ella no te quiere a ti.

Miles se quitó la almohada de la cara y miró a Jensen molesto.

— ¿Debías recordármelo? —le lanzó la almohada—. ¿Viste a su novio? Es escritor, no puedo nunca competir con él. Soy tan patético.

—Sí, lo eres. Pero por actuar de esta manera—le dijo quitándole las sábanas de encima, Miles se aferró a ellas—. Conseguirás a una chica mejor. Si quieres llorar, hazlo. Pero no te pasarás toda tu vida acostado en esa cama.

La puerta de la habitación se abrió y Sierra entró por ella. Observó a su hermano y le quitó las sábanas que lo tapaban provocando que el chico se quejara por todo.

—Levántate—le dijo, él negó—Ahora, Miles.

—No quiero. No tengo razón de existir—Sierra rodó los ojos meintras Jensen se burlaba de lo gracioso que estaba comportándose su amigo.

—Serás idiota. Tu razón de existir eres tú, no esa chica. Conocerás nuevas chicas, como la del parque—le dijo empujándolo levemente.

— ¿La del parque? ¿De qué me perdí? —preguntó Jensen dudoso.

—Es una chica que está muy interesada en él—respondió Sierra—. Puedo ir a buscarla, dime su nombre y listo.

— ¿Por qué yo no sé de ella?

—Sólo la vi un día—respondió Miles levantando se la cama, miró a su hermana—, y hemos hablado un poco por chat. Su nombre es Maia, siempre va a Sunny Ice por un helado. O eso fue lo que me dijo.

—Vamos a buscarla—propuso Sierra, Jensen negó.

— ¿Sabes que hay que ir a Sunny Ice y Lianne trabaja allí? —le dijo Jensen a la castaña.

—Oh—comentó—. Conozco a alguien que te ayudará a superar un corazón roto. Ahora vístete para irnos.

Miles como pudo se levantó y caminó hacia el baño, mientras él se acomodaba, Jensen y Sierra lo esperaban en la sala mirando la película de Holly Hollister que su mamá tenía puesta.

— ¿Quién es la persona que nos ayudará?

—Alan—respondió la castaña sin quitar la mirada de la pantalla.

—Pensé que él te odiaba.

—Lo hace, pero no se negará en ayudar a alguien.

Jensen asintió creyendo que no era la mejor idea pero no importaba ya que sólo quería que Miles se sintiera mejor. 

—Ya estoy listo—dijo bajando por las escaleras.

—Perfecto—se levantó Sierra del mueble junto a Jensen—. Te llevaré con Alan.

Sólo los MartesWhere stories live. Discover now