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Desde que Miles conoció a la linda pelirroja, todas las chicas pasaban desapercibidas frente a él; y le parecía loco porque él no solía aferrarse tanto a alguien como lo había hecho con ella, menos si no sabía casi de ella. Dos meses llevaba conociéndola y no se había percatado de saber lo más importante, ¿cómo se llamaba?

Jensen llegó a su casa esa tarde y se lanzó a la cama junto a Marvin, Miles lo observó desde la ventana en donde se encontraba esperando.

—Lianne—le dijo su mejor amigo—, ese es el nombre de tu pelirroja.

— ¿Lianne? —preguntó el castaño y su mejor amigo asintió—, vaya.

— ¿Qué sucede?

—No tiene cara de Lianne.

—Eso fue lo que me dijo Riley—sacó su teléfono y le mostró la conversación con la chica—, parece que se conocen porque sus madres son amigas, o algo así.

—Vaya—no sabía qué más decir al respecto. Ahora tenía un nombre para sus imágenes mentales de ella—. Creo que te debo unas tareas.

—Menos mal que sabes—le dijo, Miles observó por la ventana y pudo ver a Lianne caminando hacia la parada.

—Ahí viene.

—Baja, yo te esperaré aquí mientras hablas con tu chica—le dijo y luego movió sus cejas de arriba hacia abajo para molestarlo.

—Ni te atrevas a espiar.

—Obvio que lo haré, espiar es lo más divertido—respondió—. O quizás vaya a molestar a tu hermana, quiero pedirle ayuda con una chica—sonrió.

—Éxitos en tu intento.

—Lo mismo digo—se rió. Miles caminó rápido para poder bajar las escaleras y salir de su casa.

Se intentó acomodar la ropa sin parecer un desesperado y observó desde lejos a la pelirroja, ella se sentó en el banco y sacó su guitarra. Volteó hacia el castaño y le hizo señas para que se acercara.

—Tócame una—le dijo, la pelirroja lo miró con una sonrisa y fue cuando se dio cuenta de lo que dijo.

—Oh dios, no sonaba tan sucio en mi cabeza. Una canción digo.

Ella rió y empezó a tocar la guitarra, la melodía se le hacía conocido al castaño pero no recordaba el nombre de la canción.

—Nobody's home de Avril Lavigne—le dijo como si hubiese leído su mente.

—Lindo—dijo y se quedó observando como tocaba.

No quería que ese momento se acabara, no quería que ella se fuese y él tuviese que regresar a su casa. Quería quedarse con ella así como estaban por el resto de su vida.

Sólo los MartesWhere stories live. Discover now