Capítulo 31: "Desastre."

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El ambiente era algo oscuro, muy poca luminosidad y sólo destellos de lásers chocando y rebotando a través de cuerpos danzando al ritmo de la música. Del techo colgaban arañas de cristal y de las paredes desprendían elegantes candelabros. En la pista, se encontraba el tan renombrado Dj Takeo Daigo junto a sus "cinco novias" colgando de su cuello dándole en el gusto al público con las canciones que el público pedía. En ese instante, sonaba ***(1)"Fire Truck" de NCT 127. 

— Un especial de K-pop... asumo que Ryota ayudó a organizar esto... — gritó Sadako a Juuzou mientras que con la boca llena devoraba los caros bocadillos de una mesa. A penas se podía escuchar a sí misma.

— Cuando te pregunté que qué haríamos acá jamás pensé que sería sólo comer. — gritó de vuelta el albino. La música resonaba tan fuerte, que sentía como sus intestinos vibraban dentro de su estómago.

— ¿Y qué esperabas...? — dijo ella mientras le daba un sorbo a su vaso de jugo. — Ni te imaginas cuántos yenes nos estamos echando a la boca.

— ¡Sadako!... ¡heeeey! — gritó Ryota levantando la mano entre la multitud.

— Holaaaaa. — dijo la joven cubriendo el tímpano de su oreja con el dedo índice.

Detrás de Ryota venían los demás chicos: Isamu, Masahiro, Katsuo, Aaron y Hideki. Cada uno de ellos con un look único y representativo, como era de esperarse. Ropas caras y con cortes únicos que resaltaban sus estilos propios.

— Oh... tu cabello ahora es azul. Se ve bien... — dijo Sadako a Masahiro señalando su mohicano y saludándolo con un gesto de mano.

— Y tú te ves hermosa, como de costumbre. — dijo el chico sonriéndo y acercándose para besarle la mejilla.

La joven retrocedió un paso esquivándolo mientras que la expresión de Juuzou de a poco se fue deformando.

— No perdía nada intentándolo. — sonrió Masahiro mientras Sadako alzaba una ceja.

— Lo único que perderás, será tu cabeza... — pensaba el peliblanco apretando sus dientes con ambas manos empuñadas.
  
— ¿Pero qué rayos te ocurre? — le dijo Hideki a Masahiro tomándolo del hombro y girándolo hacia él.

— Buenoooo... vinimos acá a pasarla bien jaja. — dijo Ryota con una risita nerviosa dibujada en su rostro poniéndose al medio de ambos chicos. 

— Oye, mira... — dijo Isamu susurrándole a Katsuo. — Es el chico de la otra vez, ¿acaso es el lacayo de Sadako? Jaja.

— No se, más de eso no debe ser. Siempre anda tan desaliñado... ¿lleva las pantuflas de la otra vez? — mientras ambos cuchicheaban, reían. Y al terminar con sus burlas, se dieron cuenta que el albino los miraba con una expresión enfermiza. 

— ¡Sadako-chaaaaaaaan!, ¡Oh dios mío, oh dios míoooooooo!, ¡Iiiiiih! — se escuchó un grito desorbitado que retumbó de todas partes, era imposible saber de dónde provenía.

De pronto... unos brazos se entrelazaron por la cintura de Sadako tomándola por los aires y haciéndola girar.

— Oooooh, tu espalda es tan suave y hueles tan ricooooo. — dijo una chica alta, hermosa y de cabellos rojos mientras refregaba su mejilla contra la espalda de la pelinegra.

— ¡Bajameeeee!... ¡Haru, te juro que te voy a golpear! — gritó Sadako mientras sacudía sus piernas intentando safarse de los brazos de la hermana menor de Ryota.

— ¡NOOOOOOOOOOO... TÚ... ACÁ... NOOOOO! — gritó Ryota con una voz casi gutural deslizando pesadamente las palmas de la mano por su rostro estirando con ellas sus párpados inferiores.

— Hermanito... no me invitaste a esta fiesta sabiendo que vendría Sadako. — dijo Haru bajando a la chica e inclinándose para entrelazar los brazos por su cintura y besar su mejilla consecutivamente una y otra vez. — Ooooh, te ves tan linda... ¿vamos a mi casa? Como que esta cosa se está poniendo aburrida.   

Sadako hacía fuerza estirando sus brazos para despegarse de los labios de la peliroja hasta que una mano con costuras la empujó haciéndola retroceder.

— La tocas de nuevo... y te mataré. — dijo Juuzou con ambos ojos desorbitados y una sonrisa distorsionada intentando contenerse mientras que Sadako se escondía tras su espalda.

— ¿Y quién te crees tú que eres? — La peliroja se cruzó de brazos mirándolo de pies a cabeza con una expresión despectiva.

Ryota estaba congelado. De la nada imaginó cómo la cabeza de Haru rodaría por los pisos de la disco. Dentro de su nubosidad mental reaccionó y se metió entremedio.

— Haru, no te invité porque sabía que esto pasaría. Pero si me echas a perder esto... le diré a papá que eres lesbiana y te desheredará como lo hizo conmigo. Bye bye a tus tarjetas de crédito. Ahora, ven... te quedarás allá donde están tus amigos. — Dijo el diseñador molesto y agarrándola fuertemente del brazo.

— Hermano, eso no es justo... ¡me haces daño, detente! — gritaba la peliroja haciendo una pataleta mientras ambos se perdían dentro de la multitud.

Los chicos estaban atónitos con los ojos abiertos a más no poder.

— Esta vuelve cada vez más loca. — dijo Hideki con la sangre ardiendo colocando la palma de su mano sobre su frente en señal de exasperación.

— Juuzou... — exclamó Sadako algo tímida al ver que la expresión de su cara no había cambiado... — Oye...

— Chicos, vamos a tomar algo a la barra, ¿de acuerdo? Circulen, circulen... — dijo Katsuo movilizando al apuesto grupo de jóvenes hacia la multitud. — Pobre chico, va a explotar jaja. Mejor que se queden solos un rato. — pensaba en sus adentros.

Hideki mientras caminaba, giró su cuello mirando hacia atrás con sus ojos color púrpura . Se había convencido de que ese chico albino estaba jugando sus cartas y él no quería quedarse atrás.

Juuzou tomó de la mano a Sadako mientras la guiaba de vuelta a la mesa donde estaban comiendo anteriormente. Comenzó a comer con el ceño fruncido sin decirle ni una palabra.

— Yo... — Sadako estaba abrumada, las palabras no le salían y ya estaba perdiendo la paciencia. Por lo cuál simplemente se acercó y besó la mejilla del albino. Este dejó de masticar y la miró fijamente.

— Si alguien más te toca, sea quien sea le mataré. — le dijo Juuzou con una mirada bastante seria.

La chica se encogió de hombros y se acercó al peliblanco intentando que la escuchara claramente.

—Espérame aquí, iré al baño. No tardo... — dijo ella dándole la espalda y caminando apegada y en el mismo sentido que las paredes. Ni muerta se metería entre la multitud.

— Detesto... comportarme como un idiota con ella cuando pasan cosas así. Quizás está molesta conmigo y no me dice nada. Soy un tonto... — pensaba el chico mientras que de un bowl con una cuchara sacaba jugo con pedacitos de fruta. 

Entrando al baño, Sadako apoyó las manos en el borde del lavamanos. Se miró al espejo suspirando e inclinó su cuerpo para mojar un poco su rostro sin arruinar el maquillaje de sus ojos.

— Nosotros, ¿realmente somos algo...? Quizás, ni siquiera me toma en serio. Aunque así fuese, se comporta de manera posesiva y violenta cuando alguien más se me acerca... Aaaah, no entiendo nada. — dijo cerrando los ojos fuertemente queriendo hacer una rabieta.

Mientras secaba sus manos, unas chicas entraron a retocar su maquillaje y comenzaron a hablar...

— ¡No sabía que estarían grabando la fiesta! Me muero... ¿para qué será?... — exclamó una joven con antifaz y cabello marrón hasta sus hombros.

— No tengo ni idea, quizás es por Takeo Daigo, o alguno de los diseñadores... — dijo una chica de pelo corto color violeta.   

— ¡Ay, te imaginas salimos en la televisión! — chilló la castaña con las mejillas rojas.

Sadako sintió náuseas y rápidamente salió del baño.

— Tsk, estúpidas... ¿de verdad se emocionan por algo así? — pensaba mientras caminaba de vuelta a donde se encontraba Juuzou. — De verdad que me asquea este mundo...

De pronto, sus pensamientos fueron truncados al chocar con una persona golpeando su hombro. Era un joven alto de cabello castaño oscuro y una ropa colorida con corbatín. Llevaba una máscara de payaso blanca con la nariz roja y una tenebrosa sonrisa. Sus ojos eran pequeños con cicatrices de suturas con la peculiaridad de que el ojo izquierdo resaltaba una figura en forma de letra G y en su pómulo derecho lleva un corazón de color rosado.

— Lo... siento... — dijo Sadako inclinando su cuerpo hacia adelante haciendo una rápida reverencia.

El joven sin decir palabra alguna, se hizo a un lado y gentilmente estiró su brazo mostrándole el camino y dándole la pasada. Sadako caminó hacia adelante y giró su cuello mirando hacia atrás.

— Vaya... quién lo hubiese imaginado. Chocarme con ella en un lugar como este jajajaja. De verdad esto va a ser tan interesante. Al parecer nuestro destino siempre será chocar, ¿no es así, pequeña ***(2)NN? — pensaba el joven con traje de payaso mientras reía para sus adentros. ¿Qué estaría haciendo en esa fiesta Furuta?...

— Lo siento mucho pequeño Juuzou... te dije que mi hermana era así. Los chicos siempre, pero no tienen malas intenciones. Por favor pásala bien esta noche con ella... Me cuesta demasiado hacer que salga de su departamento, ¿si? — le suplicaba Ryota a Juuzou mientras que el peliblanco seguía sirviéndose jugo con frutas. El sabor era tan dulce que era lo único que había estado consumiendo en todo el transcurso que Sadako no estuvo.

— Está bien... — dijo Juuzou de forma desganada mientras comía trocitos de fruta con una cuchara.

— Ah, ¡Sadako!, volviste... siento mucho lo de Haru. La amenacé y no se volverá a acercar a ustedes, al menos por esta noche. — Exclamó el mayor disculpándose.

— No es tu culpa, ni sabías que vendría. — dijo ella encogiéndose de hombros.

— Ah... hace poco hablé con Takeo, dice que te quiere ver... — le informó Ryota.

— Ooooh, que desagradable. Lo detesto, me mira como... un pedazo de carne en un festín. Que se quede con sus cinco novias y me deje en paz. — gruñó la pelinegra mientras se cruzaba de brazos. Juuzou estaba ignorando todo por completo mientras seguía consumiendo la bebida frutal.

Mientras sonaba la canción ***(3) "Bang Bang Bang" de Big Bang, el renombrado Dj miraba aburrido a la multitud. Incluso ignoraba a todas las chicas que tenía encima.

— Oh, ¿dónde mierda estás? Eres tan pequeña que jamás te encontraré... — Pensaba el hombre de cabello negro con un mechón tapando su ojo, tes pálida, ojos pequeños y maliciosos, con un piercing en su labio y sus brazos repletos de tattoos. — Oooh, jaque mate. — dijo sonriendo mientras que dirigió la mirada a la mesa de bocadillos y vio a Sadako junto a Ryota.

Detuvo el tema a la mitad y dirigió el foco de luz hacia donde estaba la pelinegra. Ella sólo se cubrió con el antebrazo tapando sus ojos.

— Mierda, voy a quedar ciega... que demon-. — reclamó la joven siendo interrumpida.

— A la señorita con el vestido de tela arañas, se le ordena que venga directamente a la pista. — dijo sonriendo Takeo mientras que la llamaba haciendo un gesto con la mano.

Las chicas del público comenzaron a gritar y a chillar con histeria.

— "¡Ah, que envidia!", "¿quién es esa chica?", "Su vestido es muy lindo" — se escuchaba desde el público.

— Sadako... todos están mirando hacia acá... ve. — Le susurró Ryota.

— Oh no, ni muerta...

De pronto la multitud se juntó empujándola hacia en frente. Sadako no tuvo más remedio que seguir la corriente. Al llegar, subió los peldaños para entrar a la pista e hizo un gesto con la mano con una sonrisa forzada en sus labios.

— Jeje, que vergüenza. Ha pasado mucho tiempo, ¿cómo estás? — Dijo Sadako sonriendo mientras apretaba los dientes.

Takeo se levantó y correteó a las chicas que se encontraban con él. Todas miraron con desprecio a Sadako y se bajaron murmurando entre dientes. De pronto tomó el micrófono y se dirigió al público. 

— Ustedes sigan en lo que estaban... curiosos. — Rió para luego colocar el tema ***(4)"Fire" de BTS y el público algo desilusionado y curioso volvía a bailar.

— Emh... ¿qué es lo que querías? Yo debo volver y... cosas. — Dijo ella desviando la mirada intentando localizar a Juuzou. Por suerte estaba con Ryota y suspiró encogiéndose de hombros.

— Pequeño Juuzou ¿cuánto más piensas seguir bebiendo? — preguntó Ryota algo sorprendido. — Ya te perdí la cuenta.

  — ¿Huh?, ¿Por qué? — preguntó el peliblanco algo confuso mientras que con la cuchara dentro de su boca miraba al mayor pestañeando consecutivamente.

— ¿Te sientes bien?... — el mayor alzó una ceja.

Mientras tanto en la pista... Takeo seguía la conversación con Sadako.

— Ha pasado demasiado, años... Te he extrañado un montón, pequeña Sadako. Los desfiles de Ryota y sus sesiones fotográficas no eran lo mismo sin ti. Además estoy grabando un sencillo y como puedes notar... amo tu voz. Por cierto, ¿Ya mencioné lo hermosa que te ves hoy? — dijo sonriendo mientras que tomaba la mano de la chica.

— Uh... gracias. — dijo ella sintiendo asco tratando de inventar una excusa para salir corriendo.

De pronto, el Dj comenzó a acercar su rostro al de la menor con intención de besarla... y dentro de todo el estrés de esa corta pero eterna noche, Sadako empuñó su mano derecha y en un impulso de frenesí lo hizo chocar fuertemente contra la cara del Dj haciendo que retrocediera y deslizara la mano por el controlador apagando la música con su nariz sangrando.

El público estaba atónito... los chicos también, Ryota se quería morir, los camarógrafos estaban enfocados en esa escena, Furuta estaba mirando todo de un rincón y sólo soltó una gran carcajada detrás de su máscara de payaso mientras que Juuzou había quedado con la boca abierta y las mejillas sonrojadas.

— Koneko-chan... yo te amo... — dijo Juuzou algo mareado sintiendo un hormigueo en su rostro y extremidades al ver que Sadako había golpeado ella misma a un acosador.

— Di-dime algo que no sepa... — dijo Ryota con cara de pánico. — Esta fiesta ha sido un total desastre. — Exclamó mientras sujetaba su cabeza tironeando sus cabellos. Juuzou sólo dio una carcajada con las mejillas rojas mientras se sujetaba con una mano sobre la mesa.

Sadako bajó de la pista mientras que todo el mundo volteaba a verla. El Dj aún con su mano tapando el sangrado de su nariz, puso el tema ***(5)"Mr. Simple" de Super Junior sintiéndose indignado, humillado y rechazado. Bajó dando pisotones hacia el baño y se perdió un rato mientras la música seguía sonando y el público volvía a bailar haciendo como si nada hubiese ocurrido.

— Jajajajajaja, ¡maravilloso! Jamás me había divertido tanto jajaja. Sabía que esto iba a ser interesante, ¿Cómo te llamarás, pequeña NN? Ni te imaginas cuánto me intrigas. — pensaba Furuta para si mismo, pero emitiendo sus carcajadas en voz alta.

— Souta, ¿qué haces ahí? Ven... — exclamó otra persona con un traje y máscara de payaso.

— Ya voooy, jaja. — dijo Furuta perdiéndose en la multitud. 

— Te dije que era un idiota. Hace tiempo le advertí que lo golpearía si intentaba besarme de nuevo. — gruñó Sadako cruzándose de brazos dirigiéndose a Ryota.

El mayor sólo seguía tironeando su cabello y lamentándose mientras que la ignoraba. Mientras que el albino simplemente se abalanzó hacia ella para besarla. Ella abrió los ojos a la par, aún así no lo hizo para atrás.

— Koneko-chan... te amo, eres tan genial. Si no lo golpeabas tú, te juro que hubiese subido y... — exclamó Juuzou tambaleándose mientras que la chica sentía como si la hubiesen golpeado en el pecho.

— El sabor de sus labios... está ebrio. — pensó.

— Jajaja, Koneko-chan, me siento tan raro, jajaja — el peliblanco rió con una delicada risita.

— ¿Cuánto tomaste de esto? — preguntó ella tomando el vaso de Juuzou y mirando su interior.

— ¿Del jugo? jaja. Nadie tomó, solo yo. — dijo con las mejillas rojas.

— Esto no es jugo, es ponche... — le dijo la chica alzando una ceja y notando que se había tomado todo el bowl. — Y tú estás ebrio... 

— ¿Qué es ponche? — preguntó él mientras que ladeaba la cabeza confuso.

— Umh, alcohol con frutas... —  dijo sujetándolo para que no se cayera hacia el lado.

— Bueno... creo que comí más fruta, jaja — dijo bromeando el chico.

— Y es ahí donde más se concentra el alcohol. — dijo Sadako dándose una palmada en la frente.

De pronto apareció Hideki, se acercó a ella ignorando al albino y la tomó de sus manos envolviéndolas con las propias.

— Sadako, hay algo que debo decirte hace mucho... de verdad necesito... — las palabras del pelinegro fueron interrumpidas por un puñetazo de Juuzou y el crujido de la nariz del modelo resonando.

— Si Koneko-chan puede... yo también. Jajajajaja, ¡ya me tenías harto! Es mía, ¿lo entiendes, idiota? ¡MÍA! — dijo Juuzou gruñendo mientras se sujetaba de la mesa.

— ¡Mierda, mi nariz! — exclamó Hideki con los ojos llorosos mientras la tapaba con ambas manos para salir corriendo al baño.

Sadako estaba con la boca abierta y con ambas manos sobre ella. Estaba sorprendida, impactada, confundida... y lo que más le daban vuelta eran las palabras del peliblanco.

Ryota se volvió a tirar de los cabellos algo desesperado.

— Mi modelo... — Estaba al borde de las lágrimas.

—  Ryota, creo que deberíamos irnos... ¿podrías llamar a la limusina? Esperaremos fuera... — dijo Sadako mientras pasaba el brazo de Juuzou detrás de su cuello para que no se cayera y caminaron hacia la salida con el albino dando carcajadas como un niño pequeño.


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***(1) Canción "Fire Truck" de NCT 127.         




***(2) NN, son iniciales provenientes de la expresión latina nomen nescio (literalmente "desconozco el nombre"). En español suele interpretarse como "Ningún Nombre" o "Sin nombre" y en inglés como "No Name."



***(3) Canción "Bang Bang Bang" de Big Bang. 


 

***(4) Canción "Fire" de BTS.   



 
***(5) Canción "Mr. Simple" de Super Junior.

~✘Stitched Heart✘~ (Juuzou Suzuya/Tokyo Ghoul's FanFic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora