~✘Stitched Heart✘~ (Juuzou Suzuya/Tokyo Ghoul's FanFic)

Capítulo 13: "Revelando un secreto."

De la mano ambos jóvenes iban caminando en silencio. Pero no era un silencio incómodo, era sereno y cálido. Como si sólo una mirada bastase para decir mucho, siendo que no había que decir nada.

De pronto, una prominente punzada perforó la cabeza de Sadako logrando así que ella frunciera el ceño, soltase la mano de Juuzou y deslizara los dedos por entre sus cabellos haciendo presión contra su cabeza con la palma. Paró en seco y dio un grito mudo... Con los labios entreabiertos la exclamación no salía.

— ¿Koneko-chan, qué ocurre? — preguntó el albino mientras observaba como la joven presionaba su cabeza con ambas manos sin soltar el dibujo que él le había regalado.

— Yo... solo dame un minuto... — dijo entre dientes la pelinegra intentando respirar hondo. Se puso de rodillas en el suelo y siguió presionando su cabeza intentando que dejase de latir.

— ¿Ko-koneko-chan...? — Juuzou se sentía... ¿preocupado? Respiraba y sentía el aire cada vez más denso mientras que se ponía en cuclillas al lado de la joven con una mano apoyada en su espalda.

La chica inhaló y exhaló profundamente intentando ponerse en pié otra vez y el chico se levantó tomándola del brazo para ayudarla.

— Oooh...¿Qué fue eso? — dijo el joven encogiéndose de hombros. La chica sólo sonrió.

— No es nada, vamos a casa que muero por sentarme jaja. Falta poco. — Sadako volvió a tomar de la mano a Juuzou y empezaron a caminar despacio.

El peliblanco sólo la miraba de reojo algo pensativo. A él jamás le dolía nada pero, ¿era eso normal, caer de rodillas sólo por un dolor de cabeza? De pronto, los pensamientos del joven fueron interrumpidos al ver que estaban llegando a los departamentos. Cruzaron la recepción y subieron al ascensor apretando el botón número 7. Sadako miraba al suelo con los brazos cruzados y en silencio. Al joven le pareció verla bastante pálida... más pálida de lo normal.

El ascensor abrió sus puertas en el séptimo piso y caminaron al departamento. Sadako abrió la puerta y llegaron a sentarse en el living.

— Aaaah, hoy debía hacer algo y llegaste tú... es increíble lo rápido que se me pasa el día contigo. — exclamó suspirando la pelinegra mientras apoyaba su cabeza en el respaldo del sillón.

— Debes reconocer que fue divertido, excepto por Seido jajaja. — Juuzou soltó una carcajada juguetona.

— Oh verdad... — Sadako se levantó del sillón y fue hacia su habitación. Con curiosidad, el albino la siguió.

La joven sacó cinta adhesiva de un escritorio donde guardaba muchos lápices, cuadernos y tenía algunos libros. Luego cortó 4 trocitos con los dientes para luego pegarlos en los dedos de sus manos y se dirigió a la pared donde estaba el respaldo de su cama. Pegó ahí el dibujo de Juuzou.

— Bien, si tu pegaste mi dibujo entonces yo también. — Sadako le sacó la lengua al albino y él le regaló una cálida sonrisa.

— Nee, Koneko-chan ¿qué debías hacer hoy? — preguntó cambiando su expresión facial.

— Oooh... — la chica suspiró y se sentó en la cama. — Antes de que tocaras la puerta estaba arreglándome para ir a buscar trabajo. — hizo un puchero.

— Lo siento mucho, jeje. — Juuzou sonrió mostrando sus dientes y rascó su nuca.

—  Neh, está bien. De todas formas ni quería ir... — la joven giró y apoyó su espalda en el respaldo de la cama. Luego suspiró.

El albino se acostó de estómago contra la cama sujetando sus mejillas con ambas palmas de sus manos mientras jugaba a levantar y bajar sus piernas de forma intercalada.