~✘Stitched Heart✘~ (Juuzou Suzuya/Tokyo Ghoul's FanFic)

Capítulo 17: "Reacción nerviosa."

El aire corría denso, tan denso que parecía que hasta se podía cortar con un cuchillo y el silencio era absoluto ya que ni siquiera se podían escuchar los autos ni la ciudad a sus pies... sólo el interminable latido de ambos jóvenes avergonzados. 

— Quizás deba hacerme la tonta... osea, hacer como si nada hubiese pasado es imposible, pero quizás... si cambio de tema. Oh dios mío.... oh dios mío, oh dios mío... ¿Qué rayos se supone que debo hacer? — las manos de la chica sudaban frías y su cara estaba semi-adormecida. 

Sadako creía que se iba a volver loca mientras pensaba en qué decir. Mientras, mordió su dedo pulgar, retrocedió un paso, giró y apoyó su espalda en la baranda al lado de Juuzou para luego deslizarse hacia abajo y quedar sentada en el suelo. El peliblanco sólo la quedó mirando.

— Dentro de poco... se cumplirán dos años de la muerte de los chicos. — la joven miraba hacia en frente y el chico sólo podía ver sus largos cabellos ululando en el aire.

— Oh... nunca me has contado mucho de ellos. — dijo en voz baja mientras erguía su espalda hacia adelante para apoyar ambos antebrazos sobre las piernas.

— Umh... ¿quieres que te cuente todo desde el principio?

— Si... — extrañamente, Juuzou parecía tener curiosidad.

— Bueno, él se llamaba Fujita y ella Hikari. A ambos los conocí en la escuela, yo tenía 13, él 18 y ella 17 años. Yo no solía hablar con nadie, era como un engranaje defectuoso que no encajaba en ningún lugar. Siempre andaba leyendo algo o escuchando música en una banca o a veces me encerraba en un salón... Con él empecé a hablar porque en el diario mural habían avisado de un club de boxeo y lucha libre y un día me quedé mirando esas noticias y llegó él diciendo: "¿Te gustan las cosas de chicos, cierto?"... esas fueron sus primeras palabras. Yo lo miré y él sólo sonrió.

— ¿Koneko-chan, y te gustan las cosas de chicos? — Juuzou sonrió de forma cálida, al parecer "todo" había vuelto a la normalidad entre sus piernas.

— Por supuesto, tonto. Hacía artes marciales cuando pequeña. Mi padre era maestro. ¿No recuerdas cómo nos conocimos?... ¿O acaso crees que una chica común y corriente al robarle la billetera saldría corriendo a encarar al ladrón? Si fui era porque te iba a patear el trasero. —Sadako sacó la lengua y con su dedo índice bajó su párpado inferior de su ojo derecho.

— Geez, que ruda. — el peliblanco picó la mejilla izquierda de la chica con su dedo índice y ella se sonrojó.

— Bueno, y a ella... la conocí porque un día, mientras leía y escuchaba música en una banca habían unas chicas peleando. Al principio me dio lo mismo pero después de un rato estaban haciendo mucho ruido y eso me irrita... mucho. Yo pensé "en cualquier momento las llevarán a la inspectoría por idiotas" pero jamás pasó. Y cuando ya me tenían harta, cerré el libro, me quité los audífonos y antes de que me pudiera parar cayeron unos anteojos cerca de mis zapatos. Miré y habían tres chicas a punto de matar a una. Así que me paré con mi cabello hacia adelante y las miré lo más feo que pude entre mechón y mechón... por cierto yo no veía casi nada jaja, y les dije "seven days", como la chica de la película El Aro. Y bueno, salieron corriendo y dejaron a Hikari ahí, botada. Por lo que alcancé a escuchar querían que ella les diera dinero y se negó. Estaba casi muerta o que se yo, así que la arrastré hasta las bancas hasta que se despertara para llevarla a enfermería y ahí llegó Fujita. — Sadako suspiró profundamente. — La llevó en brazos a la enfermería y yo fui para ayudarlo a llevar el bolso de ella. Llegamos y cuando estaban curando sus heridas yo dejé sus cosas por ahí y me di media vuelta para irme, y antes de hacerlo ella me dio las gracias. Era una niña muy tonta, yo me paré porque me molestaba el ruido, no se por qué pensó que la quería ayudar. — Sadako se quedó en silencio un momento.