"Speechless" - TERMINADA-

"Dirty Diana"

Nos besamos deliciosamente en aquella gruta. Mi lengua rozaba ansiosa la suya, esa boca que me había besado tantas veces... Cada vez que me tocaba su lengua me quemaba, de a poco sus labios besaban desde mi mentón hasta mi cuello y mis manos recorrían su espalda ancha y sus brazos bien formados. Michael desabrochaba mi blusa...

Con cada roce la respiración se agitaba más y más, su mano bajó metiéndose por dentro de mi pantalón, justo en mi húmeda entrepierna. Me hacía estremecer, él soltaba unos gemidos ahogados mientras que mi lengua pasaba presumidamente por su adorable cuello. Nos acercamos hasta un árbol donde nos apoyamos y apegó mi cuerpo al suyo. Sin saber cómo luego de unos minutos nos encontrábamos haciendo el amor silenciosamente escondidos en ese obscuro y tupido pequeño bosque.

Lentamente sentía con cada movimiento que moría del placer, me levantaba y bajaba para fundirnos cada vez. Luego de un rato parados en el árbol nos deslizamos hasta el suelo y ahí continuamos. Se despojó de mi ropa y yo de su camisa, besaba todo su pecho que me volvía loca y fijamente sus ojos miraban los míos, ambos ardiendo. Nuestras respiraciones se aceleraron más y más y me sorprendió poniéndome sobre él. Fue aumentando el ritmo poco a poco hasta que la tensión se hacía insoportable, tomaba con fuerza mis caderas y guiaba mis movimientos, ambos gimiendo de placer terminamos en un éxtasis delicioso.

Nos abrazamos y me recosté en su pecho sintiendo su corazón latir muy rápido. Nos besamos. En mis labios podía saborear la sal de su sudor y mi vientre aún latía descontrolado...

— Eres increíble. —dijo suavemente en mi oído.

— Tu eres delicioso... espero que nadie nos haya oído...

— No creo, estamos lejos de la gente y todos duermen. Esta vez no hiciste tanto ruido. —dijo con una sonrisa pícara.

— Más vale que nos vistamos antes de que algo suceda...

— Sí, pero dame un beso antes.

Luego nos vestimos rápidamente y recuperando el poco aliento que nos quedaba salimos rápidamente de ahí caminando hacia el hotel.

Ya en la suite caímos rendidos a la cama, no teníamos idea que hora era, pero ya estaba amaneciendo. Fue una noche increíble, nos divertimos como nunca. Tanto cansancio apenas nos alcanzó para sacarnos la ropa y sin ponernos pijama nos acostamos en ropa interior.

Mientras me refugiaba entre los brazos de Michael, el sonido de su respiración y su calor me hicieron dormir profundamente. No supimos nada del mundo hasta muy tarde al otro día.

Desperté con dificultad y muerta de frío, lo abracé fuertemente y no me resistí al ver su cuerpo. Michael aún durmiendo me siguió la corriente y respondió a mis besos. Me puse sobre él... pronto todo el sueño que teníamos se había transformado en fuego una vez más. Me abrazaba con ternura, era como estar soñando, como despertar en un paraíso sin saber si aún dormíamos, si estábamos despiertos o soñando. Nos amamos una vez más sin decir palabra alguna, con la lentitud de una tierna mañana y pronto era hora de comenzar el día...

— Buenos días amor —dijo Michael mientras yo descansaba recostada en su pecho.

— Yo diría más que buenos, este día ha comenzado maravillosamente.

— Si, pero amor... ya es hora de levantarnos.

— Ay no, un minuto más, no quiero que te vayas de aquí Mike.

— Pero tú vienes conmigo Julie.

— No quiero, por favor quedémonos aquí todo el día