"A place with no name"

525 59 3
                                    

Al volver a mi departamento pasé a darle comida a Bantú... Michael además me había regalado una canastita, platos y una correa para mi perrito. Cuando volví Michael estaba sentado en la sala, con cara de preocupación. —discúlpame Julie, pero vi que te llegó este documento. Dice que es una orden de embargo. Espero que sea un error, ¿por qué no lo abres?

— déjame ver....

Abrí la carta y no era un error, yo estaba sin poder encontrar trabajo y hace meses que no pagaba la renta del departamento. Además de eso tenía mil cuentas de luz y agua que no pagaba pero no le dije nada a Mike. Traté de tranquilizarlo, y ocultarle mi situación, no quería que se preocupara o que intentara pagar mis deudas. Porque de seguro algo intentaría para ayudarme. —Ah, Mike no es nada, seguro se han equivocado, voy a la inmobiliaria y pacto otra fecha de pago, eso es todo. —dije intentando pasar a otro tema.

— vi tus cuentas atrasadas Julie, no necesitas mentirme.

— pero Mike, te digo que puedo arreglarlo.

—no creo que sea tan fácil. Estás cesante hace algunos meses, y me imagino que la ayuda de tus padres no alcanza para esto.

—bueno pero este es mi problema de verdad, por favor no te preocupes.

—no, de ninguna manera, mira... empaca tus cosas y te vienes a vivir conmigo a Neverland. ¿Será divertido, no?

—oh no, no puedo aceptar eso. Este es un problema que yo tengo que solucionar. No quiero aprovecharme de ti, ya haz hecho demasiado.

— pero no te estás aprovechando. Yo quiero hacerlo. Además, nada me haría más feliz que tenerte en mi casa. Nos la pasaríamos genial, todos los días podríamos hacer cosas nuevas. Y Bantú tendría muchos amigos. —intentaba convencerme con una de sus sonrisas que irresistiblemente, me hizo quedarme embobada por un segundo.

—no sé Michael, no lo sé.

— Julie, piensa que es solo un favor, es por mientras que encuentras un trabajo. Yo puedo encargar a mis abogados que solucionen lo del embargo y en cuanto puedas vuelves aquí... Anda... vámonos, ¿si?

¿Cómo podría resistirme a esa carita?, su voz de niño bueno pidiéndome que me fuera a vivir con él era irresistible... tendría que estar loca para seguir negándome. Era inútil hacerme la difícil, cuando lo único que quería era pasar con el todos los días. —está bien. Vamos. —Musité con una sonrisa que escapó rebelde de mis labios— Eres maravilloso.

— tú lo eres. Ya ve, empaca las cosas más necesarias y enviaré alguien por lo demás.

— ¿ahora? —pregunté.

— y q esperabas, ¿Qué vinieran a sacarte los de la inmobiliaria? Jajaja vámonos ahora! Neverland nos espera.

Camino a Neverland, a lo lejos se veía un área verde muy extensa, estaba lleno de valles y montes. Ya había visto imágenes de Neverland en la TV, pero estar ahí en vivo y en directo era otra cosa. Las puertas eran como la entrada al paraíso, jardines perfectamente cuidados y había unas inscripciones en bronce en la entrada donde se veía a Mike caminando con muchos niños a su lado. Michael había construido un mundo en donde no existía la tristeza ni la frialdad. Un mundo en donde él podía ser feliz.

Luego llegamos a una de las casas principales de Neverland, Michael tenía ahí su habitación y yo me quedaría en una de ellas. Me presentó al personal.

— bueno Julie, te presento a John, él es el encargado de los animales, ellas son Stephanie y Gloria, las encargadas de esta casa y podrán ayudarte en lo que necesites. Brandon, el chofer, bueno mis guardaespaldas ya los conoces, y ella es Pía, una invitada en Neverland, y éste pequeño es su hijo, mi amigo Omer. Él es Huayoun, su padre y será nuestro chofer también. Hay algunas personas que no están aquí ahora, pero más adelante las conocerás. Sin ellos Neverland no sería lo que es, no sabes cómo me ayudan con todo, son personas muy confiables. —Saludé mientras Michael me presentaba— Julie es una amiga y se quedará a vivir aquí conmigo por un tiempo. Cualquier cosa que necesite por favor atiéndanla bien. Ah y John, después me dices como va todo con los elefantes, ¿si? Gracias chicos.

Michael me mostró mi habitación, era muy amplia y linda, tenía enormes ventanas con vista hacia los jardines de Neverland. También tenía un baño precioso dentro de la habitación, un televisor y una cama más grande de lo que acostumbraba a ver. Mi cuarto quedaba cerca del suyo. Luego de eso fuimos a los jardines a jugar con Omer y Bantú.

Omer era un muchachito muy simpático y parecido a Mike, si no lo supiera diría que es su padre. Michael en parte lo ha criado y es un niño muy bueno, respetuoso, inteligente, alegre y muy talentoso... ¡hasta baila como Mike y se viste como él! Luego Omer fue a la escuela, y de paseo con su mamá.

Conocí los animales, las jirafas, había un elefante enfermo, eran todos maravillosos. Bantú se asustaba mucho con los animales grandes, se ponía a llorar.

Por la noche Mike me mostró los juegos, Neverland de noche se veía genial, sobre todo por las miles de luces que se encendían en los juegos. —Tienes miedo— preguntó.

— no soporto estos juegos, me dan ganas de vomitar. Pero supongo que no debería estar aquí sin subirme a cada uno de ellos, así es que ¡adelante!

Michael al parecer no tenía sentido de la gravedad, ya lo suponía al verlo hacer el moonwalk, pero ahora me quedaba clarísimo. Se subía a los juegos una y otra vez, siempre con una sonrisa en la cara.

Me subí a la araña la primera vez, y cuando bajé, lógicamente, estaba verde como un marciano y queriendo escapar de ahí. — estás bien? —Preguntó— jajaja ¡no seas llorona! Es solo un jueguito...

—si muy gracioso, casi me matas Mike! Oh dios... —de pronto me comencé a sentir realmente mal. Todo me daba vueltas y tan solo pensar en la posibilidad d lo peor me hacía revolver el estómago de vergüenza. Aún más.

— ¿que pasa? —preguntó Michael.

Corrí hasta un basurero, intentando evitar lo que no pude. Vergonzosamente no pude evitarlo y sí... vomité. En ese momento quise que me tragara la tierra. No podía haber ocurrido algo peor... siempre me pasaban ese 'tipo' de cosas. Michael se preocupó mucho y me llevo inmediatamente a la casa. Pero ese no fue motivo suficiente para impedir que se riera de mí mientras íbamos en el carrito de golf.

— eres la primera persona que vomita con una sola subida, jajajaja

— ¡no sé cómo puedes aguantar, te subiste más de 10 veces! Que pasa contigo, ¿la gravedad no te afecta?

— jajaja no seas enojona, perdiste, admítelo!

— no sabía que era una competencia, de haber sabido jamás hubiera hecho el intento. Pero ya verás mañana en la guerra de agua... era una campeona cuando niña!

— ¿eso crees tu?, yo soy campeón hoy en día, nadie ha podido vencerme.

— ¡ya lo veremos!

Sonreí, o sé cómo pero Michael siempre encontraba la manera de hacerme sentir mejor. Llegamos a la casa agotadísimos por todo lo que habíamos corrido ese día. Nos despedimos y nos fuimos a dormir cada uno a su cuarto, por mí me hubiera quedado con él.


"Speechless" - TERMINADA-Where stories live. Discover now