"I just can't stop loving you"

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Una tarde, estábamos en nuestra cabaña viendo la película "El Pibe" de Chaplin. Michael lo admiraba mucho, y lo imitaba muy graciosamente. Siempre comentábamos de cine, de arte, música, espiritualidad y cosas muy elevadas, así como también hablábamos las más increíbles estupideces que quisiéramos decir sin ningún pudor.

De pronto llamaron a la puerta. Le dije a Michael que se escondiera, perfectamente podían ser los paparazzi, o alguna persona no confiable. Teníamos que estar atentos si queríamos seguir disfrutando de esos días tan relajados.

Mientras Michael subía a las habitaciones abrí la puerta. Increíblemente no se trataba de un cuidador del lugar, ni de un periodista. Era algo mucho más extraño que eso, se trataba de Lisa Marie Presley.

En mi mente dije ¡Oh por dios, es ELLA! No pude disimular la impresión en mi rostro, brevemente la examiné con la mirada... Era más linda de lo que se veía en la TV, pero se veía triste. Me preocupé mucho tan sólo al ver la presencia de ella. No atiné siquiera saludarla y ella dijo: —Hola, tu debes ser Julie.

—si, mucho gusto. —respondí.

—disculpa que viniera aquí sin avisar, pero tengo que resolver un asunto con Michael. Lo busqué en Neverland y luego de mucho insistir me dijeron que podía encontrarlo aquí.

—bueno, pasa adelante. Voy a avisarle que estás aquí.

— bueno, los dejo para que conversen. Lisa Marie estás en tu casa.

— gracias. —contestó.

Me fui practicando todo lo que alguna vez aprendí en la meditación, intenté calmar mis pensamientos y aparenté total tranquilidad, autoconvenciéndome de que nada de lo que estaba pasando me importaba. Caminé hasta el muelle para tranquilizarme, tal vez pensar en mi amiga Danielle me haría bien. Miles de preguntas nacían en mi interior: ¿Será que quiere reconciliarse con Michael?, ¿Qué lo echaba de menos, que no puede estar sin él?, ¿Qué su boda con Nicholas Cage se canceló?, ¿Qué viene pidiendo perdón?, ¿Qué intentará besarlo?, o peor aún: ¿Michael estará aún enamorado de ella?, ¿me va a dejar, van a volver?

Me preguntaba que por qué Lisa estaba ahí, por qué había llegado de esa manera tan abrupta y amable a buscar a Michael desesperadamente. También me daban ganas de gritarle en su cara por haberlo hecho sufrir tanto.

Tan solo pensar en la posibilidad de perderlo me hacía sudar del miedo. Estaba empezando a chispear, y el sonido de las gotas en el lago fue aún más triste. Todo mi 'equilibrio mental' se había ido por la borda.

Me puse a llorar descontroladamente. Me imaginaba lo peor, aunque sabía que tenía que estar tranquila porque fuera como fuera, Michael nunca querría hacerme daño... pero pensar en perderlo significaba perder mi vida, perder mis sueños y perder lo más lindo que había en mi vida hasta ahora.

En medio de la desesperación y del ahogo que de mi descontrolado llanto me incorporé. Como en una revelación, comprendí que la profundidad de mi amor por él era mucho más grande de lo que imaginaba. Fue entonces cuando entendí, y pude ver que estoy enamorada de él, tan claro como el agua del lago que era testigo de mi revelación.

Me decía en voz alta "Michael, te amo", como si el viento pudiera llevar mis palabras hasta su oído y transmitirle este amor desbordante que siento. Como si de esa forma él despertara igual que yo, en este mismo momento. "Michael, te amo, te amo"...susurraba admirando la belleza de estas palabras. Maravillándome ante la gran energía que estas palabras cargaban consigo, suplicando que algún día pudiese decirlas para él.

Al mismo tiempo pensaba en mil recuerdos: Henry, la noche lluviosa en que lo conocí, cuando lo vi por primera vez. Cuando nos abrazamos en este muelle, su sonrisa, su cariño. Su voz diciéndome "te quiero".

No podía parar de llorar, sentía que iba a morir de angustia y dolor. Cuando creí que necesitaba simplemente gritar para que la madre naturaleza me convirtiera en parte de esa lluvia y así poder expresar la grandeza de mi sentimiento, por mi espalda se acercó él.

— ¿qué pasa Julie, estás bien? —No quise voltearme, no quería que me viera. Me sequé las lágrimas e intenté dejar de lado ese torbellino de emociones para volver a ser la "amiga Julie".

—si, no pasa nada, ¿tú estás bien?

—si, eso fue muy extraño... Lisa vino por unos asuntos pendientes del divorcio. Necesitaba unas firmas con urgencia, y me dijo que estaba tratando de no guardar rencor, que no quería que sufriéramos más. Fue muy bueno.

— que bien. Me alegro mucho. —dije secamente. Michael se inclinó a mi lado y vió que estaba llorando. De inmediato se preocupó.

— Julie qué pasa. Dime por favor por qué te pusiste así. No me gusta verte llorar.

— nada Mike, nada... Estaba recordando solamente.

— si es así entonces ¿por qué no puedes parar de llorar? No te creo, dime.

Me quedé en silencio. Esperaba que el tiempo se congelase para así no tener que enfrentar esta situación. Pero su mirada penetrando la mía era más fuerte que yo. Frente a él, todos mis planes se derrumbaban y no lograba evadir ningún sentimiento. Él tomó mi brazo y repitió una vez más... "Dime que te sucede, por favor, sabes que puedes confiar en mí"

Efectivamente, el tiempo se congeló en un instante que para mi fue eterno... en mi cabeza trataba de decidir si decirle la verdad o no, y en medio de esa lucha mi corazón tomó las riendas de mis palabras. Tomé aire y dije:

— Pasa Michael que yo no puedo vivir sin ti, me di cuenta de eso ahora. Tan solo la pequeña posibilidad de perderte me aterra. Al verla a ella llegar, te juro Michael que pensé lo peor. Han pasado tantas cosas entre nosotros, desde aquella noche en que nos conocimos... es como si estuviésemos destinados. ¿No lo ves? Ambos hemos salido adelante juntos de nuestras penas, y no puedo aceptar... no sé, tal vez estoy equivocada, tal vez lo estoy arruinando todo pero esto que siento me está matando. Ni siquiera sé por qué estoy diciendo esto, no sé en qué momento empecé a hablar... pero lo cierto es que no puedo vivir sin ti, no puedo dejar de amarte, Michael yo... yo te amo.

Dije aquellas palabras mirándolo a los ojos y aún llorando. Esperé alguna reacción pero Michael no dijo nada, simplemente agachó la cabeza. Yo entonces sentí que moría. Lo había arruinado todo. El llanto que me estaba tragando me quitaba el aire, y suspiré como si fuera a sollozar de una manera terrible. Pero callé. Sin poder creer lo que ocurría me levanté, y comencé a caminar al mismo tiempo que mis sollozos brotaban escondiéndose en el ruido de mis pasos.

De pronto Michael tomó mi brazo con fuerza y me volteó quedando ambos frente a frente. Miró mis ojos llorosos por un segundo, luego miró mis labios y entonces me besó.

Me besó y entonces comenzó a llover muy fuerte, los suaves y discretos chispeos se convirtieron en gotas decisivas y fuertes de una lluvia intensa, tan intensa como una explosión, la misma explosión que había entre nosotros.

Las gotas calaban en mi alma tan profundo como ese beso y esta lluvia acompañaba nuestra confesión. Una tormenta tan fuerte como la que nos unió aquel día en que nos conocimos. Pero hoy era diferente... no existía ningún frío, nuestras almas estaban juntas en un solo amor, un solo aliento.

Tomó mi rostro con sus manos y no me soltó más. Me abrazó. Sus brazos rodeaban mi cintura con fuerza, y yo pasaba mis brazos sobre sus hombros tan fuerte como podía. No quería dejarlo ir nunca más.

Sus labios buscaron los míos con decisión, sin preguntas ni pausas y mientras los míos se acostumbraban a la idea, su lengua rozaba suavemente la mía. Era cálida y un sabor salado por mis lágrimas acompañaba esas caricias. Su boca, sus manos, él era tan dulce. Su cuerpo me sujetaba con firmeza pero sus labios eran suaves como el pétalo de una flor. Ése era el beso más esperado de mi vida. Y el más hermoso. El tiempo se hacía cada vez más lento y no queríamos dejar de besarnos. La lluvia nos tenía empapados, pero nosotros estábamos ardiendo, impacientes por comenzar a vivir este amor.


"Speechless" - TERMINADA-Where stories live. Discover now