"Don't walk away"

419 48 3
                                    

Caminé aislando cualquier pensamiento de mi interior, haciéndome la fuerte. Llegué a la puerta no sé cómo, hallando la forma de salir de ahí aunque todo lo que quería era ir y suplicarle una vez más, aún sabiendo que estaba perdida. Tomé la manilla de la puerta, estaba a punto de dar un paso para salir de su vida para siempre, y de pronto Michael... su dulce voz comenzó a cantar, débil y suavemente, casi sin aliento. Me quedé paralizada dándole la espalda, y mientras intentaba salir de ahí mis lágrimas salían descontroladas.

Cada palabra que salía de su boca me estremecía, con un nudo en la garganta no podía creer lo que estaba oyendo.

Su voz se quebraba al cantar, podía adivinar que él estaba llorando igual que yo.

Entre las palabras que decía estaban aquellas mismas palabras que yo le había escrito en mis cartas hace tres meses. Nunca lo oí cantar así, con tanta necesidad de decirlo, con un sentimiento que quemaba su dolorida alma. Su voz era desgarradora y la pena me invadía hasta la última de mis células.

Me volteé lentamente con un nudo en la garganta apenas conteniendo el llanto. Estaba parada en la puerta sin saber qué hacer mientras su voz se apagaba y dejaba de cantar. Veía sus ojos húmedos, su expresión sincera. Levantó su mano y con un gesto susurró "ven". Caminé hasta su lado.

- ¿puedo abrazarte? -preguntó.

Sin poder responderle y con indecisión me acerqué a él y nos abrazamos tan fuerte como si no hubiera mañana, como si en ese abrazo estuviéramos resucitando de una muerte que parecía no tener fin.

Michael acariciaba mi cabello mientras sentía su aroma, ese mismo aroma que sentía aún cada día y cada noche. Como si nunca os hubiésemos separado. Al pasar unos segundos nuestro abrazo desesperado tomó calma y finalmente él abrió su corazón.

- Te amo Julie, te amo y nunca he dejado de hacerlo. Perdóname, nunca quise hacerte daño. -un suspiro doloroso escapó de mí al oírlo hablar de esa manera, después de todo- Te necesito.

- Por qué tardaste tanto...

- No sé, pero dime si podemos intentarlo de nuevo. Dime que no es demasiado tarde.

Guardé silencio un segundo, apenas podía creer lo que estaba oyendo. De pronto en medio del desierto más horrendo apareció este oasis que se encontraba en el abrazo de Michael. Y volvía a la vida lentamente.

- Te amo Michael. Pensé que nunca más diría esto mirando tus ojos, por dios cuánto soñé este momento y ahora estuve a punto de salir de tu vida para siempre. Prométeme que no nos separaremos nunca más, dime que así será.

- Lo prometo. Nunca más quiero dejarte ir. Si es contigo estoy dispuesto a enfrentar cualquier cosa. Moría por tenerte entre mis brazos de nuevo, sentir tu olor. -me acercó hasta su dulce boca lentamente, mirándome fijo como asegurándose de que estaría dispuesta a responderle. Me besó tiernamente, tan dulce como la miel. De a poco volví a reconocer su forma de besar, aquellos besos en los que me dormía pensando, aquellos que ya mi boca habían olvidado.

Sentía su corazón latiendo fuertemente, al igual que el mío que estaba aún temeroso porque esto fuera una ilusión.

- Dime que no es un sueño... -dije.

- no llores amor, estoy aquí. Y no te dejaré más.

En medio de ese sublime momento en que volvimos a entendernos y prometimos no separarnos nunca, de pronto entró una enfermera. Entró leyendo el expediente, sin mirar y al principio no se percató de mi presencia. Se supone que no debía estar con visitas, y más aún... nadie podía enterarse de que yo estaba con él porque lógicamente los medios actuarían y empeorarían la situación.

"Speechless" - TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora