"Pretty young thing"

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Era una mañana de domingo muy soleada, tanto que el sol era muy molesto al entrar imprudentemente a través de las cortinas para darme con un rayo justo en la cara. Escuchaba a pesar de todo ensueño que tenía, un ruido constante... era el timbre, para colmo. Sonaba una y otra vez, intenté ignorarlo pero finalmente me levanté. — ¿Quién es? —pregunté. Una voz muy rara dijo del otro lado de la puerta:

"señorita vengo de la compañía de agua"

— ¡Genial! —dije para mis adentros. —la dueña de casa no está ahora, vuelva más tarde por favor.

— Julie soy yo, jaja ¡ábreme!

— jajaja ¡Michael, que sorpresa! Voy a dejar la puerta abierta sólo podrás entrar en un minuto, no quiero que me veas hasta que salga de mi cuarto duchada y vestida.

— pero que pretenciosa eres.

— vamos Mike por favor...

— está bien, lo prometo.

Por supuesto Michael, todo un chico de excelentes modales esperó a que yo corriera a mi habitación para entrar. Demoré muy poco, me mataba la ansiedad deponer verlo. Cuando salí de mi cuarto él me tomó por la espalda y me tapó los ojos.

— ¿pero qué significa esto? —Pregunté.

— una sorpresa, ahora tienes que cerrar los ojos, espera un poco.

Obedecí y pronto me dijo que extendiera mis manos aún con los ojos cerrados. Puso entre ellas algo que evidentemente parecía un animalito, peludo e inquieto. Abrí mis ojos para gritar de emoción al ver un pequeño cachorrito de San Bernardo con un lazo rojo en el cuello jugueteando incómodo entre mis manos.

— ¡Michael, es precioso! De verdad no sé que decirte, ¡es tan lindo! — Michael sonreía de una manera muy especial al ver mi reacción. Como cuando somos niños y todo lo que deseamos es ver a nuestra madre emocionarse con el dibujo que le hicimos esmerosamente. —me encantó, ¡Es adorable!

— si es lindo. Y mira lo que dice en la placa.

Tenía una pequeña placa dorada en su lazo rojo que decía inscritas las palabras: "Para Julie, con cariño."

—es precioso Michael. Muchas Gracias. —mis ojos se humedecieron levemente, hace mucho tiempo que no resentía tan querida. Ese gesto me hizo estremecer una vez más. Entre mis manos el cachorrito se sentía tan suave, con sus ojitos llenos de amor. Tal frágil y alegre que era imposible no amarlo desde el primer instante.

Michael se esforzaba mucho en demostrarme con pequeños detalles, lo mucho que se preocupaba por mí, ese era el más grande obsequio. — ¿cómo lo llamaremos? —pregunté.

— como tú quieras, es tuyo.

— Siempre me voy a acordar de ti con este perrito. Le llamaremos Bantú. ¿Te gusta?

— significa humanidad en un dialecto africano. Lo vi en un documental cuando niña, tenía un peluche de san bernardo que se llamaba así, y como los perritos son tan amorosos y sacan lo mejor del hombre, no sé, tiene sentido.

— que lindo, "Bantú". Me acordé que comentaste que te gustaban los San Bernardo.

— me encantan, sobre todo éste.

Bantú mordisqueaba los pantalones de Mike y me perseguía por todo el living. Era muy travieso. — ¿te parece si le damos un paseo? —dijo Michael— el sol de la mañana está lindo, hay que aprovecharlo para pasear. —me encantaría. —Respondí— podríamos llevar cosas para desayunar al aire libre!, aunque claro que en casa no tengo muchas cosas...

—lo sé Julie. Tienes puras porquerías, deberías comer más sano. Qué es eso de tanta mantequilla, chocolates, dulces. ¿Te alimentas de eso solamente?

— vaya, ¿ahora vas a regañarme? Jaja. Bueno Mike, a veces se me pasa el día y me da mucha flojera cocinarme algo, si siempre estoy sola. Una fruta y se me pasa el hambre o un chocolate, o bueno... varios

—eres una golosa jeje, bueno a mí también me encantan los dulces. Pero tienes que comer equilibrado o puedes enfermarte. A mi ya me ha pasado, nunca he sido bueno par a comer, mi madre se preocupaba y me obligaba, pero con tantas giras y exigencias. Entendí que es necesario comer sanamente, ensaladas, jugos, esas cosas.

—bueno Michael. Te haré caso, ahora vamos, ¿si?

— jaja está bien. Julie, creo que Bantú quiere hacer pis. ¡Oh no Bantú no! —típicamente como cualquier cachorrito, Bantú se había hecho pis encima de mi alfombra. Mientras lo limpiaba Michael, por supuesto, aprovechaba para reírse de mí sin parar.

Luego de eso bajamos de mi apartamento y el chofer nos esperaba. Nos fuimos en el auto de Mike a un parque privado que él había mandado a cerrar, para que pudiéramos estar tranquilos.

Llegamos a un lugar precioso, era enorme, como un campo virgen, lleno de árboles hermosos y flores. Y lo teníamos todo para nosotros tres.

Había una laguna muy bonita y una pérgola. Bantú estaba feliz corriendo, era tan pequeño que se asombraba por todo, perseguía las mariposas y olfateaba todas las flores. Michael se puso a correr y Bantú lo perseguía. — es muy lindo este lugar ¿no crees? —dijo

— ¡es hermoso! Y que bueno que el sol no pega tan fuerte, por tu piel.

— aunque hubiera sol me siento tan cómodo contigo que la sombrilla lo arruinaría un poco. Hoy no quiero usarla.

— Bantú, Bantú! Oh no Mike atrápalo, se fue por allá. ¡Se va a perder!

— Mm, no creo que se pierda, los perros son muy inteligentes

— pero tiene apenas un mes, No sabe nada, ¡vamos atrápalo!

Salimos corriendo detrás de Bantú, casi lo perdíamos de vista. Mike corría muy rápido, pero yo lo alcanzaba, lo agarré del sweater y él tropezó. Ambos caímos y yo casi encima de él.

Me acerqué un poco y sentía su brazo rodeando mi cintura. Mike me abrazó. Nuestras piernas estaban entrelazadas, sentía su cuerpo tocando el mío y mientras nos mirábamos a los ojos podía sentir su aliento rozando mi boca. Dios, casi no podía respirar. Miraba sus labios mientras yo mordía los míos. No podía resistirme. Estaba en ese mismo momento tocando el cielo. Podía sentir cómo palpitaban nuestros corazones, y respirábamos agitados de tanto correr. Fue un momento mágico, el tiempo se detuvo.

En eso llega Bantú y al vernos en el suelo se entusiasmó a jugar, corrió hacia Mike y lo lengüeteó entero. Yo me largué a reír. Fue una mañana maravillosa. Luego de pasearnos sentamos a la sombra de un árbol a comer algo. 

"Speechless" - TERMINADA-Where stories live. Discover now