Cogió mi mano y de nuevo fuera nos sentamos junto a Jimin, al principio mis pies se negaron y quedé frente a todos sin dar un sólo paso. YoonGi tiró de mí y me sentó junto a él, pasó un brazo por mis hombros y me acercó más a su cuerpo. Me sentí un poco avergonzado, pero de esta forma mantenía mi cuerpo alejado de Jimin, sin rozarlo siquiera.

La fogata mantenía nuestros cuerpos calientes, ya que hacía fresco. YoonGi me contó que era una especie de tradición el permanecer toda una noche en vela, reunidos al rededor del fuego y hablar toda la noche de lo que quisiéramos. Tuve que admitir que se sentía agradable estar aquí, con el cielo estrellado, una imagen que no se podía ver en la ciudad por culpa de la contaminación lumínica.

"Me hubiese gustado venir en otro momento, cuando mi cabeza no estuviese tan distraída y mi pecho tan contraído"


[...]

Desperté con el agradable sonido de los pájaros y la claridad del sol que los ayudó en su faena. Apreté mis ojos que se negaban a abrir, pero que una vez se acostumbraron a dicha claridad los abrí, viendo el pálido rostro de YoonGi a escasos centímetros del mío. Me separé un poco nervioso por la cercanía, pero sus brazos alrededor de mi cintura impidieron alejarme más. La imagen desde aquí se podría malinterpretar, pero desde fuera creo que sería incluso peor. Con cuidado aflojé su agarre y me incorporé, intentando no despertarle. Miré hacia el otro sofá, que se encontraba enfrente, pero una silueta detrás de éste con un vaso de café en la mano llamó mi atención.

Ver su rostro fue desear meter mi cabeza bajo la tierra y no querer sacarla jamás. Jimin nos observaba sin pestañear y yo como el idiota que era no pude quitar mis ojos de él, deseando ver algún gesto de molestia o celos, o quizás simplemente que dijera algo.

Jimin se lamió los labios y enfocó su vista en el café, llevándolo a su boca y bebiendo un sorbo para luego dar media vuelta y alejarse.

"Soy un idiota..."

Me levanté con cuidado y fui hasta la casa ignorando al pelinaranja, que daba vueltas por los alrededores de la parcela. Dentro busqué dicho aparato que me propuse a encontrar para poder conseguir el número de B-Bomb. En una pequeña mesita, que yo mismo había limpiado ayer, estaban todos los móviles. Cogí el de Jimin y asegurándome que aún seguía afuera busqué en su agenda donde pude encontrar el número. Cogí el mío y lo apunté.

"Al fin"

Respiré tranquilo. Fui a bloquear el móvil de Jimin, pero comenzó a volverse loco y abrió aplicaciones y carpetas sólo, maldiciendo, fui cerrándolo todo, menos una, una en la que me quedé sorprendido de ver. Era la galería de imágenes y había muchas mías, casi todas dormido y otras capturadas de improviso.

"¿Cuándo hizo estas fotos...?"

— ¡Eh! — Una voz aguda me asustó y giré para ver al dueño. — ¿Qué mierdas haces con mi móvil?

— A-ah, pu-pues, y-yo... — Tartamudeé ante su presencia. Jimin me arrebató el móvil de las manos y miró que era lo que yo miraba tan enfocado que ni siquiera me había percatado de su presencia. Lo vi tragar saliva y mover sus ojos en todas direcciones, nervioso.

— No vuelvas a tocarlo. — Se lo guardó en el bolsillo y se fue.

"..."

"Mis fotos..."

"No, JungKook, deja las malditas esperanzas"

— ¡¡A desayunar!! — Gritó Jin a todo pulmón desde afuera, seguido de quejas de los demás, quizás porque los había despertado.

Tomorrow [JiKook] [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora