Parte 45: Oportunidades

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Jorge rozaba suavemente sus labios con los de ella. Silvia subió lentamente su mano y acarició con suavidad la oreja de él, haciéndolo temblar ligeramente por la sensación agradable que le provocó. Justo entonces, él introdujo su lengua entre los labios de ella y Silvia sonrió, antes de enredar su lengua con la de él.

Hasta le costaba trabajo pensar en que, cuando fueron novios, él no sabía besar, porque en ese momento parecía todo un experto. O quizá era simplemente la emoción de que hacía años no sentía un beso con tanto amor.

Percibía las manos grandes de él en su cintura, tomándola de esa manera que siempre recordaba y que por tanto tiempo la hizo temblar.

Se quedaron así un largo rato, hasta que finalmente él se separó poco a poco.

Silvia rio y tomó a Jorge por las mejillas.

- Extrañaba tanto tus besos, mi amor. - le dijo antes de depositar otro beso corto sobre sus labios. Él cerró los ojos un momento.

- ¿Quieres un helado? - le preguntó de repente. Ella volvió a reír.

- Ya te habías tardado en cambiar el tema repentinamente. Pero sí, sí quiero un helado.

Él solo sonrió y la tomó de la mano para comenzar a caminar. Fueron hasta la heladería más cercana.

- ¿Vas a querer uno de cada uno? - le preguntó él.

- No. Ya maduré. Sólo quiero uno napolitano. - Jorge no pudo evitar soltar una carcajada.

Pidieron los helados y regresaron caminando para sentarse cerca de la fuente.

Se sentaron y comenzaron a comer en silencio.

- Esto es lo más bonito que me ha pasado últimamente. - dijo él, dándole un beso en la frente.

- A mí también, George, hace tiempo que no sentía tanta felicidad y tantas ganas de reírme por todo. - ella lo miró, sonriente. - Qué bueno que nos vinimos a encontrar, solos y tan lejos.

Se quedaron mirando la fuente un largo rato, hasta que se terminaron los helados. Jorge miró la hora.

- Hermosa, ¿te acompaño a tu hotel?

- ¿Es una propuesta indecorosa?

- No, esta vez no. Es que... Tengo una reunión con Ricardo y otras personas. Es en media hora y... Debo ir.

- Está bien, llévame a mi hotel. - ella se levantó y se quedó de pie frente a él. - Pero me debes una.

Sin que Jorge se lo esperara, Silvia se paró de puntitas para alcanzar su cuello, y succionó su piel.

- Auch. - él se tocó el cuello en cuanto ella se quitó. - Eso va a dejar marca, ¿lo sabías?

- Sí. - ella comenzó a caminar, y Jorge rio, yendo tras ella.

- Además, ¿por qué tenías que hacerlo en público, en un lugar tan visible?

- Para que no se te olvide lo que me debes.

Caminaron hacia el hotel, y se quedaron parados en la escalerilla del lobby.

- Te veo mañana en el congreso, guapa.

- Hasta mañana. - ella se acercó a abrazarlo y le dio un beso en la mejilla. - Cuídate.

Jorge se dio la vuelta y se fue.

Pasó a su hotel a cambiarse y se fue al lugar donde él y Ricardo habían quedado de ver a los demás. Al llegar, su hermano esperaba ya ahí, recargado en su auto, con un cigarrillo en la mano.

En tu miradaWhere stories live. Discover now